Ni musical ni tributo a Mecano

Acudimos el jueves (300 espectadores para un aforo reducido a 600 butacas y a 55 € las entradas más caras) para catar la nueva propuesta del promotor y productor Gonzalo Pérez ('West Side Story', 'Priscilla', etc.), la cual funciona, divierte y hasta sorprende a lo largo de 140 minutos con un descanso de 10 en el que en estos tiempos pandémicos el Arriaga pide no se abandone la localidad. Dos horas y veinte minutos en los que cada función transcurre como un suspiro, de modo muy variado, pues como en un musical de Bob Fosse durante las diferentes viñetas (unos 22 números, entre ellos al menos tres de popurrís: el de 'Dalai Lama', otro con la trampa o guiño del 'No controles' que Nacho Cano compuso para Olé Olé y que muchos creen que es de Mecano…) se alternan los 10 músicos (permanecen a media altura, tras unas pantallas que se abren), 8 cantantes y 12 bailarines.

El ambicioso y resultón espectáculo polivalente 'Cruz de navajas', que evoluciona cual show televisivo monográfico de fin de año con alto presupuesto, combina música estilísticamente diversa y mayormente novedosa siempre en directo y en ocasiones de modo atronador (¡40.000 watios de sonido!; «por favor, que bajen el volumen», protestó una dama de la fila de atrás al terminar la primera canción), bailes sí de musical, luminotecnia a veces cegadora, pantallas LED de más de 100 metros cuadrados (cuasi 3D, zen, árticas, tormentosas, con la Puerta del Sol…), ciertas pinceladas de cabaré (el Copacabana, las barras verticales –aquí el interviniente más aplaudido fue el miembro atlético-, el decorado del club de Nueva York con dibujo animado), un vestuario riquísimo (290 trajes, contabiliza la propaganda), grandes plataformas movibles a modo de fondo por momentos avasallador, tambores Rammstein, más la citada ausencia de argumento o guión que nos ahorra el humor y la pelotería respecto a Mecano y que evita traspasar la cuarta pared, lo cual se hizo en unas palmas, la salutación de una cantante y bailarina, y en el agujero negro de 'Cruz de navajas', ese número presuntamente improvisado que peca de largo y cortarrollos y que rompe el ambiente y hasta el idioma de Mecano.

Otro fallo es que no tocan 'Maquillaje', ¿verdad? Pero no faltan ninguna gran canción de las demás: 'No hay marcha en Nueva York' brotó más swing que la original, 'Mujer contra mujer' la interpretaron hasta nueve mujeres del elenco, 'Hoy no me puedo levantar' abrió como una apisonadora la segunda parte, 'El fallo positivo' gozó de neogospel infiltrado, 'Una rosa es una rosa' ahondó en el flamenco desde el cuadro lorquiano que lo interpretó, 'Aire' al piano la cantó un chico y le quedó muy bien, 'Bailando salsa' emergió en plan descarga apoteósica y colorista, 'La fuerza del destino' quizá fue la cima de la cita con su cadencia pop-funk coral, y la última que sonó fue 'Barco a Venus', con guiño a Queen y permiso para sacar fotos sólo en ella, como se advirtió justo antes de subir el telón.

Quien ame a Mecano que no se pierda esta 'Cruz de navajas'. Y quienes odien a Torroja y los Cano también se lo podrán pasar bien. Dice la propaganda con toda la razón: «Algunos datos son muy reveladores a la hora de calificar este espectáculo como una gran producción: 6 tráilers de material con 330 focos, 120 canales de audio, 2 mesas, 40.000 vatios de sonido y 30 cajas Meyer», que son altavoces.