«La música tiene que más que ver con la educación y la cultura que con el ocio»

- ¿Cuál es el halago que más agradecen, le da las gracias el público por la emoción?

- Cristina Mora: Eso es maravilloso y lo mejor que nos pasa.

- Moisés Sánchez: Sí, incluso nos gusta más eso a que nos digan qué bien tocamos.

- ¿Suele ocurrir?

- M. S.: Por suerte, suele ocurrir. El otro día en un concierto a piano solo vino una señora mayor muy emocionada y cuando ocurren otro tipo de cosas, al final, la música se hace para hacer mejor la vida de las personas.

- C. M.: Saber que has tocado el corazón es como cumplir el propósito. Lo que queremos es que nuestra música llegue.

- M. S.: Se entiende muy bien cuando piensas en tu propio recorrido. Yo recuerdo cuando me ponía el walkman con una cinta y lloraba o saltaba de alegría. Uno cuando se dedica a la música quiere provocar eso, acabas dedicándote porque quieres hacer sentir a la gente lo que te gusta sentir.

- Pasaron por el Festival de Jazz de Vitoria, que se celebró de manera excepcional en el Iradier. Fue una de las actuaciones más aplaudidas.

- M. S.: La verdad es que para mí fue un sueño cumplido, llevaba mucho tiempo detrás de poder asisitir con mi proyecto personal, es distinto a lo que vamos a tocar en el Dazz, pero el público vitoriano se portó muy bien. Fue mágico y ojalá podamos repetir

- C. M.: Para mí también. Lo recuerdo como un sueño cumplido, pero tampoco me lo esperaba. Fue una experiencia muy bonita y un recuerdo de esos que permanece con el paso del tiempo.

- Fue uno de los conciertos que mejor sonó en un recinto sobre el que hay un debate sobre las carencias acústicas. ¿Costó mucho esfuerzo?

- M. S.: Nosotros llevábamos a Pablo Pulido, técnico de sonido con trabajando desde hace unos cinco años. Nos grabó el disco en Estudio Uno, nos conoce bien y está acostumbrado a hacer grandes eventos, ya que es técnico de sonido de Rayden. Quienes no llevaban técnico de sonido lo notaron más, no porque el técnico fuera malo, sino porque es importante tener cerca a alguien conozca la música y llevar a un técnico marcaba la diferencia porque conoce las individualidades. La prueba está ahí, el sitio era difícil, pero nuestro técnico está acostumbrado a hacer conciertos en sitios grandes. Las características siempre varían dependiendo del sitio. También hemos estado en el Auditorio Nacional, en la sala de cámara, pensada para un tipo de música, y cuando llevas batería o guitarra eléctrica tienes que jugar con el espacio.

- C. M.: Es una de las claves, que haya un buen sonido o mal sonido te puede beneficiar o directamente hundir...

- Vuelven al Dazz, un local que ya conocen.

- C. M.: Es por eso que volvemos, es un sitio especial, muy bonito. Nos han dicho que han cambiado la decoración desde la última vez en la que estuvimos (2019). Además, nos encanta ir porque nos sentimos como en casa con el público y el equipo con el dueño, Beñat, y compañía.

- M. S.: Por ese encanto volvemos a este tipo de lugares. Evidentemente, la infraestructura no es la de un gran festival, pero haces balance sobre lo que quieres apoyar y qué energías se dan y no queda duda. Es una simbiosis y están haciendo un trabajo excelente en el club. No vamos con el grupo entero, pero vamos con las canciones de Cris arregladas por mí y nos apañamos porque todo funciona allí.

- Prácticamente se pueden contar con los dedos de la mano los clubes de jazz que hay en España.

- C. M.: Sí, hay una crisis de clubes y haría falta un mayor apoyo desde instituciones, desde el Ministerio de Cultura hasta a nivel de comunidad o municipal.

- M. S.: Mucha música en directo que no es mainstream está tocada de muerte tras la pandemia. Y si te dedicas a un género minoritario como el jazz es más complicado todavía. En Vitoria tenéis la suerte de que hay un festival con una larga experiencia y reconocido internacionalmente y un público que siempre responde, pero lo que dice Crisitna es totallmente cierto. Hay que dedicar dinero institucional a la música en directo y dejar de verla como ocio, sino como educación y culutra.

- C.M.: ¡Incluso como terapia!

- M. S.: El Dazz es un ejemplo porque es de los pocos que está tirando para adelante en unas condiciones dignas. En Madrid han surgido varios clubes que programan grupos de la escena local. Es una iniciativa con mucho mérito.

- ¿Habrá en directo algunas de eas versiones de Nirvana o Radiohead que tanto gustan?

- C. M.: En principio no lo hemos pensado, teníamos en cabeza un repertorio de originales porque hay un disco que estamos terminando y mezclando. Queremos empezar a probarlo, aunque no sea una presentación.

- M. S.: Todo se irá viendo.