

Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Ambientazo este viernes en el Pabellón de Miribilla, donde se reunieron 9.000 almas: 6.500 de público, y 2.500 de actuantes que estaban ... distribuidos por las gradas de detrás del escenario. Redondeando, digamos que había 2.500 coristas, de ellos mil adultos más 1.500 niños y niñas venidos de 35 localidades vizcaínas y pertenecientes a 40 coros, 29 centros escolares, 9 escuelas musicales y un conservatorio, todo bajo la dirección de Alberto Sáez. Sumen a esto el aparato luminotécnico (también las miles de pulseras repartidas entre el público que se encendían cambiando sus colores), la banda base (a la que apenas se veía, pues centelleaban los focos y refulgía todo el escenario hasta casi cegar a los espectadores), y la selección de invitados: Rozalén, E.T.S., Bulego, Gatibu…
Todo se montó a modo de prólogo del Fair Saturday (Sábado Justo), una iniciativa que empero su nombre en inglés nació en Bilbao en 2014 con intención de contrarrestar el consumismo desaforado del Black Friday (Viernes Negro). Dijo el presentador del evento en su introducción que eso no era «un concierto al uso, sino una reflexión sobre nuestro comportamiento», y que «con el arte y la cultura» todos avanzaríamos más,. También que hoy sábado se celebran «100 actos culturales gracias a esta iniciativa», actos que destinarán parte de sus ingresos a entidades benéficas.
Hum..., no se puede poner ninguna pega al acto en sí, al llamado 'Ei Fest!'. ¿La demora de veinte minutos? Es que aún había muchísima gente haciendo cola para poder entrar al Pabellón de Miribilla, pero la espera se amenizó estirando la actuación del cuarteto vocal y humorístico Primital Brothers, que fuera de programa se lució con un tema de Queen. Luego todo funcionó como la seda y como un cronómetro: la escaleta marcaba que el macroconcierto duraría 127 minutos, y justo eso duró, aunque luego hubo un bis con los cantantes de Primital Brothers repitiendo dos temas (uno de ellos el popurrí de Village People).
La banda casi invisible cumplió su papel sin alharacas ni borrones (los componentes no se conocían y habían ensayado poco, avisó el presentador, pero los músicos no estuvieron desacertados), los 2.500 coristas no abundaron en las polifonías sino más bien cantaban todos juntos, a saco (y los niños y niñas disfrutando del momento, como se veía en las pantallas gigantes, que no mostraron primeros planos sino más bien el tiro de las cámaras siempre fue más largo), y la gente se implicó de principio a fin, incansablemente, en el show: ondeando sus brazos con las pulseras de luz, cantando a peno pulmón, bailando de puro gozo… ¡Eso que todo el mundo tenía su asiento!
Todas las actuaciones estuvieron bien o muy bien: el top lo puso Rozalén, que vino con Bea, su traductora de signos, los tres popurrís de pop euskaldun volvieron loca a la parroquia… Y no por contraste, sino más bien per se, parecieron más opacos en el citado popurrí de Village People a cargo de Primital Brothers (aunque nos hicieron reír sanamente en la parte de 'YMCA'), el popurrí de AC/DC y la canción de Queen 'We will rock you' porque el coro milenario y la banda escondida no estuvieron muy sofisticados, y en el bis tampoco mejoró la pieza repetida de Village People.
Lo del párrafo anterior fue lo normalito de un macroconcierto de 22 piezas y 147 minutos (casi dos horas y media, incluyendo las presentaciones finales de los participantes, no solo de los estelares, una veintena destacada contando a la niña prodigio, a Bea la traductora, a los líderes individuales de Bulego y E.T.S., a las tres chicas de la Tanxugueiras…). Lo óptimo, ya se ha dicho, fueron las intervenciones de Rozalén: primero en el réquiem por su difunto padre, el que fue cura, en una emocionantísima 'Todo lo que amaste', luego luciéndose en euskera con 'Xalbadorren heriotzean' de Xabier Lete, interpretada con hondo y sincero sentimiento y cosechando una comunión especial con la gente, que hizo coros y puso las manos arriba, y al final en trío con Zea Mays en su 'Negua joan data'.
Muy bien también estuvieron la conexión de las 9.000 almas durante el popurrí de Alaska, que fue una fiesta feliz ('Bailando' y más), el miembro de Primital Brothers, Manu Pilas, entonando en la globalista 'Color esperanza' de Diego Torres, y el popurrí de Gatibu ('Euritan dantzan', 'Aske maite') con su colorista cuerpo de baile y con el líder Alex Sardui aguantando el tipo en las primeras estrofas, cuando no le funcionaba el micrófono (pero daba igual, la gente lo estaba cantando a pleno pulmón),
Y todo lo demás estuvo bien: el glam tribal del 'Rock and Roll Part 2' de Gary Glitter a cargo de los Primital Brothers (y realzado por los heys masivos en el pabellón), una nada blanda 'Chiquitita' de Abba a dúo entre María Parrado y una Maren que no dobló las frases, la pianista y niña prodigio de 10 años Uxue Filibi, que nos hizo pensar en Ludovido Einaudi en 'I'm Forrest Gump' y antes nos atrapó a todos por su saber estar, buena educación y perfecta expresión, Idoia bien en 'Fix you' y un poquito mejor en la muy Izaro 'Viejo refranero' (que al ser en castellano caló más a la masa), el 'No dudaría' de Antonio Flores en versión de María Parrado que logró una gran conexión con el respetable (incluso antes de los coros finales de parachuri-richuri), el coro infantil de 1.500 voces se lució en 'Another brick on the wall' (en el original de Pink Floyd también se resaltan las voces de la chavalería), Manu Pilas reapareció con la dupla latina 'Madre Tierra'/ 'Vivir mi vida' de Chayanne y Marc Anthony respectivamente, y con bastante oscuridad ambiental actuaron las gallegas y eurovisivas frustradas Tanxugueiras con su canción 'Terra'.
Y al igual que Gatibu, que a dúo Haimar-Alex llenaron el gran escenario y supieron proyectarse por todo el gran pabellón, pusieron patas arriba Miribilla en sendos popurrís Bulego (su líder Tomás Lizarazu cantando pop eufórico como 'Bueltan da' y baladas) y ETS (su líder Íñigo Etxezarreta encadenando ska, baladas, mestizaje a lo La Pegatina en títulos tipo 'Aukera berriak'), logrando que la chavalería cantara a saltos y con los dos ídolos bajando del escenario y recorriendo el pasillo central.
Ahí pudo acabar la noche, pero el bis doble repitió la dupla de Pilas ('Madre Tierra'/ 'Vivir mi vida') y de seguido éste llamó a sus compañeros de Primital Brothers para el popurrí de Village People (mejor hubieran hecho revisando el glamuroso rock and roll de Gary Glitter, pero así es la vida). Y tras ello el mundo salió contento del pabellón con razón («qué bonito», dijo una señora a su amiga), y entonces comentó sin ironía la fotógrafa Ania López: «se ha echado de menos a Izaro y a Zetak», dos nombres euskaldunes que repiten en los carteles del Fair Saturday y del Ura Bere Bidean (también repiten Zea Mays, ETS, Gatibu…).
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.