Las mujeres toman el escenario en el BBK Legends

Anari se rodeó de sus fans y de miembros de las tripulaciones británicas que han venido a Bilbao acompañando a Girlschool, Status Quo y Hawkwind, protagonistas de la primera noche del festival junto a la rockera vasca y Maika Makovski. En esos primeros compases, formaban parte del público desde una rockera gótica a varias melenas canosas con muy poco pelo por arriba. Abundaban también madres e hijas y padres e hijos.

El repertorio cadencioso de Anari progresaba en cada uno de sus temas de los ritmos pausados a finales más acelerados y épicos. No faltaron clásicos suyos como 'Piromania' («se nos va a quemar la cabeza y el paisaje», se quejó) o 'Epilogo', que «se podría titular también la industria de la tristeza». La impecable viola de Txabi Etcheberry le dio un toque folkie al sonido. En el resto de la banda estuvieron Ander Mujika a la guitarra, Xabier Olazabal al bajo, Mikel Txopitea a la batería y Mariano Hurtado a los teclados.

Y llegó Maika Makovski con su espectáculo de diez. Ninguna canción sonaba como la anterior. Manejó desde registros pospunkis a dejes countries, como cuando se quedó sola en el escenario con su guitarra eléctrica. Pronto llegó el resto y aquello se convirtió, de nuevo, en otra cosa. Todos los músicos fueron cambiando de instrumentos y la propia Maika tocó, además de la guitarra, los teclados y la batería. Fue una exhibición de saber hacer y de saber transmitirlo a una gente que ya empezaba a cubrir los asientos de las gradas.

La basauritarra Mariana Pérez Abendaño jugaba en casa y demostró su toque diferencial en la batería, si bien también se puso a los teclados y cantó. La ex de los bilbaínos Sonic Trash golpea los bombos y los platillos con un criterio inusual. Cada uno de los restantes –Adrián Martínez, Dani Fernández, Sam Bredikhin y Jaime García– pusieron una enorme convicción a lo que hacían.

Tocaron 'Lava Love', 'Purpose' y 'No News', entre otras. Dedicó un tema a su madre, presente en el concierto, y subió la temperatura ambiente con 'Love You Till I Die', de su último disco 'MKMK'.

La mallorquina, que ha colaborado en partes musicales de varias obras del director del Arriaga, Calixto Bieitio, dijo bastantes veces 'eskerrik asko' y comenzó halagando al personal: «Esta es la única ciudad en la que puede hablar, y bien, de música con un taxista». Al margen de estos guiños, convenció enseguida con una combinación de contundencia y redonda factura musical. Qué nivel, Maika Makovski. Y qué emocionante.

Quedaban por salir las otras mujeres de la noche, las británicas Girlschool con Kim McAuliffe al frente. Comenzaron con 'C'mon Let's Go' y sonó como a los Ramones, quizá también por el título de la canción. Enseguida se aproximaron a Motörhead y tuvieron algún pasaje hasta Twisted Sister con algo de Van Halen. Rock duro disfrutón, divertido, que volvió a Motorhëad en la última parte de la actuación, con versión de 'Bomber' incluida. Lo dijo de frente McAuliffe. Habían tocado de teloneras en la primera gira de la banda de Lemmy Kilmister en 1979 y en la última en 2015.

Fue un bolo sin fallas, rock duro o heavy sin caer en lo transcendente y con contados punteos virgueros a cargo de Jackie Chambers, lo que se agradece. El personal aumentaba en volumen conforme se iba acercando la hora de Status Quo. En cualquier caso, la primera parte de las mujeres tuvo variedad y clase desde el minuto uno.