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Muere el batería Taylor Hawkins, el torbellino feliz de Foo Fighters

La Policía no descarta que la causa haya sido una sobredosis de estupefacientes antes de la actuación de la banda en Bogotá

Sábado, 26 de marzo 2022

Taylor Hawkins tenía hechuras de surfista y la sonrisa de los niños felices. Al menos cuando se sentaba detrás de la batería y se soltaba la melena rubia. No podía disimular el músculo punk y metalero. Era un músico que nunca tenía bastante. «¡Queremos continuar siendo la banda más grande del mundo!», advirtió el año pasado, con motivo del 25 aniversario de Foo Fighters. Estaba previsto que el próximo domingo 3 de abril actuaran en la ceremonia de los Grammy, ante millones de fans que los verían en streaming. Un evento que ahora se teñirá de luto. Su último álbum. 'Medicine at Midnight', se encuentra nominado en tres categorías y les ha consolidado como la banda de rock más exitosa del momento. Hasta el viernes por la noche parecían imparables.

La Policía no descarta que la causa de la muerte de Taylor Hawkins haya sido una sobredosis de estupefacientes. El fallecimiento se notificó al público horas antes de que el grupo saliera a escena en el Estéreo Picnic, un festival que se monta a las afueras de Bogotá. Se le encontró sin vida en el hotel Casa Medina, de la cadena Four Seasons, donde se hospedaban los músicos de Foo Fighters. La gira por Latinoamérica ya les había llevado a los estadios de México, Chile y Argentina, con llenos hasta la bandera.

«Mi estilo es un mix de lo que aprendí de Roger Taylor (Queen), John Bonham (Led Zeppelin) y Stewart Copeland (The Police). Una combinación eterna. Poderosa. No falla». Así se presentaba el batería de Foo Fighters, un virtuoso de las baquetas con formación de percusionista clásico que deslumbraba por su dominio de la pegada y la dinámica. Tenía 50 años y mucho futuro. Estos días en las redes sociales se ha hecho viral la imagen del músico con una niña que le esperaba a las puertas del hotel en la capital de Paraguay. La pequeña tocaba sus temas en una batería y él no se hizo de rogar. La felicitó y se hizo una foto con la chiquilla. Se le veía muy relajado. Pero en ocasiones las apariencias engañan.

«Me encantaba tu espíritu y tu rock imparable y poderoso. Descansa en paz, amigo»

Tom Morello, guitarrsta de Rage Against the Machine

«Paz y amor para toda su familia y su banda»

Ringo Starr, exbatería de The Beatles

«Era una gran persona y un músico fantástico. Mi corazón, mi amor y mi pésame para su esposa, hijos, familia, banda y fans»

Ozzy Osbourne, cantante y compositor

En coma por drogas en 2001

Hace cuatro años, cuando supuestamente vivía un momento dulce, tanto en lo personal como en lo profesional, se le torció el gesto en una entrevista al recordar que «no hay final feliz con las drogas duras». En su caso la adicción estuvo a punto de matarlo en 2001: una sobredosis de heroína le dejó en coma durante dos semanas. En aquella época, según confesaría más tarde, se atiborraba de estupefacientes por «diversión y pánico». Era una manera de paliar el estrés y la angustia de no estar a la altura de la banda. Tenía una magnífica relación con Dave Grohl, el líder de Foo Fighters, pero no podía evitar sentirse empequeñecido.

Grohl había sido el batería de Nirvana y derrochaba carisma. Ya no tocaba los platillos pero era omnipresente. Cantante, compositor y guitarrista, el exmiembro de la banda de Kurt Cobain mantenía todo bajo control. Entre otras cosas, por ejemplo, intentaba mantener a sus músicos alejados de las drogas.

«No doy detalles de cómo me las arreglo para seguir sobrio. Tengo un sistema que me funciona», insistía Taylor Hawkins cada vez que se le preguntaba por su estado de ánimo. Luchaba por superar sus miedos y tenía los pies en tierra. El año pasado, entre flashes, cámaras de televisión y amigos, en el sarao que festejaba la inclusión de la banda en el Salón de la Fama del Rock & Roll en 2021, no dudó en dirigirse a Grohl en primer lugar: «Gracias por permitirme estar en la banda». Entre ellos había una lealtad a prueba de altibajos.

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En Foo Fighters dejó huella con su toque explosivo y pantalones cortos. Era un torbellino de brazos y piernas cuando entraba en trance. Grabó ocho álbumes con el grupo y -temporada tras temporada, machacando platillos y tambores- no paraba de ganar aplomo y protagonismo. No daba la impresión de que nada pudiera torcerse. A veces se turnaba con Dave Grohl para cantar 'Somebody to Love', de Queen. Estaba casado, tenía tres hijos, de entre 8 y 16 años, y pensaba celebrar con toda la familia los nuevos Grammy que muy probablemente consiga la banda dentro de una semana.

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