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Javier Garay, Izaskun Uranga, José Ipiña. Amaya Uranga, Roberto Uranga y Carlos Zubiaga, los 'seis históricos' de Mocedades.
Mocedades, los secretos de una familia de leyenda

Mocedades, los secretos de una familia de leyenda

EITB estrena el 1 de enero un documental sobre el conjunto vasco más icónico, con imágenes y anécdotas inéditas desde su origen hasta la fundación de El Consorcio

Martes, 26 de diciembre 2023, 00:17

El primer día de enero se estrenará en ETB-2, a las 22.30 horas, un documental que bien puede verse en familia. O con amigos. O en soledad. O como a uno le dé la gana. Es una historia para todos. Se titula 'Eres tú: de Mocedades a El Consorcio', tiene el sello de la realizadora Lorea Pérez de Albéniz y abarca más de medio siglo, como un álbum de fotos que va para atrás y hacia adelante, sin más orden que la curiosidad y las ganas de encontrar ese pequeño detalle que haga revivir de golpe una época. Pero en este caso no se trata solo de hablar del pasado, con imágenes de la tele de antaño -al son de 'Eres tú' o 'Amor de hombre'- que sacan lustre a sonrisas juveniles y voces frescas. Hay un punto de nostalgia, sí, pero también un aquí y ahora que merece mucho la pena.

De izquierda a derecha, Roberto Uranga, Amaya Uranga, Javier Garay, Carlos Zubiaga, Izaskun Uranga y José Ipiña son los 'seis históricos' de Mocedades.

En este documental quienes cortan el bacalao son hombres y mujeres de entre 62 y 82 años. Son los de entonces y los de ahora. Ahí están Amaya, Estíbaliz e Iñaki Uranga (el benjamín), así como Carlos Zubiaga (el más veterano) y José Ipiña. Los cuatro primeros siguen en activo en El Consorcio, con el recuerdo siempre presente, como estímulo y homenaje, del gran Sergio Blanco que falleció de cáncer en 2015. En cuanto a José Ipiña, de 74 años, que cantó en Mocedades hasta 1990, se le ve dispuesto a salir a escena en cualquier momento. Se niegan a vivir de las rentas, «porque lo que cuenta es el presente; las ganas no deben faltar», reflexiona Amaya Uranga (Bilbao, 1947), con esa voz y timbre inconfundibles que han enamorado a tres generaciones.

Ya no vive en Madrid, se ha trasladado a su ciudad natal para estar más cerca de la familia. Es mediodía, se encuentra relajada y con ganas de hablar, «pese a que soy relativamente tímida, a veces digo demasiadas cosas, no sé por qué...». Está satisfecha con la experiencia del rodaje aunque todavía no haya visto el resultado que cuenta con intervenciones, entre otros amigos y familiares, de Mayra Gómez Kemp, Víctor Manuel, Rosa León, Allende y María Blanco (hijas de Sergio y Estíbaliz). además de un nutrido material histórico de vídeos y fotos, tanto de RTVE y ETB como de los archivos personales del grupo.

El documental

El documental
  • Título 'Eres tú: de Mocedades a El Consorcio'

  • Dirección Lorea Pérez de Albéniz

  • Guión Laura Guillén

  • Participantes Amaia, Estíbaliz, Iñaki Uranga, Carlos Zubiaga, José Ipiña, Óscar Gómez, Allende y María Blanco, Víctor Manuel, Mayra Gómez Kemp, Rosa León, Anne Igartiburu, Io Aramendi, Leire Martínez y Emilio Santamaría (hijo)

A lo largo de 60 minutos, se aborda lo humano y lo divino –desde las borracheras en Eurovisión a la censura en algunas emisoras de su versión de 'Pange lingua' por «demasiado moderna»–, con revelaciones muy llamativas, como que el abandono de Amaya Uranga en 1984 frustró la firma de un contrato millonario con el sello RCA en Estados Unidos. Ella renunció a sabiendas porque, en ese momento, ya no le compensaba seguir bregando como solista de Mocedades. La convivencia estaba muy deteriorada y no podía más. Demasiada presión y críticas internas «a nivel familiar».

Eso sí, no se profundiza en torno a la paradoja de que haya tres agrupaciones que reivindican el legado del conjunto. Además de El Consorcio (con tres Uranga), hay dos Mocedades, uno que cuenta con Izaskun e Idoia Uranga en sus filas y otro liderado por Javier Garay (sin nadie del clan Uranga). El tono del documental es cálido y amable, aunque no esté exento de momentos que rompen los esquemas. Atención: Sergio estaba enamorado de Amaya.

«Gruñona y cascarrabias»

Hacia los 17 minutos del documental, la propia Estíbaliz reconoce que su futuro marido no se fijó en ella al principio. Y lo confiesa delante de Amaya, antes de apuntalar «que se lo llevó la que se lo tenía que llevar, porque tú no estabas por él». Ni por Sergio ni por nadie en ese momento. Amaya lo quería «muchísimo» como amigo pero nada más. Así lo sentía y así lo dice.

Estíbaliz y Amaya en el momento en el que desvelan que, al principio, Sergio estaba enamorado de Amaya.

Es auténtica, sin ambigüedades ni tibiezas, pese a quien le pese. Los suyos a veces le reprochan que se haya vuelto «gruñona y cascarrabias» -como hace Iñaki Uranga con retranca en el documental- pero ella suspira sin tomárselo a pecho. Está acostumbrada. Su padre también le decía que actuaba «como una fanfarrona». Son comentarios que no le molestan, sino todo lo contrario, «porque hay confianza y cariño»

Los repite y exagera, hasta el punto de considerarse a sí misma «una jeta» mientras charla con EL CORREO. Lo suelta de improviso. No hay florituras que valgan. Mala estudiante en las Teresianas -«allí me mandaron y me tuve que aguantar»-, nunca tuvo fuerza de voluntad para hincar los codos. Solo le atraía la música y el canto.

«Tenía una tía maravillosa, la hermana pequeña de mi madre, que me llevaba a espectáculos. Recuerdo como si fuera hoy el Orfeón Infantil Mexicano que vi en el Teatro Arriaga. ¡Una preciosidad! Es curioso. Me olvido de cosas muy recientes, que te puedo decir ahora, pero todo aquello lo tengo grabado, como una película»

Amaya Uranga

El cine también le ha gustado siempre, aunque hubiera salas «con mucha gentuza como el Actualidades (C/Buenos Aires, 11), que era una porquería». En ese local se programaban películas para gente joven «y había muchos señores que iban y se sentaban a tu lado para meterte mano; pregunta, pregunta a las mujeres de mi edad y te lo confirmarán». Mujer de mundo y con experiencia -«buena y mala, porque hay de todo»-, sabe que no hay que bajar la guardia ante «según qué elementos, porque tipos asquerosos siempre habrá».

El abandono de Amaya Uranga en 1984 frustró un contrato millonario. Ella renunció a sabiendas

La familia Uranga Amézaga al completo.

Amaya es la mayor de nueve hermanos y el vivo retrato de su padre, delineante en Aceros Echevarría. Creció en una familia de clase acomodada «pero el pijerío, la falsedad y la hipocresía siempre me han dado alergia». Es sensible pero «cuando hay que serlo, mejor no pasarse, ya me entiendes». No se arrepiente de nada, tampoco de haber roto con Mocedades, en 1984. «Necesitaba estar sola, fuera y dentro del escenario. No me acuerdo de si grabé dos o tres discos, pero estoy muy orgullosa de esa etapa. ¿Por qué no iba a estarlo?». El éxito de esa etapa fue relativo, de ahí que muchos fans aplaudieron su decisión de convertirse en solista de un nuevo grupo, El Consorcio.

Imagen -

«No sé si como artista me hace falta o no estar arropada por más voces. No lo he pensado. La verdad, yo creo que también valgo para cantar sola. Las cosas suceden como suceden. Yo estoy muy feliz de haber pasado por varias etapas. Estoy contenta con mi pasado y mi presente». Ahora, con 76 años, está lista para seguir quemando kilómetros con sus compañeros de El Consorcio.

- Tengo entendido que a su aita no le hacía gracia que se dedicaran a la música...

- Noooo. Estaba orgullosísimo porque dejábamos el pabellón muy alto. Lo hacíamos bien y eso le emocionaba. En mi familia, en los Uranga y los Amézaga, había mucho talento musical. La unión de Roberto y Edurne, que eran mi aita y mi ama, multiplicó ese don. Es algo que llevamos dentro. Yo los siento muy cerca cada vez que canto. Pienso mucho en ellos. Siempre que salgo y canto, les rindo homenaje. Quiero que aita y ama sigan estando orgullosos. Eso da una fuerza tremenda.

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