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Eneritz Dueso Domenech (Irun, 1993), alias Eneritz Furyak, actuará este jueves en el sexto Indie Festival de Bilbao (Edificio Bizkaia de la UPV, entrada libre, horario: puertas 17.30 h, Eneritz Furyak 18.00 h, Sara Zozaya 18.50h, María Berasarte -¡con Joseba Irazoki!- 19.45 h; o sea el cartel es triple, femenino y guipuzcoano). Aquí Eneritz pre-estrenará su tercer larga duración (contando un recopilatorio), 'Emadan', un álbum muy indie, minimal y teatral (esto por el aspecto vocal), un repertorio etiquetado como 'post folk' y que evoca a figuras femeninas mayormente indies como una Anari desprendida de lo tétrico y reiterativo, P.J. Harvey, Maite Larburu por lo arriesgado y experimental, Maren por la forma de jugar con la entonación, ¡Amaia Montero en la canción 'Beltzaile'!, Liz Phair por lo indie otra vez… Eneritz, en un gesto inusual entre los músicos, señala la influencia en este opus del dúo electrónico inglés Goldfrapp en su álbum de debut 'Felt Mountain' (2000).
Y escribimos bien lo de pre-estrenará, porque el disco 'Emadan', autoproducido por ella aunque apadrinado por el DJ pamplonés Fermín Lorente, alias Fermin Göo, a través de su agencia Farmway, se publicará el jueves 18 de febrero en plataformas, CD y vinilo. Antes, Eneritz, también ilustradora y ex del trío underground de folk-blues Kasernarat, nos concede esta entrevista en primicia.
¿Dónde vives, en Irun?
Estoy en Urruña, Lapurdi, donde vivo desde hace unos años. Pero vivo justo en la frontera, así que si no fuese por los controles y por las medidas contra la pandemia, podría ir paseando hasta donde me crié en Irun, y dando unas zancadas más llegaría hasta Mosku, que es el barrio de Irun en el que más me he sentido en casa.
¿Qué haces cada día?
Mi día a día es, o era, imprevisible. Y depende de la época del año, porque trabajo desde casa en general. Pero luego la música me lleva de un sitio para otro, no solo cuando toco, también porque siempre me ha parecido que uno de los mejores planes es echarme a la carretera para ver un concierto, algo imposible ahora mismo en Iparralde.
¿Y un día como este martes?
Justo hoy martes me toca responder mails, ensayar, mantener una reunión por teléfono, hacer traducciones para otro pequeño trabajo que tengo, grabar por vídeollamada con Jagoba Salvador el podcast 'Dunbala' de esta semana para la web de la revista Badok... Nada de otro mundo, pero no me aburro.
¿Cómo empezaste en la música? ¿Cómo te gustó, cómo te atrapó, como aprendiste…?
Empecé a estudiar la triki con 8 años porque yo misma se lo pedí a mis padres. En lo que respecta a tocar algo, mi primer contacto fue con el folklore y la romería. Pero luego llegó la adolescencia y conocí el mundo del punk. Me obsesioné y empecé a estudiar la guitarra eléctrica con Iñigo Muguruza. Me costó encontrar un grupo en el que tocar. Era frustrante ver que no había mujeres montando grupos, pero tuve la suerte de encontrarme a un grupo de chavales del cole, de un curso superior, que creo que me acogieron porque teníamos amigos en común. Yo simplemente tocaba quintas con la eléctrica, pero nos lo pasábamos bien.
Ajá.
Esa época marcó un antes y un después porque es cuando empecé a indagar para conocer más grupos, a descubrir estilos que no sonaban en la radio, y a empezar a trazar planes locos como coger dos buses y un tren únicamente para ver un concierto. Creo que esa búsqueda constante es lo que me atrapó de la música. Que una canción o un grupo puede descubrirte otros mundos. Esa capacidad de que algo te mueva por dentro, tanto como para poder moverte por fuera.
¿Te agrada la etiqueta de post folk que se te coloca en la hoja de promoción del nuevo disco?
Nunca me he sentido cómoda con las etiquetas. Creo que nunca he encajado en ninguna al 100%. Pero ayudan, y lo del post folk quizás esté bien para que alguien entienda lo que hago. Así que si es útil de alguna manera, no tengo nada que decir en contra. Mientras no haya que hacer lo contrario e intentar hacer que la música encaje en la etiqueta, pues es solo eso: una etiqueta.
Tocas la trikitixa, pero parece que no hay ni rastro en tu novedad, 'Emadan', aún inédita. ¿En tu forma de componer permanece la sombra de la triki?
¡Hay una triki en el disco! Pero suena a sintetizador porque está acompañada de otros sonidos. Si escuchas la canción 'Jaio Aitzin', la segunda parte, que es más luminosa, empieza con un sonido agudo y un poco estridente que es el de la triki. Me gustan ese tipo de juegos, saber que en el disco hay algo que tú has encajado porque para ti tiene sentido, aunque quizás nadie lo intercepte del todo.
Entiendo.
Mi forma de componer es bastante simple y tiene poco que ver con ese instrumento, con la triki. Ni con ningún instrumento en concreto. Busco unos acordes y empiezo a cantar por encima. Construyo la letra cantando y, cuando tengo unas frases, las escribo. Lo que marca el rumbo de la canción es la letra y los giros de la voz. Y en este disco 'Emadan', en el que he tomado otra dirección en lo que se refiere a la producción, me he dejado llevar por los sonidos y por las sensaciones. No ha habido decisiones puramente compositivas en ese aspecto.
Tus letras son largas y nada sencillas. ¿Qué te inspira?
Siempre he escrito y eso es algo que me da mucha libertad. Es un juego, algo con lo que expresar lo que no se puede de otra manera. Me gustan las letras interpretables, que cada uno pueda crearse un sentido a su medida a partir de ellas. Creo que lo que más me inspira es lo que sucede dentro de la cotidianeidad, pero de forma que quieras seguir viviéndola. Descubrir una canción en el momento oportuno, sentir algo que esté fuera de lugar, convertir lo correcto en humano... Creo que en este disco hay mucho de crítica social encubierta, pero incluso en esos temas lo que me inspira es la gente que hace algo diferente, muchas veces de manera casi anónima, respecto a lo cotidiano y lo común.
Dando por supuesto que eres una buena lectora, ¿qué libros tienes entre manos?
Últimamente leo menos de lo que me gustaría. Y aunque he llegado más tarde que la mayoría de sus lectores, descubrir la escritura de Eider Rodríguez ha sido como un regalo. A veces, cuando le dan mucho bombo a algo, luego me decepciona. Al final intento no leer algo en el momento equivocado solo porque todo el mundo asegura que es maravilloso. Prefiero esperar el momento oportuno.
¿Leíste mucho durante el confinamiento?
En Iparralde hemos tenido dos confinamientos más o menos estrictos. Y ahora tenemos el toque de queda a las 18 horas. Durante el segundo confinamiento estaba estudiando y trabajando, así que no pasé mucho tiempo en casa, pero en el primero casi ni salí a la tienda porque no tenía los papeles que necesitaba en regla. Y sí, leí mucho, pero no literatura: leí sobre derechos laborales de los músicos y cosas similares. Menos mal que pude compartir ese tiempo con otras músicas para apoyarnos mutuamente, aunque fuese por vídeollamada. También aproveché para leerme por fin entero el 'Quousque Tandem…!' de Oteiza. Fueron meses intensitos.
¿Por qué has elegido el nombre artístico de Eneritz Furyak? ¿Las Furias, traduciendo del inglés y el euskera?
Lo del apellido no lo elegí yo, o al menos no como nombre artístico. Precisamente, tiene que ver con las Furias o Erinias de la mitología griega, con la vieja Furia de 'Alicia en el País de las Maravillas' y por eso la Y del inglés, con el propio sentido de la palabra en euskera o en castellano... Es un juego literario. Hace muchos años yo tenía un blog que se llamaba así, Furyak, en el que escribía crónicas de conciertos, textos creativos, etc. Y al haber gente que me empezó a llamar así, lo utilicé para este proyecto en solitario. No sé si es muy acertado desde la visión de marketing, pero ya no creo que lo vaya a cambiar, ¡y menos por esa razón!
Ya, los nombres deben ser claros a la primera. ¡Yo pensé que eras la rapera La Furia con nuevo apodo! Pero hablemos del nuevo disco, 'Emadan', el tercero según la hoja de promoción, que contabiliza un recopilatorio de inéditos.
Me gusta separarme de mi música y entender que un disco es una cosa y mi vida otra. Pero para mí este disco significa una nueva etapa de mi vida, y por lo tanto es imposible que eso no se traduzca en lo musical. El mayor cambio en 'Emadan' es que detrás hay un aprendizaje consciente, una selección de canciones consciente, un saber adónde quieres ir y hacerlo en la medida de lo posible. Y lo que quería lograr era convertir mis canciones en algo que yo escucharía si no lo hubiese hecho yo misma. Que el disco no fuese solo una colección de canciones, sino algo más unitario, más cercano al concepto de banda sonora, aunque no tenga nada que ver con eso. Y resulta que los últimos años he escuchado mucha más electrónica, muchos más géneros cercanos al pop, y sobre todo he prestado mucha menos atención al rock and roll y a sus temáticas aunque estén presentes en cierta manera en el disco.
'Emadan' sale el 18 de febrero, pero me lo han pasado y me resuena a Anari, Maite Larburu, PJ Harvey –tras anotarlo luego he visto que se la cita en la hoja de promo-, Liz Phair, Maren por el retorcer las palabras…
No me siento identificada con Liz Phair ni con Maren, porque en lo musical he crecido junto a otra generación. En mi entorno no había mucha gente de mi edad que fuese a ver bolos y que se interesase por la música en un sentido quizás más rebuscado. Pero me gusta que las menciones porque sí, algo tienen que ver en el fondo. El disco lo definiría como un puente entre el sonido acústico del folk, sin que llegue a ser parte del género, con sintetizadores que lo sitúan en un lugar etéreo en el cual las riendas las lleva la voz. En Spotify el disco estará a partir del 18, que es la fecha oficial de publicación.
¿Y cuáles son tus mayores influencias o referencias a la hora de cantar? No te das apenas descanso en la intensidad ni en la llamémosla teatralidad.
Como he dicho antes, la voz es la que manda en mis canciones. Quizás porque es mi recurso principal, aunque un arma de doble filo porque sé que para el oyente no hay un término medio con mi voz: la amas o la odias. Bebo de muchas influencias. Supongo que en su día me influyeron los giros del rockabilly, y aunque ya no los use demasiado, algo de ello ha quedado.
Ja, ja… ¡Yo también estoy muy influido por el rockabilly! Y sí, antes cantabas más con esos hipos y agudos del rockabilly, con vibratos incluso.
Para este nuevo disco me viene un título a la mente de otro estilo. Creo que en cuanto a melodías vocales se refleja en mí algo de ese disco. Me refiero al álbum 'Felt Mountain' de Goldfrapp. El año pasado iba a ir a verlos en Edimburgo por el 20 aniversario del disco, pero por la pandemia no pudo ser. Me hacía tanta ilusión que me compré una sola entrada y creo que no pregunté a nadie si quería venir conmigo, ja, ja… Pero me la comeré con patatas, porque la nueva fecha es para marzo de este año.
¿Y cómo será el concierto del jueves en Bilbao? ¿Actuarás a solas?
En el escenario volveré a estar sola, pero esta vez no me acompañará solo la guitarra. Los sintes los tocaré con unas pedaleras. Podría disparar pistas de sonido y cantar y aprovechar para moverme por el escenario, pero no me sale de dentro hacer un concierto entero como si fuera un karaoke.
Haces bien.
Lo digo con respeto a los que lo hacen, porque sinceramente me alegra que la gente sea libre de hacer lo que quiera encima de un escenario, por mucho que tocar un instrumento en directo pueda tener su mérito. Aunque en alguna canción quizás lo haga, ya veremos. Creo que será un concierto con ritmos lentos y juegos entre lo acústico y lo ambiental de los sintes. Y sobre todo espero que deje a alguien con ganas de más.
El disco lo saca Farmway, sello y agencia de management del DJ pamplonés Fermín Göo.
'Emadan' es una autoedición, así que corre por mi cuenta. Esto no cambia la forma de hacer de dónde venía yo, que es el mundillo que podríamos llamar DIY (do it yourself, la autogestión). O sea que no hay sello. Aunque Farmway Records gestiona ahora mismo la parte de management, la cual engloba sobre todo la contratación, pero también temas de prensa y supongo que algo que de modo abstracto podría llamarse apoyo moral.
Ja, ja, ja…
Yo conocía el proyecto de Fermin Göo de antes, y tenemos amistades en común. Él sabía que me molaba la filosofía con la que llevaba el tema, pero suelo ir muy por libre y no acostumbro a llamar a esas puertas. Así que él llamó a la mía y no pudo hacerlo en mejor momento, porque yo tenía el disco terminado pero ya muy pocas energías para moverlo con cierto sentido de la estrategia, por llamarlo de alguna manera. Así que como quien dice, las gallinas del baserri de Farmway y Furyak acabamos de comenzar con esto, pero parece que nos entendemos bien. Ahora me falta ponerle la otra mitad de la cara a Fermín, porque esto de conocer a gente en medio de una pandemia no deja de ser una especie de mascarada descontextualizada. Tiempo al tiempo.
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