![Los 10 mejores conciertos de 2019](https://s2.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/201912/30/media/cortadas/conciertos2019-kLj-U901091742623cK-1248x770@El%20Correo.jpg)
![Los 10 mejores conciertos de 2019](https://s2.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/201912/30/media/cortadas/conciertos2019-kLj-U901091742623cK-1248x770@El%20Correo.jpg)
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En total, a 610 grupos y solistas hemos visto en directo en 2019. Muchos de ellos repetidos: William Gutiérrez, Coppel, Micky & The Buzz, McEnroe, Fakeband, The Daltonics, Los Zigarros, Tarque, Leiva, Moonshakers, Los Sirex, Los Panchos… Y aquí va la lista de los 10 mejores ... mejores conciertos que hemos catado en Bizkaia: seis españoles, uno cubano, uno argentino, uno de los Beach Boys y otro de un ex Deep Purple.
1
El cuarteto catalán de rock and roll instrumental pilotado por el saxofonista Dani Nel.lo demostró una vez más ser una máquina sin cantante un domingo por la tarde en un caldeado Antxiki durante el tour de su décimo aniversario. Hora y cuarto (76 minutos) para según el setlist 21 instrumentales tribales y movedores con sonido espectacular ('jambofónico' lo llamarían ellos), precisión absoluta (no solo por ir al grano y hablar poco, sino también por la ejecución individual y la compenetración entre los cuatro músicos) y ganas de hacer bailar al personal. Los Mambo Jambo triunfaron con su pócima e informó Dani: «Llevamos diez años pateando culos por todo el Estado. No hace falta hacer pop… o indie… Hay otros caminos, como el rock and roll instrumental. No sólo existe la autopista comercial. Os prometo que volveremos a la sala de abajo con la Arkestra, 16 músicos». Aún les estemos esperando.
2
La pianista y vocalista madrileña Elena Iturrieta volvió a triunfar en su segundo show en Euskadi, esta vez en Sopelana. Al frente de su septeto grandilocuente dio un magno concierto de una quincena de piezas en 110 minutos divulgando su segundo disco, el noctámbulo 'What Night Hides' ('Lo que la noche esconde'). Nos hizo reír con sus soliloquios, tiró de aparato festivalero e hipersensibilidad constante (quizá la única pega que se le puede poner es el uso de los sostenidos, pues apenas varía la forma de cantar, inspirada en la ópera, como reveló al final), y saltó de lo minimal a lo rural, y del jazz 'Skylark' al 'Toxia txori' de Mikel Laboa.
3
Más de 6000 personas acudieron a Miribilla a las más de seis horas de espectáculo de variedades mayormente ochenteras denominado 'Yo fui a EGB'. El presentador Carlos Latre aportó la nostalgia y destacaron los conciertos cortos de Manuel 'Danza Invisible' Ojeda, Miguel Costas ex Siniestro Total, Seguridad Social y unos sorprendentes Toreros Muertos madrileños que entran en esta lista de lo mejor de 2019 gracias a su líder, un sembrado Pablo Carbonell que ofició orate, delirante, teatral, onomatopéyico e inventivo vocalmente durante estas cuatro piezas: 'Yo no me llamo Javier', fue puro David Byrne; 'Manolito', fue como oír a Albert Pla con La Polla Records; 'Hoy es domingo' fue surreal y digna de los Primital del saxofonista bilbaíno Santi Ibarretxe; y su megahit 'Mi agüita amarilla' duró siete minutos y coló cachitos de otras canciones en las que llueve, por ejemplo el 'Ojalá que llueva café' de Juan Luis Guerra o 'Purple Rain' de Prince.
4
En el ciclo Music Legends y con las entradas agotadas, el bajista y vocalista Glenn Hughes, melenudo, flacurrio e hiperenergético a sus 67 años, revisó el legado de su banda madre Deep Purple con un poderío increíble, apabullante incluso al recordarlo días después. Hughes grabó tres LPs oficiales en los 70s con los Purple y en hora y tres cuartos sonaron 9 canciones (10 contando el colosal fragmento góspel intercalado de 'Georgia On My Mind' de Ray Charles). «Buen set de Glenn. Todas de Deep Purple. 5 temas del 'Burn', 2 de 'Come Taste The Band', 1 del 'Stormbringer', más el 'Smoke On The Water', que no estaba él en ese disco, sino Roger Glover al bajo e Ian Gillan a la voz», nos ilustró el exiliado Pato cuando le mandamos el setlist por wasap. Ah, el volumen fue tan atronador que durante la prueba de sonido matutina hubo protestas y preguntas de los trabajadores del piso de arriba, también de la BBK.
5
El viernes en que Dylan actuó en el BEC, el doceto bonaerense prendió un fiestón cantarín en un Antzoki colonizado por la emigración latina. Los Auténticos Decadentes argentinos montaron un feliz tumulto ante casi 400 personas de mayoría suramericana, con numerosos banderas ondeando y la gente cantando todas las canciones a pleno pulmón. La alegría consuetudinaria se disparó con el pistoletazo de salida y en 86 minutos juerguistas se ejecutaron casi enlazadas unas 23 piezas. Al todoterreno Azpiazu la algarabía recordó a La Vela Puerca y a Los Piojos, y a al que suscribe a La Mosca también argentina, a La Pegatina con más pegada, a Los Commitments de película por eso de la diversión musical racial y, no es broma, a la italiana Raffaella Carra (influencia evidente en 'El murguero'), y, no es agravio, al propio Georgie Dann (influencia descarada en 'Siga el baile'). Por cierto: ¡nadie fumó en el Antzoki!
6
Los inspiradísimos roqueros valencianos agotaron el Antzoki con diez días de antelación y dieron un concierto espléndido de 99 minutos para 23 canciones, todas buenas. Presentaban su tercer disco, 'Apaga la radio' (Universal), y Fito Fitipaldi estuvo entre el público (se llevó de teloneros a Los Zigarros en una gira colosal, ya recordarán). Nada pareció forzado o estirado en su bolazo: ni la insistencia en ciertas ocasiones para crear clímax, ni los coros cuidados y los arreglos efectivísimos, ni los estribillos, ni los ganchos, ni los guiños (a Tequila, al boogie, al 'Blue suede shoes'…), ni la sensualidad sugerida, ni los jadeos, ni los gruñidos… La única pega de su bolo del Antzoki sería que el excesivo volumen provocó como daño colateral que la cosa no sonara tan bien, que no se distinguiera todo claramente. Pero meses después aún nos acordamos de la versión de Los Flying Rebollos de Portugalete 'Mis amigos'.
7
En noneto perfectamente engrasado, con dos históricos en sus filas como el teclista Brian Johnston y el vocalista y líder Mike Love, y sin parar apenas de cantar ni de moverse, Los Chicos de la Playa asombraron en la primera jornada del 4º Music Legends Festival en Sondika, oficialmente ante 2.690 personas. Antes de ir nos daba miedo que se pudieran sobrepasar con el almíbar, con el síndrome de la película 'Cocoon' o con los coros duduá hasta enloquecer de churriguerescos. Sin embargo, suavitos y sin parar en una labor de zapa constante, a los Beach Boys les contamos 29 canciones en 98 minutos fulgurantes, y de ellas 20 fueron maravillosas y nueve buenas. ¿Quién iguala eso? ¿Bruce? ¿Vintage Trouble? ¿Loquillo? ¿Coppel? ¡Nadie! Ante una pantalla de fondo más pequeña de lo que acostumbran, Los Beach Boys desenvolvieron un cancionero hedonista, consumista, optimista, soleado y eternamente juvenil que representa a la perfección al capitalismo en su pico culminante en occidente: los años 60. Canciones de surf en la playa, de chicas en bikini y de coches quemando el asfalto. El reverso de Siberia. O sea, Surfin' USA & California Girls. ¡Ja!
8
En su mejor año, La Maravillosa Orquesta del Alcohol burgalesa llenó la explanada del Guggenheim no sólo de chavalería que coreó sus letras literarias hasta que se les turbaba el rostro y se les mojaban los ojos. El septeto de folk-rock burgalés dio el mejor concierto que les hemos visto en sus ocho años de andadura porque en esta ocasión en absoluto resultó forzado ni afectado, porque la ronquera de su líder David Ruiz -el del brazo tatuado con el rostro de Johnny Cash- pareció reconducida y bien educada (¿habrá ido a clases de canto?), porque los músicos medraron de una manera inédita respecto a los discos (se notó que estaban rodados y muy acostumbrados a actuar en grandes espacios), y porque su aliento adolescente no fue excluyente para los numerosos espectadores restantes. Fue un macroconcierto breve, fugaz, de 23 canciones en 91 minutos. La chavalería coreó a pulmón numerosas canciones, La MODA oficiaron siempre intensos, apretando en una lírica literaria a veces demasiado acentuada (hasta hubo un par de pasajes declamados y recitados muy bien intercalados), y citando a mitos como Johnny Cash, Miles Davis, Oscar Wilde o 'El guardián entre el centeno'. El concierto fue intachable, evolucionó por las alturas con un sonidazo diáfano y poderoso, y nosotros titulamos la reseña así: 'Épica para jóvenes y valientes'.
9
Con las entradas agotadas y a la altura de su leyenda ofició Pablo Milanés, nacido en Bayamo, en el oriente cubano, hace 76 años, en el nuevo teatro municipal getxotarra. En trío y flanqueado por dos músicas también negras (una pianista y una chelista), el icono cubano global ofició solemne, autoconsciente, amoroso y existencial en una meta más de su extensa gira llamada 'Esencia'. El maestro presentó así el acto: «Un recital (sic) que consta de canciones viejas, no viejas y algunos estrenos. Es la esencia de todas las etapas de lo que yo considero mi obra completa». La RAE dice que un recital es un «concierto compuesto de varias obras ejecutadas por un solo artista con un solo instrumento», pero el caso es que el concierto en trío de Milanés contuvo 23 piezas en 90 minutos exactos (luego la gente se tiró dos más aplaudiendo, pidiendo bis, silbando y protestando en vano) de ambiente culto y elevado, con el mito bien a la voz y con el volumen de la sala quizá demasiado alto en clásicos como 'De qué callada manera', 'Ya ves, yo sigo pensando en ti', 'El tiempo, el implacable, el que pasó' y los dos más ovacionados: 'Yolanda' («te amoooo… eternamente te amooo») y 'El breve espacio en que no está'.
10
Bien de voz, vestido de negro igual que hace 50 años, escoltado por la sinfónica de La Rioja y a veces cruzado por ritmos electrónicos, el egotista, fáustico y romántico Raphael convenció a las casi 4000 almas que congregó un sábado de octubre en el Bilbao Arena dentro de su gira 'Resinphónico', que lució buenas visuales de fondo. El inigualable e inimitable Miguel Rafael Martos Sánchez (Linares, Jaén, 75 años, 58 años de profesional), enfocado por dos cañones de luz, en 140 minutos de macroespectáculo cantó 31 canciones, la mayoría arrebatadas y 12 de ellas obtuvieron los coros del gentío milenario de manera espontánea, o sea sin que se lo pidiera nadie. Raphael fue afrancesado, dramático y mefistofélico en 'Igual (Loco por cantar)' (con la letra hablando de él, para no variar), en 'No vuelvas' la sinfónica evocó a John Williams, 'Digan lo que digan' la entonó desde el centro de la escena y con los ritmos electrónicos metiendo más caña que los Crystal Fighters en San Mamés con motivo de la MTV, en 'Ahora' fue egotista y desmesurado, en la también superior 'La noche' resonó a híbrido del payaso Charlie Rivel y del chansonnier Charles Aznavour… Y paremos aquí, que siempre es desbordante el gran cantante linarense.
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