Loquillo se gusta en su papel

Al final el cantante permitió que hubiera fotógrafos en el foso durante las dos primeras canciones, y sin usar teleprompter o chuletas con las letras como tantos otros artistas de su quinta (tiene 61 y mantiene la agilidad de un baloncestista), gustándose, apuntaba con el dedo ora al horizonte ora a algún espectador determinado perdido en la masa. Hacía malabarismos con el pie de micro, bailaba en corto, cedía el espacio a sus músicos, hablaba poco y se movía mucho. Vistió tres americanas: primero una gris, luego una de cuero y luego otra gris con el logotipo del pájaro loco, cuyas camisetas se vendían en el merchan a 25 euros, un precio más lógico que las 40 que costaban las de Status Quo, la única pega que pondríamos a los ingleses. El Loco salió a escena reluciendo de contento, risueño e iluminado, y acabó saludando satisfecho y orgulloso.

La cosa empezó bien, con Loquillo solemne dictando letras hagiográficas ('Los buscadores', 'Planeta Rock'), aunque sobre la música algunos aficionados echaban de menos más fuerza en el sonido de las guitarras. «Había tres delante del escenario y solo se oye el teclado», decía al principio de la cita un renuente espectador, Ricky, a la postre también satisfecho con la actuación.

El repertorio fue muy parecido al de la última gira, y subimos un escalón con todo esto: la bonita 'Cruzando el paraíso' de su admirado Johnny Hallyday; la egotista 'El último clásico'; el primer rock and roll de la velada que fue 'Carne para Linda', cuando Loquillo bajó a ras de pista para saludar y besar a las primeras filas mientras cantaba. Luego llegaron el populista y transversal 'Rey del Glam' de Dinarama, y, bum, a la 13ª el primer momentazo, que fue 'Rock & roll actitud', con El Loco recorriendo el borde del escenario.

Bonito estribillo contuvo 'La vampiresa del Raval', al pop se arrimó el roquero en la otra nueva de la velada y que fue 'El Rey', otra hagiografía con el fondo del escenario teñido de rojo (y con letras como «Soy heredero de un charnego / Quise salir muy pronto del agujero», «¿Cómo es posible ser el rey / Sin apellidos compuestos / Solo estribillos perfectos? Mis dominios oficiales / Son mis canciones, mis conciertos imperiales / En mi banda no hay mercenarios / Tan solo tropas que pelean a diario / Mis seguidores tienen valores / Son mucho más que meros compradores / Son gente honrada, son de palabra»), y el segundo momento colosal del repertorio fue la rumba 'La mataré', que enloqueció a todo Miribilla, tanto a ellos como a ellas (la cantante Reitxel O. dijo al acabar que 'La mataré' fue la que más le había gustado).

Y ya hasta el final Miribilla fue una fiesta: los coros se elevaron masivos, el jolgorio general se impuso a pie de pista, y cayeron los hits 'El ritmo del garaje', la tercera cima que fue un 'Feo, fuerte y formal' que nos volvió a evocar a la juerga de los Toy Dolls en el Azkena Rock Fest, y el adiós (¡sin bis!) con el cuarto momentazo del listado, 'Cadillac solitario', antes del cual agradeció Loquillo «la invitación a estar en este festival y las muestras de cariño recibidas durante el último año».

El nivel de todos los actuantes del sábado, jornada final del BBK Bilbao Music Legends Fest, osciló entre lo bueno: Shirley Davis, Stills) y lo muy bueno (Mikel Renteria, Walter Trout, Paul Carrack, ¡los dos pases de los Runaway Lovers!, y el propio Loquillo. El sábado 16 de julio el roquero catalán estará en Santo Domingo de La Calzada, en el 'Rock Land Fest', en un cartel triple con M-Clan y Morgan. Hum…