Y el long play mató al compact disc

La trayectoria del formato en vinilo es, como cantaba Serge Gainsbourg, como un 'boomerang'. Una vez lanzado fuera del gran mercado musical a finales del siglo pasado, y cuando ya nadie lo esperaba, regresó inesperadamente hace una década de la mano de un revival que tenía mucho de nostalgia. Sin embargo, este viaje de vuelta del long play no ha sido algo efímero ni se ha limitado a coleccionistas que intentan recordar tiempos mejores, sino que se ha mantenido en los últimos años y las ventas han ido 'in crescendo'.

Hasta el punto de que hace dos años las ventas de vinilo en España superaron por primera vez en este siglo a las del CD, hasta hace pocos años el formato físico musical por excelencia, que a su vez había enterrado casi por completo al propio vinilo en los años 90. Este escenario de primacía del vinilo volvió a repetirse en 2023 y el 2024 va camino de agrandar la brecha. Así las cosas, el sector vive el Día Internacional del Vinilo, que se celebra este lunes, con el formato más vivo que en décadas, lo que se traduce también en la resistencia de las tradicionales tiendas de discos, que parecían condenadas con el cambio de siglo y la popularización de internet y el todo gratis.

Si en la canción de The Buggles el vídeo mataba a la estrella de la radio, el vinilo ha matado contra todo pronóstico al CD, al que se auguraba una vida mucho más larga como formato de referencia. Y es que el compact disc parecía ser mejor formato en casi todos los aspectos: una calidad digital de sonido, un formato muy manejable, compatible con los equipos de sonido de los coches… Pues nada de eso; con el paso de los años ha sido su antecesor el que se ha vuelto a imponer por diversos factores.

Entre ellos, la profundidad de un sonido más crudo y fiel a lo que es una grabación en estudio, masterizaciones menos artificiales, y, visualmente, un formato en el que el 'artwork' y las portadas destacan mucho más por su gran tamaño. Y, más allá, están los misterios propios de las corrientes y las modas. Eso sí, quien piense que el perfil del comprador de vinilo es fundamentalmente el de una persona coleccionista o nostálgica de tiempos mejores, está equivocado. Basta con darse un garbeo por las tiendas de discos de Bilbao para corregir dicha percepción.

Jon Barrasa lleva más de un cuarto de siglo al frente de Power Records, ahora situada frente al Decathlon de la calle Villarías, y constata la tendencia al alza de long play en los últimos tiempos, con consumidores que forman un público variado y de un amplio abanico de edades. Mientras atiende a EL CORREO despacha tres LPs de una tacada a una clienta y explica que el vinilo «supera en buena medida» al CD hoy en día: «Es verdad que el CD no ha muerto y conviven los dos formatos, pero el vinilo tiene mucho más movimiento en la actualidad, sobre todo por las reediciones y el mercado de segunda mano».

Así, en Power Records funciona muy bien el fondo de catálogo y las ventas de novedades en vinilo son algo más escasas. «Sospecho que en esto influye el incremento de los precios en los últimos dos años por los costes de producción y que la gente prefiere comprar con descuentos en internet», razona Barrasa, que, en contraposición, celebra el vibrante mercado de discos clásicos de géneros como el rock, el soul o el jazz. «Me piden mucho a los Beatles y a Dire Straits, o, en jazz, a Coltrane o Miles Davis. Y, en cuanto a novedades, están funcionando muy bien Idles o Jason Isbell», resume.

Insiste el comerciante bilbaíno en que el perfil del comprador es «muy cambiante y diverso». «Tengo clientes que empezaron hace décadas con el vinilo, luego se pasaron al CD y ahora vuelven por nostalgia, pero luego también hay bastante gente joven que ha desempolvado el tocadiscos antiguo de sus casas. Estos suelen combinar plataformas como Spotify con el físico en vinilo». No, sin embargo, en CD, «formato que los jóvenes han abandonado por completo» y que tienden más a consumir hoy en día las personas de mayor edad.

Confirma este extremo Francisco Javier Hernández, de Harmomy Rock, que lleva diez años en la céntrica calle General Concha. Este comerciante, que hasta hace poco solo vendía vinilo pero recientemente ha añadido una sección de CDs de segunda mano, saca el libro de ventas y revela que, por cada 12 vinilos que vende, solo despacha dos cedés. «Es mucha diferencia», constata, aunque deja claro que el compact disc también sigue teniendo su nicho de público.

Sobre el perfil del comprador del formato LP, Hernández habla de «todo tipo de gente», entre ellos muchos jóvenes. «Muchos chavales empezaron en la pandemia a usar los tocadiscos de sus padres y se han aficionado a consumir la música en este formato». Harmony Rock se centra en reediciones y segunda mano (aunque también funciona con novedades por encargo) y, respecto a los grandes éxitos de ventas en la tienda, su propietario cita títulos clásicos de artistas de los 70 como el 'Rumours' de Fleetwood Mac, el 'Ziggy Stardust' de David Bowie o el 'Born to run' de Bruce Springsteen. «También se vende mucho grunge y mucho metal y, de bandas de la actualidad, me encargan mucho a Linkin Park», concluye.

Pero hay clásicos que nunca fallan ni se olvidan; entre ellos, el popular 'Nevermind' de Nirvana, que arrasó en las listas de éxitos de los 90 con 'Smells like teen spirit'. Tanto Hernández como Barrasa lo citan como uno de los títulos que nunca deja de venderse ni pasa de moda. Y, respecto a lanzamientos de proximidad, está trayendo cola el nuevo LP de los guitarreros The Wizards, así como los recopilatorios del sello bilbaíno Soul4Real.

Hay por tanto propuestas para todos los gustos y mercado del vinilo para rato. Porque el long play trasciende de modas y, de momento, esquiva a sus competidores y convive bien con el 'streaming' de internet.

• Temas
• Bruce Springsteen
• David Bowie
• Miles Davis
• The Beatles
• Música rock