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Pop-rock adolescente ardiente y urgente, muy guitarrero y castellanoparlante, sensual pero no banal, y con potencial para llenar el BEC facturan los guerniqueses Supercremalleras, que si salieran de Madrid habrían rebasado el estatus de promesa emergente. Resuenan a Leiva y Sidecars, a Dani Martín ... y a El Canto del Loco, a Strokes y a Carolina Durante, y mola mucho su disco debut, 'Aviones con vértigo' (2021).
Este viernes actuarán en el Bilborock (20.00 horas, entrada libre), en el nuevo concurso VillaSound Bilbao 2022 (sustituto con concepto más desacertado del histórico Villa de Bilbao), en el seno de una terna completada por Sara Azurza y Kyxo. Ojalá ganen esta segunda edición del VillaSound, aunque son cuatro maromos (sin cuota femenina), cantan en castellano (aunque su vida diaria sea en euskera) y no usan autotune (lo modernuqui y artificial tiene preferencia en este concurso).
Supercremalleras tocarán en segundo lugar, a eso de las 20.45 horas, y nos atiende el líder del grupo, Gorka Etxeberria, voz y guitarra.
-¿De dónde sale el apelativo de Supercremalleras?
-Teníamos claro que nuestro nombre empezaría con 'súper', por el tema popero, supongo. Después nos costó encontrar la otra palabra y tras largas listas de nombres salió 'cremalleras'. No tiene un significado especial. Además, nos gustó que fuese largo para llamar la atención. Pero ahora nos hemos dado cuenta de que es una faena porque no cabe en los carteles.
-Ja, ja… Sois euskaldunes de Gernika, pero cantáis en castellano.
-Sí, sale así. El proyecto nació con esta característica y dirección sin querer, sin premeditación. Ya forma parte de la banda y creemos que las letras son uno de nuestros puntos fuertes. Creo que en otro idioma no nos quedaría creíble y lo hacemos honestamente.
-Por supuesto, no lo dudamos. Vuestras influencias no tienen prejuicios: Leiva, Dani Martín…
-Es lo que hemos escuchado, sobre todo de pequeños. Y se nota que ha quedado mucho de eso en las canciones. Esas influencias las tenemos muy interiorizadas y marcadas, por eso tratamos de buscar nuevas bandas que se alejan bastante del pop-rock para renovarnos y no oxidarnos.
-¿Quiénes más os gustan?
-Nos gusta cualquier persona que haga las cosas de verdad. Odio la típica respuesta en las entrevistas que dice «a cada uno de nosotros le gusta una música diferente, luego nos juntamos y sale esto». En nuestro caso, es verdad que escuchamos bandas diferentes, lógicamente. Pero sabemos lo que queremos para la banda y a qué queremos sonar. Bandas que nos gustan a todos y que pegan con nuestro rollo pueden ser Sexy Zebras o Arde Bogotá.
-Ajá.
-Y el otro día estuvimos grabando en el estudio de Eñaut, de Ezpalak y Grises, que también nos molan.
-¿Cuándo os juntasteis los Supercremalleras y por qué?
-Mientras todos nuestros amigos se iban desapuntando de la escuela de música de Gernika, los supervivientes decidimos hacer una banda. Era nuestro sueño. Nos gusta marcar la fecha del inicio de las bandas cuando sacan su primer trabajo. Por eso decimos que Supercremalleras se creó en 2019, aunque es verdad que llevamos varios añitos más.
-¿No estáis además en otros grupos? A ti te he visto tocando la guitarra con Dientes de Luna.
-Por suerte tenemos la oportunidad de aprender y de tocar en más bandas: Dientes de Luna, Blanco y en Botella, Blaster M… Así tenemos la excusa para decir que estamos ocupados.
-¿Qué edad tenéis y a qué os dedicáis cuando no ensayáis?
-Somos de mediados de los 90: uno del 94, dos del 95, uno del 96. Estamos rozando los 27 años y rezando para sobrevivir a esta añada, por la maldición.
-Ja, ja, ja… Ya, Jim Morrison de los Doors, Amy Winehouse, Jimi Hendrix, Janis Joplin, Kurt Cobain de Nirvana… Todos muertos a los 27. Eso, ¿a qué os dedicáis?
-Unai (batería) es ingeniero, Julen (bajo) es el único que mantiene relación musical con el trabajo pues es técnico de sonido y los dos Gorkas (guitarras) somos profesores.
-Muy bien. 'Aviones con vértigo' es vuestro primer disco. ¿Qué estáis obteniendo con él?
-Primero, tranquilidad y satisfacción personal. Llevábamos mucho tiempo con las canciones guardadas sin poder enseñarlas y no pudimos aguantar más. Hoy en día los discos no funcionan, pero queríamos una base sólida de canciones para los conciertos y ese fue el motivo de su lanzamiento. Gracias al disco y por cabezonería hemos podido tocar en varios sitios, que en estos momentos es nuestro objetivo principal como banda. Nos están yendo bien las cosas. El feedback es bueno y estamos contentos con cómo han quedado los temas, que es lo importante.
-Ya. ¿De qué van las letras? Son positivas y tardoadolescentes, ¿no?
-No sé si son positivas. Yo creo que sí, pero luego las lees profundamente y parece que tienen siempre un triste final. Aún así, la música hace que todo sea más happy. Principalmente las letras hablan de amor picantón.
-Ya, se nota en varias de ellas.
-Intentamos ser un poco gamberros. No son autobiográficas. Nuestras vidas no son tan exóticas, pero nos solemos identificar con bastantes de las canciones.
-¿Y cómo será el bolo del Bilborock? ¿A qué aspiráis en este concurso? Molaría que ganarais. Es la segunda edición y el año pasado lo habríais ganado con facilidad a tenor del nivel general.
-Lo mejor del concurso es que nos dan la oportunidad de dar un concierto. Además, en el mítico Bilborock. Suena hippie, pero es la verdad: estamos agradecidos porque nos hayan elegido para tocar y sin pedir votos a nadie.
-Como debe ser.
-Aspiramos a dar un buen concierto. Que nos vea gente nueva, y que la gente disfrute con todas las bandas y la música en directo. Además, con Sara Azurza y Kyxo en el mismo cartel será una tarde-noche potente que molará. Tenemos media hora, así que vamos a ir con actitud, como siempre, tocaremos los greatest hits y haremos amigos.
-Seguro. Y calculando vuestro potencial os pregunto: ¿cuándo vais a tocar en el BEC? Eso sí que molaría.
-En febrero íbamos a tocar en el Antzoki, en la sala grande, la de abajo, pero al final nos pasaron al Antxiki, arriba, por recolocar fechas de conciertos cancelados. Fue lo mejor que nos pasó, porque se petó y el tamaño se adecuó a la banda. Hay que ir paso a paso. Hay que saber valorar, apreciar y disfrutar cada paso. Nos han acogido en sitios muy molones, pero también hemos tenido el partido del Athletic en la televisión detrás nuestro mientras tocábamos.
-¿Por dónde habéis actuado?
-Hemos tocado mucho por salas, sobre todo en Gernika, Zornotza y Bilbo. Y nos hemos aventurado a salir por ahí, como a Madrid. Queremos tocar, nos da igual dónde.
-¿Qué tipo de público va a veros? Muchas chavalas había la vez que os vimos en el Antxiki, donde disteis un bolazo.
-A la gente más mayor que viene a vernos le solemos recordar a bandas con actitud de su época, y la gente joven son nuestros colegas y nos quieren mucho. De momento, ahí aguantan. Y suelen traer a gente nueva y nos lo pasamos bien. Yo tengo un amigo cura y fui a ver una misa suya. Tenemos que apoyarnos. Lo del Antxiki salió muy molón, y nos sentimos como en casa. Lo mejor es que la gente que viene sale con buena sensación.
-Ah, en la foto del cartel del Antxiki salíais cinco Supercremalleras, pero en el bolo sólo os subisteis cuatro al escenario.
-Sí. El guitarrista, Dani West, está estudiando desde hace tres años en Galicia y le quedan todavía un par de años ahí. Decidió, y decidimos, que no era posible seguir por tema de concis, fotos, vídeos...
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