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Es el primer disco en el que aparece su apellido materno. En la parte superior de la portada del CD y con letras muy visibles puede leerse Kepa Junkera Urraza, como friso blanco que enmarca seis figuras femeninas con las manos entrelazadas y un rostro ... muy particular. No tienen cara sino una pandereta. El trabajo se titula 'Erromeriak' y reúne 15 temas, con la colaboración de más de 40 mujeres, ya sean de España o de Portugal. que dominan todos los registros y matices del instrumento. Los toques y redobles, con el puño o las yemas, actúan como una invitación a la alegría y la despreocupación, con las sonajas vibrando a placer.
Hay mucha vida en esta grabación que ha contado con Mikel F. Krutzaga como técnico de sonido. «Llevo trabajando 25 años con Kepa Junkera y la verdad es que hemos seguido las pautas de siempre. Hemos usado grabaciones previas suyas para triki y percusión –el 99% son de Kepa– y luego hemos procedido a hacer las mezclas con las nuevas aportaciones. Estamos contentos con el resultado. Después de reivindicar la alboka y la txalaparta en discos anteriores, tenía que llegar el turno de la pandereta. Tiene toda su lógica en la evolución de Kepa como músico», subrayaba ayer Krutzaga en la presentación del CD, celebrada en la sala de actos de la sede de Euskaltzaindia, en la plaza Nueva de Bilbao. Más de 80 personas abarrotaban el recinto pero ante todo destacaba la presencia de Kontxa y Sunne. En primera fila, la madre e hija del trikitilari se agarraban de la mano y discretamente se enjugaban la lágrimas.
El músico, flanqueado por Mikel F. Krutzaga y Mikel Lizarribar (coordinador de la producción), solo tenía ojos para ellas. No habló en la rueda de prensa pero se le escapó una risa corta, como una tos emocionada, cuando Olatz Goikoruria, también parte del equipo que ha sacado adelante el CD, recordó que 'Erromeriak' es un homenaje a su madre y su abuelo, Ramón Urraza. Ambos le transmitieron el amor por la música y encarrilaron su destino cuando apenas tenía siete años. Fue entonces cuando escuchó por primera vez la pandereta y la trikitixa, entre romerías y amigos, empapado de un fervor popular que caló hasta lo más profundo de su ser. De una vez y para siempre.
«Estas tradiciones siguen entre nosotros. Ya es hora de que las coloquemos en el sitio que se merecen. No hagamos caso de ese dicho tan retorcido, ese que nos tacha de 'país de pandereta'», recalcaban las integrantes del grupo musical de Nuestra Señora de Covadonga, de Torrelavega, en una videoconferencia que causó impacto y suscitó un par de interrogantes. ¿Cuál será la razón de ese desprecio secular? ¿Cómo se explica esa marginación? La respuesta no tardó en darla José Manuel Salvado Sanín, reputado fabricador de panderetas, con taller en la localidad gallega de Lavacolla: «Se desprecia porque se consideraba femenino y doméstico», zanjaba en tono muy serio el artesano, también en una intervención a distancia proyectada en pantalla gigante, antes de dejar caer una conclusión irrebatible: «La pandereta es la reina de los instrumentos tradicionales».
El músico, flanqueado por Mikel F. Krutzaga y Mikel Lizarribar (coordinador de la producción), solo tenía ojos para ellas. No habló en la rueda de prensa pero se le escapó una risa corta, como una tos emocionada, cuando Olatz Goikouria, también parte del equipo que ha sacado adelante el CD, recordó que 'Erromeriak' es un homenaje a su madre y su abuelo, Ramón Urraza. Ambos le transmitieron el amor por la música y encarrilaron su destino cuando apenas tenía siete años. Fue entonces cuando escuchó por primera vez la pandereta y la trikitixa, entre romerías y amigos, empapado de un fervor popular que caló hasta lo más profundo de su ser. De una vez y para siempre.
«Estas tradiciones siguen entre nosotros. Ya es hora de que las coloquemos en el sitio que se merecen. No hagamos caso de ese dicho tan retorcido, ese que nos tacha de 'país de pandereta'», recalcaban las integrantes del grupo musical de Nuestra Señora de Covadonga, de Torrelavega, en una videoconferencia que causó impacto y suscitó un par de interrogantes. ¿Cuál será la razón de ese desprecio secular? ¿Cómo se explica esa marginación? La respuesta no tardó en darla José Manuel Salvado Sanín, reputado fabricador de panderetas, con taller en la localidad gallega de Lavacolla: «Se desprecia porque se consideraba femenino y doméstico», zanjaba en tono muy serio el artesano, también en una intervención a distancia proyectada en pantalla gigante, antes de dejar caer una conclusión irrebatible: «La pandereta es la reina de los instrumentos tradicionales».
Para enriquecer todavía más el contenido de 'Erromeriak', se ha contado con el bertsolari Koldo Gezuraga Seijido, el rabelista Miguel Cadavieco y Yeray Rodríguez, que sigue la tradición del punto cubano. Se incluyen ocho temas inéditos, anteriores al ictus que sufrió Junkera en 2018, y siete grabaciones arregladas expresamente para el disco.
«Esta grabación tiene la fuerza de Kepa. Quien lo conozca, lo notará enseguida; y quien no, se dejará arrastrar. La triki, los arreglos, las panderetas y las composiciones, todo tiene su sello inconfundible», insistía Mikel F. Krutzaga, al término de la rueda de prensa, junto a la ilustración que acababa de hacer Asier Sanz. Con trazo seguro, en un lienzo con sonajas incrustadas, que ocupaban el lugar del corazón de palomas al vuelo, el artista bilbaíno había pintado a hombres y mujeres bailando. Una estampa naif y certera, con una pandereta a modo de sol, nimbada por haces de luz que irradiaban energía y más energía.
Se respiraba un ambiente de euforia en Euskaltzaindia, con decenas de discos corriendo de mano en mano. Entre el público se veía lo mismo al maestro pastelero Rafa Gorrotxategi que a Iván Fernández, de la marca Camisetaimedia, y a Fermín Aio, autor del documental 'Berpiztu' (Revivido), además de responsable de los vídeos de promoción de 'Erromeriak'. Todos hacían piña y arropaban al músico de Rekalde.
Entre los primeros que se acercaron al trikitilari, se encontraban el exdefensa del Athletic Andoni Goikoetxea, el aizkolari Aitzol Atutxa y el surfista ciego Aitor Francesena. «El líder aquí es el gran Kepa. Eso está claro», murmuraban los deportistas con emoción. El trikitilari sigue llevando con mano firme el rumbo de su vida. Siempre hacia adelante.
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