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CARLOS BENITO
Jueves, 28 de noviembre 2019, 10:00
El Bilbao BBK Live alcanza el año que viene su edición número quince. O, como afirman sus organizadores, «entra en la adolescencia». Y, de una manera bastante coherente con ese talante juvenil, el cartel de 2020 muestra una conexión con las corrientes dominantes de ... la música contemporánea que, en los orígenes del festival, no resultaba tan determinante. En la tensión inevitable entre la actualidad y la nostalgia, ese difícil equilibrio que marca de manera inevitable la programación de grandes eventos musicales, da la sensación de que este año pesa menos la segunda, por mucho que los tres cabezas de cartel se repartan de manera salomónica entre distintas edades del pop: Kendrick Lamar, The Killers y Pet Shop Boys son las estrellas de una programación que se ha difundido con más antelación que nunca, a tiempo para las compras y los regalos navideños.
La treintena de nombres que Last Tour ha hecho públicos hoy constituyen el grueso de lo que se verá en Kobetamendi, a falta de los artistas de los escenarios electrónicos (Basoa y Lasai) y de algunas incorporaciones más que se vayan produciendo de aquí al verano. Por novedad en nuestros escenarios, trascendencia cultural y predicamento crítico, el artista que destaca con más fuerza en el cartel es el californiano Kendrick Lamar, a quien el apelativo de 'rapero' se le ha quedado de alguna manera estrecho: sus dos últimos álbumes, 'To Pimp A Butterfly' y 'DAMN.', se han convertido en piezas emblemáticas de la música de nuestro tiempo, tanto por su sonido (rico, ambicioso, entroncado con la historia de la música negra y a la vez explorador de nuevas texturas) como por una lírica concienciada que retrata «la complejidad de la vida afroamericana moderna», tal como elogió el jurado que le concedió un Pulitzer. El de Bilbao será su único concierto en España.
La «apuesta por los sonidos urbanos» que reivindican los organizadores del festival tiene otro puntal en el puertorriqueño Bad Bunny, uno de los máximos exponentes de la pujante escena a caballo entre el reggaetón y el trap, y se prolonga en artistas como el madrileño Kaydy Cain (que culmina su transición del trap a lo latino con su proyecto Salsa Dura), el británico Slowthai, el estonio Tommy Cash, el granadino Chico Blanco o el vallisoletano Erik Urano.
Los otros dos cabezas de cartel son viejos (con perdón) conocidos del público bilbaíno. The Killers repetirán en el festival tan solo tres años después de su anterior visita. La banda de Las Vegas vendrá pertrechada con sus himnos arrebatadores de pop sintético y buenrollista, capaces de atraer a un público sorprendentemente transversal, y presentará un álbum nuevo que se va a publicar en primavera. En cuanto a los británicos Pet Shop Boys, hay que remontarse a 2004 para recordar su memorable concierto gratuito en Botica Vieja, de aquella época en la que el Ayuntamiento contrataba figuras internacionales para la Aste Nagusia. Resulta difícil resumir en unas líneas la trayectoria de un dúo que hermana el pop de consumo con los referentes de vanguardia, el hedonismo noctámbulo con la crítica ácida, y que ha conseguido la proeza de mantener su vigencia creativa durante casi cuarenta años de carrera. En Kobetamendi interpretarán «el primer show de grandes éxitos de su historia» con una «propuesta escénica espectacular».
La mirada al pasado, ingrediente esencial de todo festival con aspiraciones masivas, se completa con la presencia de los reunidos Supergrass (justo cuando se cumplen veinte años de su 'I Should Coco', uno de los productos más efervescentes del Britpop) y de los neoyorquinos The Rapture, representantes del 'revival' postpunk de principios de este siglo que han anunciado este año su regreso a los escenarios. También ha acumulado ya su veteranía el canadiense Caribou, con su pop psicodélico y ensoñador.
Por supuesto, no falta ese 'mainstream' alternativo nacional que no se suele destacar mucho al analizar los carteles pero sigue funcionando como infalible gancho popular, con León Benavente, El Columpio Asesino y Cariño. En el apartado electrónico, las querencias vanguardistas del británico Four Tet y la sueca ionnalee/iamamiwhoami conviven con los paisajes delicados e introspectivos de la galesa Kelly Lee Owens y los 'beats' de inspiración árabe de Acid Arab. El resto del cartel es ese habitual cajón de sastre en el que buscar las joyas minoritarias y el descubrimiento afortunado, con artistas como el inclasificable Yves Tumor, los post-punks irlandeses The Murder Capital, el encanto acústico de los estadounidenses Whitney, el hipnótico rock sahariano de Tinariwen (y qué pocas veces aparece en este repaso esa palabra, rock) o la excentricidad cautivadora (o exasperante, según quien escuche) de las japonesas Chai. En el apartado nacional, regresan las Hinds, junto a Califato 3/4, Dora, Yana Zafiro y los locales Omago.
El bono para las tres jornadas se vende, a partir de hoy, a 140 euros más gastos (158 con cámping).
Fechas. Del 9 al 11 de julio de 2020 en Kobetamendi
Cartel. Con Kendrick Lamar, The Killers, Pet Shop Boys, Bad Bunny, Caribou, León Benavente, El Columpio Asesino, Supergrass, The Rapture, Four Tet...
Precio del bono. 140 euros más gastos
Precio del bono con cámping. 158 euros más gastos
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