Jordi Évole debuta en el Bilbao BBK Live: «No se nos caen los anillos por ser una orquesta pachanguera»

–Le hemos visto imitar a Lori Meyers en 'Tu cara me suena', pero el concierto de este viernes en Bilbao es el debut oficial de Los Niños Jesús.

–Sí, hasta ahora solo habíamos hecho fiestecillas en nuestro local de ensayo con amigos y familiares. En Bilbao nos enfrentamos por primera vez a un público que nos conoce y no sabe qué se va a encontrar. Si alguien espera ir al concierto de su vida, no es este. La idea es pasarlo bien y recuperar el tiempo perdido tras dos años muy duros.

–Seguir la consigna que le dio Pau Donés.

–Así es. Si en mi vida no se hubiera cruzado Pau Donés no existirían Los Niños Jesús. Yo siempre le decía que envidiaba la comunión con el público que se da encima de un escenario, me parece lo más. Y él me decía, pues haz algo. Cuando se fue, al poco tiempo nos empezamos a juntar los jueves un grupo de amigos. Tocar en el BBK Live es un sueño, hacía tiempo que no estaba tan ilusionado.

–¿Los Niños Jesús son músicos contratados o amigos del barrio?

– Son colegas que nos hemos ido juntando. Hay dos que se dedican profesionalmente a la música, después está el batería, Jesús, que es el mayor y trabaja en la Renault, por eso nos llamamos Los Niños Jesús. También hay un arquitecto y un diseñador gráfico.

–O sea, que no hay un ánimo blasfemo en el nombre.

–No. Nos hizo gracia lo de ser los niños de Jesús, que tiene 62 años. Yo le he llevado una camiseta del grupo al Papa y en ningún momento se escandalizó. Me di por bendecido.

–Tocan versiones.

–Recordamos las canciones que escuchábamos en la habitación cuando éramos adolescentes ensimismados y las que llevas en el coche de mayor y quieres que aprendan tus hijos. También intentamos tocar mucha música típica de grupos de festivales, de La La Love You a Los Ronaldos, Kiko Veneno, C. Tangana... Intentamos que no decaiga la fiesta. Pero que nadie se espere virtuosismo en lo que respecta al cantante...

–¿Se siente poderoso encima de un escenario?

–Yo soy mucho más vengonzoso de lo que parezco, pero reconozco que cuando ves que la gente se lo está pasando bien te pega un chute de energía muy bestia. Sin ninguna pretensión, destrozando versiones, queremos transmitir el buen rollo que hay entre nosotros, como si hubiésemos vivido todos en el mismo rellano.

–¿Qué sonaba en aquella habitación de adolescente en Cornellà?

–Gabinete, Joaquín Sabina, Los Ronaldos, Los Suaves, Extremoduro, Siniestro Total, Platero... Era lo que nos gustaba a la pandilla.

–Fantaseó con cantar en una orquesta de verbena.

–Sí. Hay una canción de La Cabra Mecánica que habla de las orquestas pachangueras que viajan en furgoneta por los pueblos, como nosotros ahora. Músicos que han llevado alegría a gente mayor que baila pasodobles y a jóvenes que cantan el 'Blanco y negro' de Barricada. Me siento muy identificado con ese ambiente. No sé si llegamos a orquesta pachanguera y no se nos cae ningún anillo por serlo.

–¿A qué mito de la música le hubiera gustado entrevistar?

–A Bob Marley, John Lennon, Celia Cruz... Siempre me ha ido la mezcla, en lo musical y en lo social. Y me quedé con las ganas de entrevistar a Luis Eduardo Aute.

–¿Qué lección de vida le queda de Pau Donés?

–No desaprovechar la vida con miserias, con tiempo perdido en rencores y odios. Intentar disfrutar de aquello que crees que te va a hacer disfrutar. Suena a Paulo Coelho, pero es verdad. Cuando vas cumpliendo años y la vida te va dando cornadas lo sabes. Las últimas conversaciones con Pau me acompañan mucho. Y en el concierto habrá un momento para él.

–¿Ve mucha diferencia entre ser un showman y un comunicador?

–Lo que hago en televisión es una mezcla de géneros, parte de lo informativo, del reportaje, pero también viene del mundo del entretenimiento, el documental y las series. Esa mezcla nos hace diferentes. No me identifico con el término showman, es muy difícil ser Buenafuente o Pablo Motos, yo no me veo ahí. Pero quiero llegar al mayor público posible, no renuncio a que un contenido aparentemente no comercial acabe siendo para todos los públicos. Ese ha sido el gran mérito de 'Salvados' y 'Lo de Évole'.

–¿Qué es lo peor que puede pasar en el Arenal?

–Que llueva.