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Los getxotarras Smile, con su cantante inglés John Franks al frente, han dado un cambio existencial, un paso al frente en lo idiomático que apunta a salto adelante en popularidad: tras cuatro álbumes en inglés, su quinto trabajo ve la luz cantado en castellano. Se ... titula 'Rayo verde', por la novela de Julio Verne («un verde que ningún artista podría jamás obtener en su paleta, un verde del cual ni los variados tintes de la vegetación ni los tonos del más limpio mar podrían nunca producir un igual. ¡Si hay un verde en el Paraíso, no puede ser salvo de este tono, que muy seguramente es el verdadero verde de la Esperanza!», describió el maestro Verne), y el tono lírico optimista que siempre ha motivado al surfista inglés se reafirma en títulos como 'Brisa' («tenemos que dejar de pensar que las cosas nos van a ir mal / para que empecen a ir bien», «y dejar que la brisa nos devuelva la sonrisa / y sople a favor»), 'Rayo verde' («sabes que rendirte nunca fue una opción / deja de quejarte, nadie va a salvarte, pasa a la acción») o 'Nunca es tarde' («nunca dejes de creer / nunca dejes de luchar…»).
Este quinto álbum, de gancho inmediato, facilidad pop, melodías atinadas y cercanía de la voz de Franks, alterca canciones marinas (saltan las metáforas playeras y oceánicas) y de secano (sin abandonar la luz, ni el amor, ni el positivismo), y oyéndolo una y otra vez pensamos en Morat y en Los Runaway Lovers en una misma canción ('Pum, pum, pum', donde colabora Depedro), en los primeros Beach Boys adelantándose al soul ('Lo que pesa', una canción que crece aún más con las escuchas), en el pop de Taburete y Arnau Griso realzados por la seriedad de los getxotarras Fakeband ('La vergüenza'), en el positivismo de los Hombres G insuflado en la fórmula de Mumford & Sons ('Con los brazos abiertos'), en Vampire Weekend ('Nunca es tarde') y en la psicodelia de Germán Salto ('Rayo verde').
Con motivo de la salida de este sereno y paladeable quinto álbum, interrogamos a John Franks, que siempre ve la botella medio llena.
-Quinto álbum, primero en castellano. Tú eres inglés, John, pero imagino que así se os abrirá el mercado nacional, como a Sidonie y Love Of Lesbian. Eso: ¿por qué en castellano?
-En el mercado nacional desde hace mucho tiempo hay muy pocas bandas que canten en inglés y les vaya bien. Sin duda ése ha sido uno de los motivos que nos han animado a dar el cambio. A nivel artístico también suponía un reto: salvo un disco de Mocedades que se coló en la discografía de mis padres, apenas he tenido referentes en castellano y al principio se me hacía muy difícil componer. El tocar en festivales y girar con bandas nacionales me ha ayudado a familiarizarme con el idioma, y ahora me encuentro muy cómodo. Un cambio así puede resultar desastroso, como les ha ocurrido a tantas bandas, pero en nuestro caso la respuesta ha sido muy positiva y nuestros temas en castellano ya están a la cabeza como los más escuchados en las plataformas digitales.
-Con el cuarto álbum, 'Happy accidents' (2017), aspirasteis, o al menos soñasteis, con acceder a los grandes pabellones. Pero acabasteis en los chiringuitos, sin que se os cayeran los anillos. ¿Por qué mostrabais tanta ambición con ese álbum?
-Veníamos del 'Out Of Season' (2013), que recibió muy buenas críticas, se coló entre lo mejor del año en varias publicaciones y se pinchó muchísimo en Radio 3. Es un disco de folk influenciado por los sonidos de bandas como Vetiver, Fleet Foxes, Little Joy, Mumford & Sons, y cuya canción más diferente, 'City Girl', fue la que más éxito tuvo. Para el siguiente álbum partimos de esa canción más pop-rock para hacer un disco con ritmos y sonidos más bailables, confiando que tendría más éxito. Pero nos quedamos prácticamente igual y sí, fue un chasco. Aprendí que las expectativas son muy malas compañeras de viaje y dejé de centrarme tanto en la meta para disfrutar más del camino.
-Ajá.
-En su defensa he de decir que el disco 'Happy accidents' nos ayudó a convertir nuestros conciertos en una auténtica fiesta. El que nos ha visto en directo sabe a lo que me refiero.
-¿Por qué 'Rayo verde' aparece en pleno invierno, aunque en el segundo corte ya cantes 'qué bonito el sol'?
-Cerrar un disco lleva mucho tiempo. No solo es componerlo y producirlo, también hay que publicarlo y subirlo a las plataformas digitales. Podría haber salido a finales del año pasado, pero nos aconsejaron esperar a principios de año y así lo hemos hecho.
-En vuestras letras a menudo aparecen imágenes marinas, pero también hay canciones de secano, digamos. ¿A veces evitas colar metáforas marinas?
-El mar es nuestra musa y una fuente inagotable de inspiración. Nos define como personas y como banda, y por eso lo mencionamos tanto en nuestras canciones. Si yo no hubiera descubierto el surf y no tuviera una relación tan íntima con el mar, mi discurso seria otro, yo no sería la misma persona y Smile no sería la misma banda. Es una característica nuestra que nos diferencia con respecto a otros grupos.
-¿Y de dónde sale esa pulsión positiva, ultraoptimista, casi de autoayuda, en canciones como 'Brisa', 'Nunca es tarde' o 'Rayo verde'?
-Es una cuestión genética y de actitud. Nací así y desde siempre soy de botella medio llena. De manera natural procuro ver el lado bueno de las cosas y me gusta trasladar esto a mis canciones. Durante mis años de estudiante en la facultad de Bellas Artes observé que el 80% de los compañeros optaban por crear obras artísticas inspiradas en lugares oscuros. Fue entonces cuando elegí ir por el sendero contrario y acercarme más a la luz.
-Ya, en la radio hace poco oí hablar sobre un estudio que ha analizado las letras de miles de canciones y comprobado que las de ahora son más tristes comparadas con las de antes.
-Vaya... Encuentro prejuicios entre mucha gente del sector, que consideran nuestra propuesta artística banal o superficial. La descartan sin querer hacer un esfuerzo por entenderla. Pero en mis composiciones también hay un serio ejercicio de introspección y un esfuerzo para enfrentarme a la vida de una determinada manera. Y me parece muy valiente.
-Ajá. ¿Qué sientes cuando oyes a algún grupo de letras agresivas? Yo que sé, tipo Soziedad Alkohólika. ¿Te pones malo? No usaremos esto de titular, ¿eh?
-Como artista cada uno debe saber qué quiere mostrar y transmitir con su propuesta, y me gusta que cada uno haga lo que le apetezca, lo que le salga de dentro. ¿Qué sentido tiene que todos hagamos lo mismo? La diversidad es riqueza y los diferentes puntos de vista deberían ayudarnos a comprender otras maneras de entender lo que nos pasa, incluso a empatizar con realidades que no son las nuestras.
-Tienes razón. Y tampoco hay por qué oír a todos los grupos, ni ver todas las películas aunque estén de moda.
-Yo no tengo prejuicios a la hora de valorar otras visiones absolutamente contrarias a la mía. Nunca he dejado de escuchar a un grupo que me guste porque sus letras fueran tristes. Por ponerte un ejemplo, a mí me encantan The Smiths o Phoebe Bridges, les admiro por su música y por sus letras, y no conozco a un tipo más llorón que Morrisey o más depre que Phoebe. Curiosamente tengo la percepción de que es más frecuente que los llorones se pongan malos con mis sonrisas.
-Ja, ja, ja… Hum… En vuestras canciones sigue sonado el ukelele. ¿Está aún de moda este instrumento?
-No, por eso lo seguimos utilizando, porque para nosotros nunca fue un objeto de moda. Es lo mismo que el surf en nuestros videoclips, no se trata de moda, sino que forma parte de nuestro ADN.
-Sobre la canción 'Gato Perro'. ¿Alguien se dará por aludido?
-La canción es autobiográfica. Salvo por algunas licencias para conseguir mejores rimas está inspirada en la relación entre mi mujer y yo. Creo que hay muchas parejas así, que puedan sentirse identificadas. 'Dos polos que de opuestos son notas de una misma melodía'.
-¿Hay muchos ritmos secuenciados en el disco?
-Prácticamente está todo tocado. De hecho es algo intencionado porque hemos querido recuperar los sonidos más orgánicos que teníamos en anteriores discos.
-¿Cuán importante es la labor del guitarrista Miguel Moyano en Smile?
-Miguel es el tipo de músico que toda banda querría tener. Es muy buena gente y le encanta tocar y salir de gira. Tiene un pulso buenísimo, toca como los ángeles, controla mucho de sonido y se maneja como pez en el agua sobre el escenario. Un 10.
-También toca en Gari & Mandalbera. ¿Miguel ha producido 'Rayo verde'?
-El productor ha sido Antonio Garamendi, otro talento y pieza imprescindible en Smile.
-Garamendi, vuestro teclista, también con carrera propia, sí. Me gusta mucho la cuarta canción de las diez del disco. 'Lo que pesa', que es muy soulera. Esa en concierto en un pabellón sonaría grandiosa, catedralicia…
-También es de mis favoritas. Un llanto a los sueños no cumplidos.
-¿Y qué te pesa a ti, John?
-Esa canción habla precisamente de lo que me pesa. Quien quiera saber lo que me pesa puede escucharla en todas las plataformas digitales.
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