Urgente Retenciones en el Txorierri por la avería de un camión
Lide, Ainhoa y Lidia, y detrás Andoni Etxebeste. CARLOS Gª AZPIAZU

Ispirit, donostiarras con alma negra

Convenció a la parroquia del Muxikebarri el septeto góspel encabezado por tres voces femeninas, las cantantes de los grupos Liher, The Hell Drinkers y Arima Soul

Lunes, 4 de enero 2021, 11:19

El septeto donostiarra de góspel bautizado Ispirit, con tres vocalistas en la línea del frente, ofició el domingo en el Muxikebarri de Algorta, en la sala Arrigunaga. El espacio agotó su aforo limitado al 50 % por ley ante la pandemia, con lo cual sólo ... 133 almas (vimos a gente intentar comprar entradas en taquilla, pero no quedaban) disfrutaron de principio a fin de su concierto de 21 piezas en 80 minutos, contando desde que salieron hasta que hicieron mutis tras el aluvión de aplausos postreros.

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Las tres cantantes estuvieron estupendas, con chorros de voz bien arreglados y a veces adornándose con sencillas coreografías algo Andrew Sisters. De izquierda a derecha se colocaron Lide Hernando (cantante, guitarrista y lideresa de los roqueros y cuasi stoners Liher; la más nerviosa en escena), Ainhoa Eguiguren (cantante de los bluseros Noa & The Hell Drinkers; el sábado anterior, hacía ocho días, se había subido al mismo tablado como corista de los Travellin' Brothers) y Lidia Insausti (vocalista de Sky Beats, combo autoetiquetado de soul-funk-rock, y de Arima Soul, por su bautismo lo podrán etiquetar ustedes; Lidia ofreció los alardes más negroides, a lo Aretha por ejemplo, ahí es nada).

El concierto comenzó arrasador, en plan góspel rockin' onda Elvis en Memphis en los 60 y también picando en Nueva Orleans. Se atascó en los tres dúos del ecuador y alguna versión más por dejarse llevar por lo solemne en la onda del musical de Broadway, pero menos mal que en el rush final volvieron a apretar y se salieron de la tabla con un par de temas que cantaba el Rey Elvis: el extático 'Saved' y el melodramático 'If I can dream'.

Y lo del párrafo anterior se lo vamos a explicar con más detalles. El arranque fue brutal, con góspel genuino, eufórico y en estado de gracia a cargo de las tres vocalistas sin nada que envidiar a las coristas negras que contrataban para la Navidad góspel del Teatro Barakaldo. Durante once temas, las damas de Ispirit, uniformadas de negro, sonaron alegres y genuinas en 'Up above my head', revisaron con soltura funkie al vetusto Golden Gate Quartet en 'I was born about ten thousand years ago' (vaya: ¡también lo revisaba Elvis!), se relajaron en una balada canónica como 'How far am I from Canaan?' de Clara Ward, se alistaron al neoswing en el clásico bíblico 'Joshua fit the battle of Jericho', mantuvieron el tipo en una no tópica 'Oh, happy day' y resultaron creíbles en la celebérrima 'When the saints go marchin' in', con propulsión eclesial en el caso de los donostiarras.

La alineación al completo, con teclados a los laterales. CARLOS Gª AZPIAZU

Pero por el meridiano se bajó el ritmo debido a los tres dúos de cada una de ellas mano a mano con el pianista Paul San Martín (es hermano de Xabier San Martín, teclista de La Oreja de Van Gogh, y acudió como sustituto del jefe del proyecto Ispirit, Iñaki Miguel). Los dúos fueron 'Aleluya' de Leonard Cohen, demasiado solemne aunque Noa logró librar el papelón; un 'You'll never walk alone' (el himno del Liverpool) que fue lo más justo de la cita (aunque paradójicamente la parroquia lo aplaudió lo que más) y estuvo protagonizado por la entonces tan enfática como incómoda Lide; más un 'Lord's prayer' (Padrenuestro) en la voz de nuestra favorita Lidia, que pareció entonarla como si estuviera en una audición.

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Euforia y derroche de facultades

Con la alineación de nuevo al completo, o sea en septeto (a la batería otro favorito nuestro como Andoni Etxebeste, al bajo María Soriazu y al órgano Iñaki Santos), no acabó de recuperarse la altitud inicial de un espectáculo que por tantas poblaciones vascas se está desplegando ni en el blues 'Santa Claus is backing to town' (pareció poco rodado), ni en el original suyo 'Breathe again' (tipo musical afectado) ni en la versión de Simon & Garfunkel 'Puente sobre aguas turbulentas' (sin empuje).

Sin embargo, lo dicho: menos mal que se recuperó la euforia y el derroche de facultades en las cuatro finales, las citadas y presleyanas 'Saved' y 'If I can dream' (el que suscribe y tres damas de la fila de delante exhalamos un 'ooohhh' cuando la presentaron), otra pieza genuina como 'Can't no grave hold my body down' que evocó a Ray Charles, y a modo de bis 'We shall be changed', otra exhibición de poderío vocal afrogospel de estos donostiarras de alma negra. Estuvo muy bien la cita dominical, ¿eh?, a pesar de la pérdida de gracia durante las seis piezas centrales, incluyendo los tres dúos.

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