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Jorge Martínez, 69 años y camisa de cuero presleyana. Ania López
Ilegales y la arrogancia incorregible de Jorge Martínez

Ilegales y la arrogancia incorregible de Jorge Martínez

Más de 900 almas participaron en la Santana 27 de la tercera escala de la gira de 'Joven y arrogante', el 13º disco de los asturianos, que dieron uno de los mejores bolos del año

Sábado, 29 de marzo 2025, 08:40

El cuarteto asturiano de rock Ilegales, siempre comandado por el controvertido teórico de la violencia y guitarrista perfeccionista Jorge Martínez, de 69 años, lleva 43 años en escena (se juntó en 1982, aunque estuvo desaparecido, disuelto, entre 2011 y 2015) y dio este viernes ante más de 900 almas (918 estábamos a las 21.05 horas, cuando accedimos a la sala Santana 27, aforada para 1.500, ¡y la taquilla seguía abierta!) el tercer concierto de la gira de su decimotercer álbum oficial, 'Joven y arrogante', que tiene diez canciones y sólo cinco de ellas sonaron en su bolazo de 31 títulos en 96 minutos que entrará en nuestra lista de lo mejor del año, y esta vez no pondremos si lo acabamos para no tentar al mal fario.

Fue un bolazo especial desde el arranque, con Jorge Ilegal y sus tres secuaces (Willy Vijande al bajo, el mismo que ha entrado y salido de la banda desde el segundo disco, de 1984) empastados y sonando bien, con el baterista semioculto por las luces y el humo al fondo del escenario, y con el cuarteto sin bajar el pistón durante la treintena de temas, aunque respirando en los más melódicos y melancólicos y 'profundos', como dijo el personaje Jorge en uno de sus escasos y breves parlamentos (uno de ellos fue para explicar que iba a afinar porque había tocado con fuerza su guitarra, la primera, una Fender, pues en el bis reapareció con una Gibson).

Un perfeccionista del sonido que recrea sus composiciones con fidelidad extrema a las grabaciones es Jorge Ilegales, que toca las canciones como las ha oído cien veces, ¡mil veces!, su público, una horda entrada en años que se sabe las letras tan bien vocalizadas por Jorge, las melodías (tarareó con espontaneidad la intro de 'Hola, mamoncete') y hasta los arreglos y las onomatopeyas, ju-já. Seguros y arrogantes en escena (la arrogancia es un componente necesario del rock, aclaró Jorge), Ilegales precedieron su show con una voz propia de la nave de 'Alien' que en bucle avisaba «el rock es una señal sonora y electrónica que induce a la violencia», y abrieron fuego con una novedad, 'Al fondo de la noche', un rock crudo tipo The Cramps con Jorge como gran druida («droga no te vayas de mi cuerpo»).

Continuaron belicosos como Mad Max ('Chicos pálidos para la máquina', «si no hay odio no hay rock and roll»), roqueros a lo Loquillo ('Joven y arrogante', otra novedad, a la que siguió la ya conocida 'Juventud, egolatría', ¡montada sobre una base tecno!), y tres bombas consecutivas acertaron en el objetivo: 'Todo lo que digáis que somos', que contrapuso coros guerreros con melodía melancólica, 'Si no luchas te matas', que sonó a himno coreado («ser manso es peligroso»), y 'El Norte está lleno de frío' (que funcionó como un noticiero).

Willy Vijande y Jorge Martínez, ligados hace más de 40 años. Ania López

Se les notaba engrasados, y Jorge, lacónico, petulante (arrogante) y espigado, a sus 69 palos ofrecía una magnífica estampa sobre el escenario, con su icónica cabeza calva, sus piernas largas con vaquero negro y una camisa de cuero negro que agrandaba su pecho de buceador. La gente coreó el éxito narco-ska intergeneracional 'Hola, mamoncete' («Comerciante libre de impuestos / En la clandestinidad»), el líder dijo que durante 43 años han mantenido sus principios, no los han traicionado (y tocó 'Yo soy quien espía los juegos de los niños', y más tarde 'Tiempos nuevos, tiempos salvajes', «toma un arma / eso te salvará»), y entre la canción 16 y la 25 explotaron el rockabilly aumentando la pasión general del bolazo.

Sí, la incisiva guitarra rock-a-billy y el ritmo rock-a-roller realzaron todo esto: la surreal 'Problema sexual' (cuando presentó a «los gloriosos componentes de Ilegales»), la en el fondo cuento moral 'Eres una puta', la novedosa 'Es ansiedad' (aquí pidió un atril parece que para leer la letra), la algo Los Sirex 'Tantas veces me he jugado el corazón que lo he perdido', el punkabilly pesado (por heavy) 'Bestia, bestia'), la geopolítica 'Revuelta juvenil en Mongolia' y, para acabar en falso, el psychobilly destroyer 'Dextroanfetamina' («la anfetamina a mí me ha sentado muy bien… al menos sabías lo que te metías», dijo).

Y terminó la buena onda, la memorable cita, con el largo bis (23 minutos) armado sobre la Gibson del jefe, con la cabeza calva perlada de sudor y el éter oliendo a tabaco, explotando en la algo ska 'Agotados de esperar el fin', luciéndose a la guitarra como el Reverendo Horton Heat en el rockabilly texano 'Hombre blanco', españolizando el rock en 'Odio los pasodobles', y despidiéndose con el pyschobilly surreal 'Soy un macarra' («soy un hortera, voy a toda hostia por la carretera»), la «despedida y cierre» del mejor concierto que hemos visto a Ilegales, que siempre vuelan alto. Hoy sábado están en Gijón…

Lo dicho, uno de los mejores conciertos del año. El número 131 de 2025. El año pasado por estas fechas íbamos 80…, y lo acabamos con 708 (no pretendemos batir ese récord, ¿eh?).

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