Algo menos de 48 horas de estancia y 'encapsulado' en su entorno

Por supuesto, durante todo ese tiempo permaneció 'encapsulado' en un entorno muy restringido al que solo tienen acceso contadas personas de su equipo con las que lleva trabajando mucho tiempo. «Tengo la sensación de que gran parte de la gente que viaja con él no le ve jamás o apenas», comenta el responsable de Get In, Iñigo Argomaniz. De los cuatro autobuses en los que se desplazan, uno es para el propio Dylan, y viajan con su propio cocinero, que dispuso de un amplio espacio en el Kursaal tanto para preparar las comidas como para servirlas a la 'troupe' dylaniana.

Argomaniz, gratamente sorprendido por la cantidad de felicitaciones que recibe estos días, calcula que de las 3.600 entradas puestas a la venta se colocaron en torno a 3.100. Y, aunque el uso de móviles estuvo taxativamente prohibido, apenas hubo incidentes por este motivo. Únicamente dos, al final de cada concierto: el lunes una mujer intentó grabar tras la actuación, y el martes un ciudadano inglés hizo lo propio y llegó a empujar a una trabajadora de la promotora. Get In interpuso una denuncia contra el individuo tras ser localizado por la Policía en las inmediaciones del Kursaal.