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Encantados salimos este viernes del Euskalduna tras las dos horas del concierto homenaje que los sevillanos 'Hija de la Luna' rinden a Mecano, esta vez centrándose en su quinto LP, 'Descanso dominical', el más vendido en España en 1988, que colocó un millón de copias ... durante el primer año. El que suscribe opina que lo suyo no es un concierto tributo, pero el tocayo Esteban, más 'mecanoide', asegura que sí lo es: «visten igual que ellos, ella baila como Ana Torroja y las versiones son fieles».
Hum… Se podría discrepar: hay un modo infalible de detectar a los grupos tributo, y es que van a menos velocidad que los originales, ya sean ZZ Top o Dire Straits. Y estos 'Hija de la Luna' van a la velocidad correcta e incluso en los números más acelerados aguantan el tirón, por ejemplo en el dinámico 'Maquillaje': 'no me mires, no me mires, no me, no me, no me mires, déjalo ya…' La cadencia de un grupo tributo sería algo así como: no me observes, no me observes…
Otro motivo de alegría fue que 'Hija de la Luna' multiplicaron por seis la asistencia respecto a su primer concierto en Bilbao: en agosto de 2021, en condiciones pandémicas, el pabellón de Miribilla pareció aún más inmenso porque igual no llegábamos ni a las 222 almas las presentes en su concierto de la primera gira de los andaluces, centrada en el sexto y último álbum de Mecano, 'Aidalai' (1991). Ese jueves de agosto sonaron 17 temas (incluyendo un popurrí) en 103 minutos con las entradas a 33 euros. Este viernes, unos 1.400 espectadores nos congregamos en el Euskalduna, con las entradas entre 39 y 49 euros, y parece que hubo mayor porcentaje masculino que en Miribilla. De hecho, la lideresa del quinteto sevillano, Robin Torres, actriz, cantante y bailarina, ex La Voz 2015, pidió este viernes que subieran las manos las chicas, luego los chicos, y extrañada sentenció que generalmente las mujeres son amplísima mayoría en sus conciertos.
El show de Miribilla 2021, reforzado con dos pantallas y desnaturalizado por la escasa asistencia, estuvo bien, pero el del Euskalduna 2023 estuvo muy bien, con un repertorio muy parecido pero de mayor brillo en la ejecución (dos años más dando conciertos por Europa y América llevan los sevillanos), y con el entusiasmo añadido aportado por el gentío alegre y participativo durante su conciertazo de 20 temas (incluyendo un popurrí) en 118 minutos en los que Robin Torres mostró querencias de presentadora televisiva, cambio detalles del vestuario manteniendo una clara homogeneidad, ejerció de charlatana barraquera (por ejemplo cuando dijo que entre los presentes que entraran en las redes sociales se sortearía un 'meet & greet', o sea una visita al camerino a conocer a los músicos al acabar el show), repitió hasta en siete ocasiones la petición a sus técnicos de «ilumíname al público».
Luego en el bis, cuando había pedido a los 1400 asistentes que encendieran las luces de los móviles, bajó del escenario para recorrer el patio de butacas estrechando manos y chocando sin dejar de cantar 'Me cuesta tanto olvidarte', y en general se mostró igual de halagadora con el paisanaje que una flamenca andaluza: al principio elogió la gastronomía y al final se planteó quedarse a vivir en Bilbao y jaleó: «familia, sois maravillosos, se os quiere…».
El sonido del Euskalduna fue bueno (aunque al principio sonó saturado por el volumen y al poco en algún momento hizo eco la batería), los músicos conocen y dominan el repertorio y lo hicieron brotar vivaz (no opaco y ralentizado como haría un vulgar grupo tributo), Robin Torres actuó contenta ante la cantidad numérica y la predisposición fiestera de la afición, y las canciones más famosas, las más difíciles de versionar, las recreó con una verisimilitud, una naturalidad y una emotividad sorprendentes.
Repasemos las más pasmosas: 'Hija de la luna' cursó cadenciosa y dramática, la sensibilísima y etérea 'Aire' fue una de las cimas de la cita, 'Mujer contra mujer' resultó imbatible, 'Un año más' fue otra cima, al igual que la siguiente, 'Cruz de navajas', y el popurrí les quedó rechulo y extenso (con 'Las curvas de esa chica', 'Perdida en mi habitación', 'Ay, qué pesado', 'Hoy no me puedo levantar', y ninguna más, ¿no?), las más frívolas y juveniles funcionaron igual de bien, y nos referimos a la citada 'Maquillaje' y a la también cimera 'Me colé en una fiesta', y ya en el bis bordaron a dúo la solemne, litúrgica 'Quédate en Madrid', no bajaron el pistón en 'Me cuesta tanto olvidarte' (cuando paseó entre el público), y 'Barco a Venus' sirvió como adiós de altura.
A lo tonto hemos citado 11 de los 20 temas, ya ven qué nivel tan alto. Dijo en una ocasión Robin Torroja: «ahora una de las canciones más hermosas que existen, y os la dedico a vosotros, gracias por comprar nuestras entradas y hacer que el mundo de la música siga vivo», y se lució con 'Mujer contra mujer'. La verdad es que ninguna les quedó floja: ni 'Laika', ni 'Eungenio Salvador Dalí', ni…
Ella supo moverse por el escenario y ofrecer cosas extras (una silla, el sentarse en la escalerita de la plataforma de sus músicos, un taburete, un acordeonista a su vera, luego un guitarrista, al principio vistiendo un abrigo antártico, luego una capucha fantasmal para 'No es serio este cementerio'…), en el repertorio faltó un tema famoso del LP 'Descanso dominical' como 'No hay marcha en Nueva York', y al despedirse propuso la sevillana: «¿Nos vemos el año que viene? Ah, que se me olvida: la ganadora del 'meet & greet' es Saioa Pradas, no sé si lo he dicho bien. Que al salir vaya al puesto de merchandising», un puesto donde vendían desde CDs hasta camisetas…
Les fue bien a 'Hija de la Luna' este viernes y seguro que el año que viene atraen incluso a más público. Ilumínamelo...
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