«Había llegado a mis límites de cansancio y nervios», reconoce Rüdiger

Felix Rüdiger Buff describe bien, y de modo valiente, el contenido de su debut en solitario en esta entrevista donde también nos habla de sus bateristas favoritos, de su modus vivendi, de su gira por Japón, Australia y Tahití, de su profesión como músico, y del concierto que dará este domingo en Gernika (Astra, 14 h, 11 €), a dúo con Joseba Irazoki, dentro del festival Gernikako Lekuek 2021.

Vives en Bera de Bidasoa, en Navarra. Llevas ahí siete años. Un pueblo con muchos músicos. ¿Vives en una casa o en un piso?

Ahora estoy en Bera, pero comparto mi tiempo entre Bera y Tarnos (Francia, encima de Bayona), donde están los estudios Shorebreaker, nuestro laboratorio pop. Y aquí en Bera vivo en un piso en el monte, compartido con Nerea, de la banda Jupiter Jon, ¡mi novia!

Ja, ja… ¡Viva el amor! ¿Qué haces un día normal que no tengas concierto?

Pues un día normal para mí es beber demasiado café y tocar música o llevar la oficina. Siempre hay cosas que hacer y sigo componiendo y ensayando a diario, ya sea para Willis Drummond, Joseba Irazoki & Lagunak, Testura o Rüdiger. También llegan proyectos sueltos, como el disco de Botibol que estamos grabando, o el de SiAu, un artista de París que vino a producir su disco en los estudios Shorebreaker hace poco.

Tienes 34 o 35 años. ¿Desde cuándo eres profesional de la música?

Tengo 35 años recién cumplidos. Soy profesional desde los 28, si te refieres a obtener ingresos dignos. Me gusta decir que hago muchas cosas y a veces me pagan por ello. Con Wilis Drummond hemos tardado 6 o 7 años en profesionalizarnos. Pero yo siempre he apuntado a la música, desde los 15 años. Abandoné los estudios a los 18 para dedicarme a la batería y más tarde retomé los estudios musicales, aprendiendo armonía, arreglos, piano, etc. Tengo un diploma nacional, el DEM Musique Actuelles. Estudiaba mientras giraba tocando con Monarch, Willis Drummond o Joseba Irazoki, por ejemplo. Saqué el título poco a poco.

¿En Francia es más factible profesionalizarse? Por lo de abonar la seguridad social en un número mínimo de bolos…

En Francia tenemos un régimen especial para técnicos, músicos y gente del baile y del teatro. Hay que tener bastantes conciertos para poder beneficiarse de la ayuda, pero hace que sea más factible dedicarte a tu arte.

Tu arte sobre todo es la batería. ¿Quiénes son tus tres bateristas favoritos y por qué te gustan?

Muchísimos baterías me han gustado a lo largo de mi vida. La lista sería demasiado larga, ¡pero vamos a intentar destacar tres! Ringo Starr, cómo no, el batería de Los Beatles. Él toca siempre las partes perfectas, con un tempo de hierro y muy eficaz. En este sentido, Phil Selway de Radiohead es ejemplar también. Ambos tocan lo que hay que tocar, acompañan a la música en todos los sentidos, con elegancia y minimalismo.

Ajá.

Segundo, Glenn Kotche de Wilco, que es una enciclopedia de la música. Le descubrí en discos de Jim O'Rourke cuando tenía 19 años y desde entonces, sin querer, le copio unos detalles. Siempre da una vuelta a los ritmos. Debe de tener 154 baquetas diferentes para dar un concierto de pop. Lleva muchas percusiones y busca sonidos originales dentro de estilos que podrían ser estándares.

¿Y tu tercer baterista favorito?

El último del Top 3 podría ser Paul Motian. Me enamore del jazz con 'I have the room above her' del Trío Frisell, Motian, Lovano. Paul Motian es un pintor musical. Es todo sugerencias y libertad máxima. Toca mucho con escobillas y acaricia los parches como nadie.

Felix, eres políglota: francés, euskera, castellano, imagino que inglés…

Bueno, hablo francés, castellano y me defiendo en inglés. Estoy aprendiendo euskera desde hace muchos años, pero en ámbitos al margen de la música soy bastante vago, ja, ja…

¿Alemán también hablas?

El alemán le tengo algo olvidado. Me viene de la familia, pero seguro que si me pongo en ello en una semana allí me vuelve el idioma. Mi padre era alemán y mi madre es euskalduna, de Xiberoa.

El año pasado, con Willis Drummond, antes de declararse la pandemia, actuaste en Japón, Australia y Tahití. Suena todo tan exótico…

Es verdad que antes de encerrarnos en casa unos meses tuvimos la suerte de emprender un viaje increíble con Willis Drummond. Pasamos un mes y medio de gira en Japón, aquí por segunda vez, y en Australia y Tahití por primera vez. ¡Espero volver allí algún día! Para mí fue un sueño ir a tocar en Australia, y es que me encanta la música que se hace allí: The Drones, Tropical Fuckstorm, Beasts Of Bourbon, Courtney Barnett, The New Christs… Quería ver Melbourne con mis propios ojos.

¿Y lo de Tahití?

Lo de Tahití salió de casualidad. Nos llamó Herve Constantin, un promotor que nos vio en Francia hace años con Berri Txarrak y que por entonces se fue a vivir a Tahití. Cuando se enteró de nuestra gira por esa parte del mundo nos preguntó si queríamos tocar en Tahití. ¡Ni lo dudamos! Tahití es impresionante, de carta postal, sobre todo la isla de Moorea, donde pasamos tres días nadando entre rayas y tiburones.

Pues vaya contraste con el confinamiento. ¿Lo has vivido en Bera? ¿En este tiempo de encierro se ha gestado este nuevo disco en solitario tuyo?

El confinamiento me vino algo bien, la verdad. Quería descansar después de diez años de gira y, sobre todo, de los cinco últimos años de giras francesas, vascas y españolas con Petit Fantome, Botibol, Willis Drummond, Joseba Irazoki, Joseba B. Lenoir, Rafael Berrio, Atom Rhumba, Audience, Dual Split y con otros proyectos puntuales. Había llegado a mis límites de cansancio y nervios. A la vuelta de la gira por Asia y Oceanía iba a hacer un parón de toda esta agenda para centrarme en Willis Drummond y la gira del sexto disco, 'Zugzwang'.

Ya, hay gente de todo tipo a la que el parón pandémico le ha afectado menos porque ya pensaba parar por su cuenta: años sabáticos, parar la gira para componer...

Pero yo no soy de quedarme con los brazos cruzados. Siempre tengo más ideas y ganas de trabajar que tiempo para desarrollarlas, de verdad. Tenía canciones empezadas desde hace mucho tiempo y me monté un estudio pequeño con lo que pude encontrar en mi garaje. Y me puse a acabar canciones que no tenían dueños. Y empecé a tocar la guitarra, bajo y teclados y a arreglar canciones que veía viables. Luego me junté con mi hermano Johannes, que es productor, y destacamos ocho canciones que podrían formar un disco.

Eso, comenta por encima tu debut en solitario bajo el nombre de Rüdiger: 'Before It's Vanished'.

El disco, y el proyecto Rüdiger en general, es un homenaje a todo lo que me gusta. No he podido encontrar dueño para estas canciones, así que empecé a pensar en presentarlas a mi nombre, Rüdiger, que por cierto es mi segundo nombre alemán. ¡Soy Felix Rüdiger Buff en mi DNI! En el disco encontrarás pop lisérgico luminoso, psicodelia, folk, música ambiental, rock fuzzero... Las letras oscilan entre críticas del mundo donde vivimos y temas más personales. Me gusta crear un mundo en cada canción.

Sí, suena muy psicodélico. Pero tú no te encargas de tocar todos los instrumentos, ¿verdad?

En las demos he tocado de todo, pero a la hora de grabar el disco he llamado a colaboradores habituales: Vincent Bestaven, Antoine Philippe, Thea Guerin de la banda Botibol, Maia Ibar de la banda Dual Split, Joseba Irazoki, y a Marina Beheretche para algún violín.

El domingo tocas en Gernika (Astra, 14 h, 11 €).

El domingo tocaré en el genial festival Lekuek, sí. Gernika es un pueblo que siempre he amado. Toqué con Audience durante algo menos de un año (en la gira del documental pelotari 'Jai Alai Blues'), y con mis diversas bandas siempre he tocado en el Anti Txoko o en el Iparraguirre. Hay muchos músicos buenos en Gernika. Es una especie de Bera vizcaína para mí.

Vas en dúo con Irazoki. ¿Cómo será el concierto?

Tocaré en dúo con Joseba Irazoki y se podrán escuchar las canciones reducidas a su mínimo. Acordes y melodías con el gran Irazoki arropándome. Estamos girando en este formato últimamente. La banda entera vendrá un poco más tarde, esperemos.

Irazoki está en muchos grupos, y la última vez le vimos en Bilbao con la cantante donostiarra María Berasarte. ¿Tú en cuantos proyectos estás ahora mismo? Di el estilo musical también, si puede ser.

Ahora mismo estoy girando en formato semi-acústico con Willis Drummond (rock and roll / post punk), Testura (un proyecto ambiental con visuales), Botibol (folk, pop) y con Joseba Irazoki. ¡Aparte de Rüdiger, claro! Ahora está todo más o menos parado, pero estos proyectos me permiten subsistir y expresarme. No me quejo. Hay que quitarse el sombrero ante toda esta gente que sigue organizando conciertos y creyendo en la música en estos tiempos. Pienso en Juancar de Bloody Mary, los de Usopop, Txiki del Doka, el mismo festival Lekuek, los del Ordizia Rock, el Bonberenea de Tolosa, el Gazteleku en Oñati donde se hace el festival Beratu, y un sinfin de clubes independientes que son los que sufren de esta crisis sanitaria.

¿En Francia no están suspendidos los conciertos desde noviembre? ¿Qué hacen los músicos entonces? Y los técnicos, claro.

Pues la mayoría se quedan en casa. Como hemos hablado antes, al menos en Francia existe un tipo de ayuda para los músicos y técnicos. Se organiza algún festival en streaming, pero mis amigos franceses están bloqueados en casa. Es siniestro. ¡Creo que van a salir millones de discos en 2022! Ojo, que te van a dar mucho trabajo, Óscar, ja, ja…

Ya, no me van a caber tantos discos en casa. Por cierto, a ver si me mandáis una copia física de éste.

Vídeo Collage de su canción 'Medication':