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Fito Cabrales saludando tras el primer bis. Fotos: Óscar cubillo
Muy a gusto con un Fito enamorado en el Euskalduna
El Bafle

Muy a gusto con un Fito enamorado en el Euskalduna

El mejor sonido, sin rebotes, embelleció y realzó el cuarto y último concierto de los Fitipaldis el día de Reyes en un palacio con muchos niños y jóvenes

óscar cubillo

Sábado, 7 de enero 2023, 01:35

Estuvimos hace dos jueves en el Euskalduna, viendo el primero de los cuatro conciertos con entradas agotadas que Fito & Fitipaldis darían en Bilbao en el marco de la llamada 'Gira de teatros y auditorios'. Se lo contamos y, como nos gustó tanto, este viernes, cuarta y última fecha, tuvimos la oportunidad de repetir y disfrutamos aún más porque se cumplió nuestro mayor deseo: la acústica mejoró respecto al primer día, pues ya no hubo molestos rebotes de la batería ni ecos en general. No obstante, la voz de Fito este viernes de Reyes pareció demasiado empastada en la mezcla, poco perfilada, y eso que cantó muy bien.

Aquel primer concierto y este cuarto fueron iguales, pero resultó superior este último gracias a la calidad del sonido. Y es que un idéntico repertorio (20 canciones con dos bises dobles en el mismo orden y hasta en el mismo tiempo; bueno, en un minuto menos este viernes, quizá porque los músicos se hicieron menos de rogar para reaparecer en el primer bis), misma brusca aparición de los actuantes y sin música de fondo al mismo escenario con las mismas alfombras, mismas luces y ninguna pantalla de fondo, misma ropa de los siete músicos, misma actividad febril de los pipas que quitaban y ponían sillas, cambiaban instrumentos, etc. (mención especial a Nitrato, el que surte de guitarras a Fito, quien al menos usó dos acústicas y tres eléctricas), similares comentarios de Fito en los mismos momentos (el agradecimiento al público también por el llenazo de su concierto en San Mamés de la gira anterior, la eléctrica por pabellones de 'Cada vez cadáver' -presenciada por 347.000 almas en 27 bolos celebrados en 21 ciudades-, la comparación con un fantasma antes del solo de serrucho, las presentaciones de sus escuderos con una aplauso nuestro y un beso de él a cada uno…), y mismos momentos de protagonismo solista: de los dos miembros de Fetén Fetén incrustados en esta gira (sobre todo al violín el burgalés de Atapuerca Diego Galaz y al acordeón del vallisoletano Jorge Arribas, que en un solo bajó por el patio de butacas y coló un fragmento del himno del Athletic), de un Javi Alzola que en un solo final hizo ondear las manos a todo el Euskalduna, de un Carlos Raya que también bajó a puntear por el patio de butacas…

La coreografía de la segunda, 'Fantasmas'.

Es difícil encontrar rasgos diferentes entre ambos conciertos. Hum… Este viernes el público llegó con más antelación y se formó menos cola, se vio a mogollón de niños y jóvenes (¿serían sus entradas regalos de los Reyes Magos?), Fito informó que Hertzainak estaban dando su macroconcierto de despedida en Vitoria, y afortunadamente en los agradecimientos finales no soltó eso de «sois una puta bendición».

Lo dicho, gracias al sonido sin eco todas las canciones subieron un escalón. Desde el principio, mediante el síncope de Dire Straits ('Me acordé de ti', con bonitos punteos del simpático jefazo), una fiesta tex-mex ('Fantasmas'), esa introducción muy Pink Floyd (con Fito soleando en 'Que me arrastre el viento', que la cantó de la que mejor dentro del alto nivel general), un blues useño sureño con dos guitarras acústicas ('A morir cantando') o la evidente variación estética aplicada a 'A la luna se le ve el ombligo'. Todo iba como la seda y preguntó Fito Cabrales: «Estamos a gusto, ¿no?», siiii, replicó el público bimilenario. Y zanjó el cantante: «Yo enamorao…».

'Me quedo aquí', de la terna acústica.

Pasamos el triple pasaje acústico («gipsy, gitanillo», lo definió el bilbaíno) con los músicos sentados, abierto con Fito entonando en pie la versión de Fetén Fetén 'Me quedo aquí' («lo digo de corazón, creo que es la canción más bonita que he cantao en mi vida», elogió la estrella) y rematado con el neoswing 'Ojos de serpiente' y el gótico 'El funeral'. Y volvimos a la electricidad en quinteto con la bastante Ry Cooder 'Cada vez cadáver' y la muy Dire Straits 'Cielo hermético', antes de afrontar el último tercio con las canciones más conocidas, coreando el público a partir de la 15ª, 'Me equivocaría otra vez', con los móviles filmando, insistiendo los Fitipaldis en el ritmo de los Dire Straits cimbreantes en 'La casa por el tejado', y dando los mismos dos bises dobles que el primer día.

El primer bis contuvo un 'Entre la espada y la pared' con pasajes Munford And Sons y un 'Soldadito marinero' que funciona mejor en estadios por eso de la gente estirando los coros. Y el segundo ruló muy rocanrolero vía Dire Straits y con el público en pie para recibir 'Por la boca vive el pez' y 'Antes de que cuente diez'.

Todo bien y muy a gusto, con una vibración muy de relajación y sin sensación de repetición, aunque hayamos visto a Fito & Fitipaldis dos veces en ocho días.

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