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Este sábado noche 300 almas, a 30-35 euros la entrada, se congregaron en la Santana 27 para atestiguar el autohomenaje a los Ramones (Nueva York, 1974-1996) que pasea por el mundo el cuarteto internacional llamado Marky Ramone's Blitzkrieg (blitzkrieg significa guerra relámpago en alemán), o sea por el que fuera su baterista Marc Steven Bell (Brooklyn, Nueva York, 1952), jefe de una banda / empresa que como vocalista cuenta con el vitoriano Pela (pluriempleado en La Excavadora y Víctimas Club), un tipo flaco y espigado, esta noche vestido con una camiseta de (Johnny) Cash y más dinámico en escena que el añorado Joey Ramone, siempre pegado al pie de micro por sus problemas de salud y de movilidad.
En 80 minutos (contando los cuatro que tardaron en reaparecer para dar el fabuloso bis) lanzaron 39 pildorazos unidos uno detrás de otro, casi sin parar, con Marky tocado con su peluca melenuda (tiene 72 años) y batiendo el ritmo cual metrónomo humano, y dando esporádicos saltos al unísono los dos tatuados argentinos que completan el cuarteto: Marcelo Gallo (guitarra y parecido al bajista Dee Dee Ramone) y Martín Sauan (bajo, de Expulsados), encargados de rematar un repertorio con una acústica en la sala que dio el pego.
El Pela apenas parló al personal presente, y no dejó de agitarse físicamente al defender con credibilidad y personalidad inusuales en un simple grupo tributo (La Guerra Relámpago de Marky Ramone no es ningún grupo tributo copión) mientras caían temazos instalados en la memoria colectiva de la roquería como 'Commando' (y la peña dictando las cuatro reglas de la letra con el puño el alto), 'Sheena Is a Punk Rocker' (con la facilidad de insertar onomatopeyas), 'Now I Wanna Sniff Some Glue' (punk arcaico asfáltico), 'I Just Want to Have Something to Do' (la maduración de los retroadolescentes), o 'Rockaway Beach' (sin frenos y cuesta abajo).
Usando cada dos por tres como trampolín de lanzamiento de las canciones el 1-2-3-4 ramoniano (one-two-three-four!) y convenciendo e incluso alegrando a los 300 espectadores de la Sala 27, Pela delante, Marky detrás parapetado tras el set tamborero y los argentinos a los lados prosiguieron su buen show con hitos tipo 'Surfin' Bird' de The Trashmen (con el Pela a la onomatoeya papapapapa um, maum-maum...), 'I Wanna Be Your Boyfriend' (la sencillez extrema) y 'The KKK Took My Baby Away' (la conexión con el público, que se sabía todas las letras).
Al de una hora y poco de entrega física a tope los cuatro pararon fugazmente. Y tras el leve resuello prosiguieron con pop pegajoso y melódico ('Needles and Pins' de Jackie DeShannon) y más temas redondos como 'Oh Oh I Love Her So' (muy rodado), 'Pinhead' (surrealista, con el pasaje coral de 'gabba gabba hey'), y ya en el bis especialmente inspirado otros temazos destacables tipo 'Rock 'n' Roll High School' (caló más allá de la nostalgia), 'Glad to See You Go' (épica nihilista bromista), y el adiós con la 39ª canción, 'Blitzkrieg Bop' (con el grito de guerra 'hey ho, let's go' y con pogo en las primeras filas).
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