'Emotivo' es un vocablo que agrada a Mendibil Carlos Gª Aspiazu

Gontzal Mendibil estrena 'Biok' en el Arriaga

El cantautor de Zeanuri presentó su 18º álbum, conmemoró sus 45 años en la escena, y en euskera y castellano cantó 'ELA behin', un tema que cedido a la asociación Adela

Lunes, 4 de noviembre 2019, 18:22

El cantautor euskaldun Gontzal Mendibil (Zeanuri, Bizkaia, 63 años) estrenó el domingo en el Teatro Arriaga, ante 550 personas (se vendieron sobre todo las localidades del patio de butacas, las de más valor), su disco número 18, 'Biok', y lo hizo en deceto: él ... a la voz cantante y a la guitarra, las jóvenes coristas Ana y Lara Sagastizabal, y un plantel de músicos de primera línea como Anjel Unzu (guitarras y bouzuki, también con Benito Lertxundi), Alberto Rodríguez (guitarra y mandolina, toca en Korrontzi y es técnico de sonido de la sala Azkena) José Luis Canal (piano, yerno del protagonista), Rober Caballero (contrabajo y bajo), Joe González (saxo, da lustre a Doctor Deseo), Blas Fernández (batería; este jueves 7 actuará como líder de su cuarteto en el Cotton Club) y Philipe Ezkurra (acordeonista vascofrancés).

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En el Arriaga, en 124 minutos sin bis tocaron 20 canciones, contabilizando por partida doble 'ELA behin', primero en castellano y luego en euskera (esta versión sonó curiosamente más dinámica). Esta es una canción, «un canto a la esperanza» según Mendibil, que ha cedido a la asociación Adela, de afectados por la Esclerosis Lateral Amiotrófica. Durante este pasaje subió al escenario su amigo y enfermo Iñaki Elorriaga, que calificó de bardo a Mendibil, lo comparó con Lauaxeta e Iparraguirre, y añadió en un emocionado parlamento: «Es una enfermedad muy cruel, con mucho sufrimiento humano. Una mierda. Gracias a Gontzal por abrir ventanas a nuestro pensamiento como enfermos».

Después, en la penúltima canción, subieron al tablado otros dos espectadores: el historiador Iñaki García Uribe (con quien Gontzal comparte actuaciones inspiradas en el Gorbea, él tocando y García contando cuentos) y el nipón Hidenao Dohino, un joven que habla euskera vizcaíno y batua y que ha traducido al japonés el 'Txoria txori' de Mikel Laboa.

Las benjaminas del deceto, las coristas Ana y Lara Sagastizabal Carlos Gª Aspiazu

El concierto fue creciente y gozó de cuidados fondos visuales. Gontzal, justo a la voz (nos pidió que fuéramos comprensivos con los fallos ya que era la primera vez que tocaban juntos; y sí, al principio un par de fallitos le notamos a él, aunque los atribuimos a los nervios), leyó muchas letras de su tableta en la segunda parte del concierto, en la cual su gran banda sonó más rica y mejor trabada, pues estaban repasando canciones ajenas a la novedad, más antiguas, más rodadas.

Las 12 primeras piezas las coparon la novedad, el disco 'Biok' (del que únicamente no sonó el corte 'Orain'), y la canción de la ELA. El de Zeanuri abrió a solas con la guitarra, cual fresco cantautor euskaldun pop tipo Mikel Markez ('Egidazu toki bat'), en dúo con la guitarra slide de Anjel Unzu sonó fronterizo a lo The Hacienda Brothers ('Biok'), y en 'Eztia' resonó a Benito y animó en castellano: «vamos a soñar un poquito» (es que Gontzal en sus parlamentos mezclaba euskera y castellano).

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Los músicos iban saliendo poco a poco y Gontzal contó que la canción 'Bizitzen ikastea' (aprendiendo a vivir; esta en el Arriaga concatenó aires melancólicos de fado, de bolero y hasta de tango con Gontzal frágil a la voz) la compuso rápidamente tras una visita a otro amigo enfermo, a uno de sus mentores, a Bittor Kapanaga, el Sócrates euskaldun, como le llamaban, quince días antes de morir éste en 2011. Y a continuación, su composición 'ELA behin' supuso el primer jalón de la velada gracias a su cadencia country.

En 'Esperantza biotzarentzat' Gontzal siguió asimilando a Benito y entramos en lo mejor de la parte del disco: la solemne 'Ama Gorbeia' resonó a panteísmo nacionalista dedicado al Gorbea; la mejor canción del estreno fue 'Agur ama' con sus aires de jazz para una letra escrita por Lauaxeta horas antes de que lo fusilaran en marzo del 37 en el seminario de Vitoria convertido en cárcel según narró Mendibil en la introducción; y un 'Amaren sua' inspirado en Gabriel Aresti y según la escuela de Leonard Cohen.

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En 'Belearen balada beltza' leyó ostensiblemente de la tableta y, antes del juego de palabras 'Altxa zu! Altsasu', que cierra el disco 'Biok' y que es una letra suya con aire crepuscular algo Tom Waits para un turbio asunto y según él injusto (trifulca de bar, lo llamó), el de Zeanuri recordó que durante la Transición cantando en euskera reunía a 2000 personas en lugares como Salamanca o Burgos, adonde ahora ve difícil ir actuar (hombre: para comparar debería contar si entonces eran encuentros con entrada libre, si eran festivales con más artistas, etc.).

Las visuales en 'Bizitzen ikastea' Carlos Gª Aspiazu

La segunda parte del concierto cursó con más solidez y belleza, a pesar de que Gontzal leyó de modo evidente las letras en su tableta ajustada al pie de micro. Más aciertos y superior musicalidad se respiraron en esta segunda parte. Más que a los coros a lo Ted Hawkins quizá aprehendidos por Gontzal vía Ruper Orodika en la susurrada 'Gure herria' (un texto de Sarrionandia), o al dúo coplero con una de las coristas en 'Beltzarena' (unos versos que Iparraguirre escribió en Uruguay para una oveja negra que le quedaba de un amplio rebaño), o sobre todo al mentado y poco acertado 'Txoria txori' en japonés, nos referimos por la capacidad de emocionar ('emotivo' es un vocablo que agrada mucho a Gontzal) a una 'Hara nun diran' dotada del magnetismo misterioso de Leonard Cohen, a esa 'Nire bihotzak' con su poso Marc Knopfler, y al adiós con su tema más popular, 'Bagare', arropador, con aire de kantaldi y fechado en 1974, o sea que Gontzal contabiliza ya 45 años de carrera.

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El público debió de pensar que 'Bagare' fue el culmen de la cita, pues saludaron abrazados los diez músicos y la gente se levantó de sus butacas e hizo mutis sin pedir bis ni apenas aplaudir. Menos mal que la canción prevista a modo de bonus ya la habíamos oído esa tarde, pues estaba apuntada 'Bizitzen ikastea'.

Los diez oficiantes saludando al final Carlos Gª Aspiazu
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