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Gari & Maldanbera y la corista Aitziber en la parte buena. Moreno Esquibel
El Gari actual y el Gari nostálgico

El Gari actual y el Gari nostálgico

El Bafle ·

Pleno de inspiración, el roquero euskaldun presentó en el Arriaga su décimo disco, 'Beste denbora batean', pero luego se atoró en un inesperado ataque nostálgico al versionar con endeblez a su mítico grupo Hertzainak

Viernes, 1 de marzo 2019, 12:08

Mirándolo por el lado más positivo, podríamos contar que el veterano roquero oficial euskaldun Gari dio dos conciertos seguidos el miércoles en el Arriaga. Los ofreció con el aforo agotado pero reducido: ante 200 personas con las que compartió el escenario y que se dispusieron en círculo, rodeando a los oficiantes. El que suscribe veía de frente a Gari, pero de espaldas a su baterista Nacho Beltrán. Gari actuó en cuarteto levemente cambiante (a veces dos guitarras, otras dos teclados…), con el refuerzo esporádico a los coros de Aitziber Omagogeaskoa, la lideresa de The Great Barrier. Estaban presentando el segundo disco con su grupo Maldanbera, 'Beste denbora batean' (En otro tiempo), el décimo lanzamiento en solitario de Gari.

La primera parte, o el primer concierto, fue magnífica, actual, global, exportable, inspirada y sólida. La segunda parte, tras cinco minutos de parón en duelo bertsolari, fue inesperada, endeble, autoindulgente, caprichosa, larga y sin apenas ensayar. En ésta repasó canciones de su primer grupo, Hertzainak, con el también ex miembro Josu Zabala al acordeón (la mente musical del legendario proyecto vitoriano). Y miren que nos gusta el debut de Hertzainak, pero no le vimos la gracia por ningún lado a tal chapuzón nostálgico. En la rueda de prensa del disco nuevo, en el Museo Bellas Artes, declaró Gari: «La nostalgia ni me motiva ni me carga las pilas. Lo único que me interesa es el día a día. Lo único que me motivan son las cosas pequeñas, como cantar ante poco público y sentirme nervioso, desnudo. Así además de músico me siento artista». ¡Y nos salió con eso! A ver si se aplica el cuento.

Pero seamos positivos y subrayemos la primera parte, la seria, la que habíamos ido a ver, la mejor de un encuentro de 21 piezas en 112 minutos. Sobre el tabladito ubicado en el centro del gran escenario del Arriaga, bajo la tramoya, un hábitat sónico coronado por un círculo de tablones suspendidos del aire y rodeado por los doscientos fans, Gari & Maldanbera abrieron la velada derramando sensibilidad e inspiración, sonando modernos, vascos y globales en esta primera parte de 12 canciones en 58 minutos. Con una acústica estupenda, una ejecución medida y conjuntada, y una atmósfera hipnótica y transportadora, Iñaki Igon Garitaonandia (Legazpi, Gipuzkoa, 1963) y los suyos destilaron indie rock americano ('Denbora'), dream pop ('Esan') y asimilaciones de Bowie con silbidos y coros vocales a lo Band Of Horses como podría elevar Eñaut Elorrieta en solitario ('Yase'; a Gari se le notaba a gusto, relajado, ingrávido…).

Dos hitos consecutivos fueron el post-rock 'Amapola' (con Gari cantando como en sus pinitos) y el power-pop a lo Matthew Sweet 'Kondenatua'. Y después otro par de hitos encadenados aterrizó con el cool y dejándose llevar a lo Lou Reed 'Obsesioak' más el rock creciente vía The National 'Egunonmundo', muy ovacionado. Y ahí siguió el combo, flotante, quizá no tan oscuro («oso positivo», comentaron unos espectadores al acabar 'Estutu'), dejándose llevar por la buena onda.

Gari y su viejo compadre Josu Zabala en la segunda parte, con las sillas colgantes. Moreno Esquivel

Los músicos hicieron mutis repentino, irrumpieron los dos bertsolaris y se alargaron hasta los cinco minutos rimando sobre la trayectoria de Gari. Esperábamos un bis que prolongara un rato la primera parte, pero lo que no esperábamos fue la segunda parte, muy de andar por casa, un capricho que se podría haber concedido en una reunión privada. Con sillas colgando del cielo en vez de los tablones, en esta segunda parte de 9 títulos en 50 minutos Gari repasó canciones de Hertzainak, al principio a dúo con Josu Zabala ('Hertzainak', 'Ta zer ez da berdin'), y luego dilatándose con más invitados (el navarro Marino Goñi en la aún más frágil '564'). Tal involución nostálgica se agravó con la salida de la banda Maldanbera, que entonces tocó suavito porque no tenía muy preparadas las viejas canciones (qué diferencia en la pegada del baterista Nacho en 'Larru Beltzak').

Por supuesto, la gente tímidamente fue cantando algún corito (aaahh, 'Sigarrillos amariyos' y 'Si vis pacen'… parabellum, esta en plan reggae endeble), y pareció brotar todo entre cansino y épico en una cómplice 'Aitormena'. El bis fue doble, con más invitados como Uoho ex Platero y Tú y el ex WAS Jon Aguirrezabalaga en el superficial 'Rokanrol batzokian' (ya los roqueros no cantan sobre los batzokis, no sea que no les contraten para las fiestas y los festivales y todo lo demás), y el adiós definitivo con las palmas hippies de 'Eutsiko diogu' (que es una adaptación a cargo de Gari del 'We Shall Overcome' popularizado por Pete Seeger).

Pues ya ven qué contraste. El anverso y el reverso de Gari. Un ejemplo palmario de la irregularidad que siempre ha lastrado a Gari, del que seguimos siendo fans.

Los músicos aplaudiéndose tras el momento hippie final con 'Eutsiko diogu' Moreno Esquivel

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