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El simpático Fito Fitipaldi (Adolfo Cabrales Mato, 6 de octubre de 1966, Bilbao, 51 años), ex Platero y Tú, conmemora sus veinte años de carrera en solitario con el recopilatorio 'Fitografía' (DRO-Warner), lanzado el 10 de noviembre y número 2 en ... ventas de salida, sólo superado por Vetusta Morla. La antología se sirve en varios formatos: el CD doble standard, y una caja con 3 CDs, 2 DVDs, un grueso libreto y varios posavasos que ha agotado los 4000 ejemplares que se fabricaron.
Apoyado en semejante estribo, Fito volverá a salir de gira. 'Veinte años y veinte ciudades', como dice él, antes de concentrarse en su próximo álbum oficial, para el que se siente seco de ideas y se lo toma como su verdadero reto. Fito arrancará la gira de vigésimo aniversario el 10 de marzo de 2018 en Santander (Palacio de Deportes), y pasará por Barakaldo los días 4 y 5 de mayo (BEC; el 5 ya ha agotado las entradas). Ayer viernes tenía una actuación promocional en el Euskalduna, y nos atendió después de probar sonido.
- Conversas mucho con todo el mundo. Eres muy abierto y se te puede hacer cualquier pregunta sin que te moleste.
- Ya, nunca me molestan. Lo que pasa es que antes todos me hacían las mismas preguntas. Sacaba un disco y me preguntaban sobre él, pero ahora parece que soy un tertuliano que puede hablar de cualquier cosa. Y, joder, si salgo de promoción, no puedo ir con escudos: 'Oye, esto no preguntes, y de lo otro tampoco'. Luego me arrepiento. Llego a casa, leo titulares, joé, y me pregunto: '¿Para qué hablo?'. Pero en el fondo me siento libre. A veces hay cosas que te pueden doler un poco, pero es igual. Yo la mayoría de las cosas que he visto de titular, si no todas, las he dicho yo. Lo que pasa es que un titular lo ve todo el mundo y luego a lo mejor no se leen el artículo. Eso lo sabes tú más como periodista. Pero sí, me siento libre para hablar, la verdad.
- Y eso que he leído que eras muy tímido de joven.
- Siempre pensé que de crío yo era un tío muy abierto y sociable, pero luego, cuando coincides con amigos de aquella época, te dicen que no. Recuerdo que iba a un bar y le pedía canciones al pincha y al de varios años me dijo: 'Tú eras aquel chico tímido que me pedía canciones…'. Y yo: '¿Cómo que tímido, si yo me lo pasaba bomba?'. Y es que lo que yo pensaba era mentira: parecía un medio friki pidiendo canciones, ja, ja…
- ¿Y trabajar en un bar no da callo para hablar con cualquiera? A un bar van muchos pesados y hay que aguantar mecha.
- Sí, el mío era un bar de muy pesados. No sé si eso te da rodaje, pero bueno, seguro que todos los camareros que conoces tienen un denominador común, que es el ser muy sociables. Es verdad que a un bar tú no vas porque sirven cocacola o güisqui, porque eso lo ponen todos, tú vas por el trato en primer lugar. Además de estudiar hostelería, los camareros tienen don de gentes. Y eso yo lo he visto en mis padres y también se puede aplicar a la música: hay que llevarse bien con tu entorno de músicos, managers, trabajadores… Yo lo entiendo así.
- Ahora cumples veinte años como Fito en solitario. ¿Pensabas poder vivir de la música cuando te pusiste con Platero y Tú?
Hombre, a lo mejor en forma de sueños igual sí, pero creo que cualquiera que empieza a tocar en un grupo de chaval lo hace por lo mismo que nosotros: porque lo pasábamos bien. Si entonces me dicen 'vas a tener un grupo, a grabar discos y dentro de veinte años podrás siguiendo tocar', yo hubiera respondido: 'Estás flipado'. No te lo crees. Eso te lo digo yo y cualquiera.
- ¿Y cuando te iba bien con Platero y Tú hasta dónde soñaste? Seguro que no hasta las giras por pabellones, ¿pero cuán arriba te imaginabas?
- Joder, para mí el momento cumbre de Platero pasó al principio de que nos fichara DRO (el sello filial de la multinacional Warner, donde sigue trabajando Fito). El momento cumbre fue cuando vino a grabar con nosotros Rosendo la canción 'Sin solución' del disco 'Muy deficiente' (DRO, 1992). De repente estábamos grabando en el estudio, y llegó Rosendo en un taxi, y yo dije: 'buah, qué ostras… somos ya como los Allman Brothers'…
- Las ventas de este recopilatorio 'Fitografía' han ido bien: número 2, cuando salió el disco de Vetusta Morla, pero lo tuyo es una caja que valía 44 euros y ha agotado los 4.000 ejemplares, me acaba de contar Ramiro, de Warner.
- Ya, las cajas son para los fans. Yo me he comprado varias de otros artistas y las guardo en casa y ni siquiera las abro. Simplemente me gusta el artista, y compro la caja y si algún día tengo tiempo la oiré y leeré las notas y tal. El mío no es un disco pensado para las listas de ventas, está claro.
- ¿Por qué elegiste como single de 'Fitografía' una canción de Platero y Tú, 'Entre dos mares', con una letra tan agresiva?
- Pues por la letra sobre todo. Durante años he querido grabar una canción de Platero. Siempre lo he tenido en la cabeza y nadie me lo ha pedido. De hecho, las tocábamos en concierto.
- ¿Platero y Tú aún generan derechos de autor? No solo por ser ese grupo, sino por el estado del mercado, del 'show business' en general.
- Hum… En la radio los sigo oyendo. Y hay unos cuantos grupos tributo, pero bueno. Yo siempre digo que se mueren los músicos, pero no las bandas que han formado. Eso es lo bueno: nos morimos nosotros, pero las bandas siguen. Y Platero seguirá ahí y habrá gente que se reenganche, otra no… Pero bueno, los discos se graban, se quedan ahí y la gente los escucha alguna vez.
- ¿La separación empresarial de Last Tour ha afectado a tu trabajo? Antes había tres jefes: Alfonso Santiago, que se ha quedado con el negocio, y de socios estaban tu manager, Polako, o sea tú, más Javier Arnaiz, que está compitiendo ahora desde Madrid con el festival Mad Cool.
- No, no, en absoluto. Polako y yo somos indestructibles. Y los de Javi también son majísimos. Nos llevamos bien con todos. Pero Polako se marchó y se quedó con las bandas. Tiene mentalidad de músico, como yo, y está conmigo, con El Drogas, con M-Clan, con Quique (González)… Tiene trabajo de cojones, ¿no sabes? Y la verdad no he notado cambios. Hoy en día las giras se organizan con una tablet, casi.
- ¿Quién te organiza a ti la agenda? ¿Polako, a quien ya le hemos visto hablar por teléfono sobre ti delante de nosotros, y ahora mismo época Warner, la discográfica de 'Fitografía', por ejemplo?
- Todo pasa por el filtro de Polako. Todo. Incluso cuando Warner organiza una promoción, como la de ahora, se la manda a Polako y él le da el visto bueno. Habla conmigo y le damos el visto bueno. Todo el peso recae sobre él y todo lo artístico lo cuida con mucho celo. Pero es verdad que esto es difícil de entender si no se conoce la amistad que hay entre Polako y yo. Hemos crecido juntos en este negocio porque antes éramos dos tíos que no teníamos ni puta idea, simplemente nos gustaba la música, y nos tuvimos que dar muchas hostias hasta que al final hemos aprendido. Lo que yo sé lo sé por Polako, y viceversa. Es la persona con la que tengo más confianza. Hay cosas que le podría contar a Polako y que no le contaría a nadie, claro.
- ¿Cómo os conocisteis?
- Vino al Umore (el bar Umore Ona, ya cerrado), con Edorta (el cantante), nos dio unas camisetas y nos dijo (a Los Platero), 'oye, que somos los Flying Rebollos y tocamos…' no me acuerdo dónde era. 'Venid a vernos'. Valeeee, fuimos y desde entonces. Creo que los Flying hicieron camisetas antes que discos.
- Sí, cuidaban mucho el merchandising, ja, ja… Oye, me dicen que te pregunte qué letra le pondrías al conflicto de Cataluña.
- Ja, ja, jaaaa… Joé, es acojonante, ya me hace gracia. La gente me dice por la calle: 'Fito, tengo el vídeo donde recomiendas a Puigdemont y Rajoy que se tomen la MDA'. Y me reafirmo en eso. Si hiciera una canción sobre eso sería un instrumental.
- Estuviste tocando en fiestas de Bilbao con M-Clan. Hicisteis 'Carolina'. ¿Cómo surgió?
- Se lo dije yo. Ellos saben que si yo quiero cantar, se lo voy a decir. A Carlos o a Ricardo. La puta verdad es que, cuando me retiro y llevo un tiempo sin tocar, me entra pánico. Entonces les comenté: 'Carlos, venís a Bilbao, canto con vosotros, ¿vale?'. Quería subirme al escenario y medir esa ansiedad. Es un placer tocar con ellos, pero en cierta medida les utilicé. Siempre que vienen a Bilbao, vamos a comer juntos, y nunca me van a pedir que salga. Pero si me apetece, o tengo ganas, pues ya les digo yo. Esta vez les solté con ironía: 'Si me dejáis hacer el solo, canto con vosotros'. Yo quería salir al escenario y ver cómo me encontraba sabiendo que iba a salir con esta gira.
- Y tú recibirás peticiones para colaborar de todo tipo, ¿no?
- Bueno, sí, pero tampoco es para exagerar. Muchas veces ni siquiera escuchar las canciones. A veces no tengo tiempo y prefiero decir que no. Ahora hace poco estaba pendiente de colaborar con Sínkope, y les tuve que decir que no.
- Ya, porque actualmente tú eres como Rosendo para los Platero.
- Sí, puede ser algo así.
- ¿Por qué un recopilatorio ahora? Lo has contado mil veces, y ya te he oído explicar que se le ocurre a la discográfica.
- Se le ocurre a DRO. Yo no estaba pensando en el recopilatorio, la verdad. No me suelen gustar los recopilatorios. Pero me interesó cuando me lo plantean como una caja y me informan del proyecto y la gente que va a participar. Me llama Charlie (Sánchez, jefe de DRO, presidente de Warner) y me dice: 'Déjame que te explique, ya sé que no te gusta, pero déjame'. Charly y yo somos los más viejos de DRO, todos los demás han cambiado. Yo sigo aquí por él. Y me manda más o menos el montaje de la historia, con la Strato en la portada, y lo que más me gustó, que iban a recuperar todas las colaboraciones desperdigadas, incluso las realizadas con otros sellos a los que había que pedir permiso. Esto es lo que me engancha. Es más: había tantas colaboraciones que no han cabido todas. Habríamos necesitado otro CD, pero nos parecía exagerado. En el fondo es una excusa para salir de gira.
- Ya.
Yo estaba en casa y el disco nuevo no me salía. Y cuando hablaba con Polako y con Carlos Raya (su guitarrista y mano derecha musical) siempre me decían: 'Y si celebramos esta historia…'. Me lo dejaban caer siempre y yo: 'Pues sí, vamos'. Y dije: 'Hagamos 20 años, 20 ciudades', porque al final es una gira de tres meses y luego me puedo volver a mi disco, que es el reto verdadero para mí.
- ¿Te notas seco de ideas?
- Siempre que me lo preguntas te respondo lo mismo: que estoy atascado. Pues cada vez eso se acentúa más. Este recopilatorio y salir de gira me han venido muy bien. Salir del 'loop' en el que estoy metido. Ya no es que no me salgan las letras ni la música, es una cuestión que llega más allá: ¿cómo quiero sonar?, ¿cómo soy musicalmente y qué es lo que quiero hacer ahora? Para mí es un regalo haber sacado lo de los 20 años y tener la excusa perfecta para salir de gira. A ver si me da el aire y al volver a mi local puedo hacer lo que yo quiero.
- La guitarra de la portada de la caja 'Fitografía' se llama 'Basurilla'. ¿Pones nombre a todas?
- No pongo nombres a ninguna guitarra, sólo a Basurilla, porque tiene una pinta que parece que la he rescatado de un vertedero. Todas son de los 60, pero esta…
- ¿Cuántas guitarras tienes?
- Unas 30.
- ¿Has pensado vender alguna, deshacerte de ella?
- Nunca he vendido una guitarra. Pero ahora estoy pensando en deshacerme de una que nunca me gustó.
- ¿Cuándo empezáis a ensayar para la gira?
- Hasta ahora hemos estado en mi casa (en Gernika) Carlos Raya y yo, pero eligiendo las canciones más que nada. El miércoles que viene empezamos los ensayos con la banda, en Madrid, en el estudio que tiene Carlos en su casa. Esta vez no viene Joserra (Semperena, el teclista guipuzcoano). Y en los ensayos tampoco va a estar Javi (Alzola, el saxofonista de Basauri), porque tiene bolo aquí en el Euskalduna (un homenaje a Miles Davis en el ciclo Izar & Star el viernes 1 de diciembre) y le hemos tenido que dar permiso. Estaremos ensayando hasta que empiece la gira. Nos juntamos una semana, dejamos otra, nos volvemos a juntar… Así hasta el ensayo general en Santander, donde empezamos la gira. Ahí nos concentramos una semana, pues nos dejan gratis el pabellón. Por eso empezamos siempre en Santander: nos dan facilidades para preparar las cosas y lo pueden ensayar no solo los músicos, también los que montan, los de las luces… Y en cada ciudad queremos llevar un colaborador de los del disco. Ese es el reto. Ahí estamos, con el teléfono ardiendo.
Cuándo. Viernes 4 y sábado 5 de mayo, a las 22.30 horas
Dónde. En el Bilbao Exhibition Centre (BEC)
Entradas. Desde 33 euros (agotadas para el día 5)
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