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Xabi Solano, el líder. Pedro Urresti
La fiesta reivindicativa de Esne Beltza en el Getxo Folk

La fiesta reivindicativa de Esne Beltza en el Getxo Folk

El noneto guipuzcoano, ampliado por un grupo de baile masculino, montó en Ereaga un sarao mestizo y manonegrista donde no faltaron las consignas partidistas y el anuncio de su último concierto: el 1 de febrero en Miribilla

Domingo, 15 de septiembre 2024, 07:35

Sábado, cuarta jornada de las cinco del 40º Festival Internacional de Folk de Getxo. Cuatro conciertos hubo, y pisamos los cuatro: en la Plaza de la Estación de Las Arenas, a la una, la albaceteña Karmento mostró su neofolklorismo manchego y a las 7.30 horas, catamos el principio de los gallegos De Ninghures (esta franja horaria es la única en que se solapan dos conciertos, estaría mejor un poco antes para llegar al bolo de Algorta); a las ocho, el bolo de abono en el Muxikebarri con una Buika verborreica, egotista, visceral y por momentos anticlimática ante 594 almas, y a las diez de la noche, en el parking de la Playa de Ereaga, los guipuzcoanos Esne Beltza en una de las actuaciones de su gira de despedida llamada 'Agur deneri', que se cerrará el 1 de febrero en Miribilla, como se hizo público esa misma mañana de sábado y como anunciaron ellos un par de veces en su show muy bueno, alegre y fugaz.

Los conciertos del Getxo Folk en Ereaga tienen el marchamo de gancho para la juventud, y ésta se hizo notar en el concierto de Esne Beltza, aunque la víspera, el viernes, Rodrigo Cuevas congregó a más del doble de público (estábamos casi apretados) y de edad media mucho más avanzada. Y ante esa chavalería, con mayoría femenina en vanguardia, los guipuzcoanos Esne Beltza dieron un bolazo de unos 23 temas en 86 minutos con trece actuantes en escena: nueve músicos, incluyendo a la rapera Lova Lois (la mejor con diferencia que hemos oído en Euskadi), más los cuatro bailarines masculinos de Kimua.

Lova Lois, alias de la erandiotarra Lola Guerricaechebarria. P. Urresti

Los trece empujaron para montar una fiesta con mucho mestizaje, bastante ska, la presunción de positivismo, y un montón de consignas: a la segunda se declararon a favor de Palestina y colocaron una bandera bajo los trastos del DJ Zigor DZ ('Harresiko kunbia'), a la cuarta Lova Lois tras una breve proclama feminista espetó «babosoak sutara» (o sea los babosos a la hoguera, esto antes de 'Gure dantzalekua'), a la quinta homenajearon a Iñigo Cabacas ('Hil suten'), a la séptima corearon «eusko presoak etxera», ¡y también a la vigesimoprimera! ('Mugitu harriak' y 'Bozgorailuetatik', respectivamente), y en numerosas ocasiones preconizaron y hasta propulsaron el euskera (a la sexta, en la canción de la Korrika de 2013 'Bagoaz', a la duodécima, 'Hona bostekoa', un ska como los primeros Kortatu con guiño a los Specials, y a la 23ª y última, 'Nahi dut').

El público en el parking. P. Urresti

El concierto fue muy bueno, ya se ha dicho (sonido, ejecución, ritmo y ritmos, dinamismo, ¡el esporádico cuerpo de baile cuádruple!), y su carga ideológica no resultó demasiado agresiva porque sus canciones son más bien 'pro', no 'contra', aunque a veces se entiende tácitamente el mensaje completo. Y con esas ganas de fiesta doctrinal según las normas del mestizaje manonegrista sembrado en Euskadi y más allá por Fermín Muguruza (el líder de Esne Beltza, Xabi Solano, voz y trikitixa, fue músico de La Kontrabanda de Muguruza y con él giró por el mundo), Esne Beltza no tuvieron ningún bajón de tensión, y mucho menos un fallo, en su intención movedora.

Abrieron como Amparanoia ('Eskuekin'), a la segunda agacharon a la juventud que se desplegaba cómoda y holgada por el parking playero, a la tercera resonaron a otros manonegristas positivos como los catalanes de La Pegatina (en 'Argitzeraino'), a la cuarta parecieron un híbrido entre Bebe y Fermín Muguruza, a la sexta, la de la Korrika, vincularon a los Clash con Rancid, luego se salieron de su fórmula musical en el country melódico de 'Gogoak' y en el rock grabado por Xabi Solano en solitario 'Nere mundu polit txiki hontan', después hubo raggamuffin y un fandango (cuando Xabi bajó del escenario y se dirigió hacia la mesa de sonido), y se percibió la alegría de Joxe Ripiau ('Pasodoble'), más onda Muguruza latinizada ('Quién manda'), más positivismo 'pegatinero' ('Gotti!')…

La gente dando palmas manos arriba. P. Urresti

Y hubo explosiones de confeti, y en una ocasión se pidieron palmas flamencas, y varias veces las manos de la masa estuvieron arriba ondulándose, y el adiós definitivo lo dieron con 'Nahi dut', que empieza así: «Quiero vivir el día y la noche en euskera / Y tú puedes hacer lo mismo / Quiero vivir en euskera desde la mañana temprano / No es un sueño, es mi deseo / En casa, en la calle, en el trabajo, entre amigos».

Dios mediante, el 1 de febrero de 2025 estaremos en Miribilla atestiguando el agur de Esne Beltza tras veinte años de carrera y con invitados como su maestro Fermín Muguruza, sus amigos de La Pegatina, andaluces como Chambao y El Canijo de Jerez, y más invitados que se irán anunciando. Ojalá ese concierto esté al menos tan bien como éste de Ereaga.

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