La estrella este año del BBK Live fue chica Bond, bailó con Andy Warhol y su imagen marcó los 80

Ese salto al 'show business' entendido como un arte multidisciplinar llegó después de una extraordinaria serie de discos sincréticos, en plena explosión de la música disco. Grace Beverly Jones, nacida en Jamaica en 1948, inició su aventura vanguardista en 1980 con 'Warm Leatherette' (Cuero caliente), mezclando influencias reggae y rock sofisticado. Al año siguiente llegó 'Nightclubbing', donde sumaba el pop y el funk al crisol de estilos en un estado de gracia. La canción 'I Need a Man' la convirtió en referente de la comunidad gay.

Su componente exhibicionista siempre le funcionó en los escenarios. Ella y sus cinco hermanos fueron criados por su abuela y el violento marido de esta a base de golpes y lecturas de la Biblia. A los 13 años deja Jamaica y se muda a la casa de sus padres en Siracusa (Nueva York). Se convierte en una modelo estrella que viste diseños de Claude Montana, Kenzo, Yves Saint Laurent e Issey Miyake, a la que Helmut Newton retrata como si fuera una extraterrestre que ha venido a someternos.

La mítica discoteca 'Studio 54' es su segunda casa. Su fama es tal que en 1977 firma su primer contrato discográfico con Island Records. Su mayor éxito llega en 1985 con 'Slave to the Rhythm', canción que da título a su álbum conceptual más vendido, que contenía múltiples versiones del mismo tema. Su versión de 'La vie en rose' también sonó en las discotecas del planeta.

Grace Jones no solo imponía por su físico y misterio. No admitía actitudes paternalistas o sexistas, como cuando en 1981 abofeteó en directo al presentador británico Russell Harty por darle la espalda para hablar con otro invitado. Ese mismo año pasó por España para actuar en el espacio 'Esta noche', que presentaba Carmen Maura. La diva de ébano prefirió pasar del playback y restregó sus nalgas contra un sorprendido espectador en el plató, que, aunque suene increíble, no era otro que el mismísimo comisario José Manuel Villarejo con 30 años.

Lady Gaga siempre ha dicho que, de mayor, quiere ser como Grace Jones. Cuando hubo posibilidad de grabar un dúo juntas, la artista jamaicana se negó y la acusó de copiar sus estilismos. Su voz abisal supo ponerse al servicio de fértiles cruces, como cuando hizo suyo el 'Libertango' de Astor Piazzolla a ritmo de dub jamaicano en I've Seen That Face Before', otro de sus pelotazos. Hasta realizó una versión en español, 'Tu cara me es conocida', por algo la cantante estudió de joven para convertirse en profesora de español.

Su animalidad no podía pasar desapercibida para el cine. Su personaje de chica Bond en 'Panorama para matar' llevaba el improbable nombre de May Day. «James Bond encuentra al fin a alguien de su talla», lucía el póster español, con la silueta felina de la actriz junto a la de Roger Moore. Lejos de ser una mujer florero, era la amante del villano al que daba vida Christopher Walken.

La guerrera Zula de 'Conan el destructor' junto a Arnold Schwarzenegger también tuvo papelitos en 'Vamp', 'Derechos al infierno' y 'Boomerang. El príncipe de las mujeres', una comedia al servicio de Eddie Murphy, aunque su imagen tan reconocible la hacía poco dúctil para el cine. Nada resume mejor el impacto que provocó en la época que el anuncio del Citröen CX2, dirigido por Jean-Paul Goude, fotógrafo francés y padre de su único hijo, Paulo. La cabeza gigante y robótica de Jones en el desierto se gira y de su boca emerge el nuevo modelo.

Grace Jones ha hablado largo y tendido de su vida en sus memorias, publicadas en 2015 y tituladas 'Nunca escribiré mis memorias', y en un documental de 2017, 'Bloodlight y Bami'. Aquella compañera de piso de Jerry Hall y Jessica Lange en París que sacaba a bailar a Andy Warhol en Studio 54 nunca ha vivido de las rentas de la disco music. Jamás ha revelado su edad, aunque la Wikipedia apuesta por esos 76 años que cumplirá en mayo. Sabe rodearse de artistas de talento como la figurinista Eiko Ishioka, ganadora del Oscar por 'Drácula' de Coppola, que diseñó el show visual de su gira para promocionar el disco 'Hurricane' de 2008, que la trajo al Sónar barcelonés.

Consumir ácido con los Ángeles del Infierno, probar el LSD a los 15 años, vivir en comunas hippies o actuar para la reina de Inglaterra son anécdotas vitales de una mujer que ha vivido de noche y es célebre por llegar siempre tarde a sus citas. Solo se arrepiente de haber rechazado trabajar en 'Blade Runner'. Con casi 70 años salió al escenario en el Hyde Park londinense en topless y con el cuerpo pintado con motivos tribales. Subida en los hombros de un vigilante de seguridad, se mezcló entre el atónito público y nadie se atrevió a tocarla. Tiembla, BBK Live.