Eros Ramazzotti: «Hay un exceso de odio, de ruido inútil»

–Sin embargo, aparece empapado en la portada del disco.

–Es que de vez en cuando está bien dejarse mojar por la lluvia, un acto que representa metafóricamente una catarsis, una liberación, una apertura. Hay vida incluso bajo un aguacero, incluso sin refugio, con las propias fragilidades pero siempre orgullosos de ser quienes somos, aunque el cielo amenace tormenta.

–Con tanto reguetón... ¿Hay vida (inteligente) en el planeta de la música?

–Esta es una época codiciosa, donde todo se devora y la esencia de los proyectos falla. Y todo muy rápidamente. No es fácil perdurar en la música y me siento feliz de estar aquí después de tantos años. Creo que hoy me costaría emerger. Hoy si los jóvenes duran un par de años es casi un milagro. Anteriormente te cerraban tantas puertas en la cara antes de obtener la aprobación... Ahora todo es mucho más fácil, pero también más precario. Los artistas que escucho con placer son Cosmo, Ghali y Coez, entre otros.

–Sus canciones indican que está muy decepcionado con el mundo. Y que el único refugio que encuentra es el amor.

–Este disco habla del amor, pero no lo veo como un refugio sino como un elemento de fortaleza y esperanza, en un mundo en el que con demasiada frecuencia nos encontramos con que el mal triunfa sobre el bien.

–¿De dónde sale esa idea tan pesimista?

–Hay tanta hipocresía, tanto conflicto... A través de mis canciones siento el deber de contar también la sociedad en la que vivimos, su dinámica, sus méritos, pero también sus fallos. Represento el clásico prototipo de italiano, me siento responsable hacia mi público, a quien quiero hablar libremente y de manera transparente, incluso de lo que no va bien. Los problemas existen y la música es una excelente manera de transmitirlos de un modo más ligero y comprensible.

–¿Qué nos falta y qué nos sobra hoy en día?

–Hay un exceso de odio, de ruido inútil. Demasiadas facciones, demasiada insatisfacción. A veces hay una falta de sensibilidad, de sentido común, de una visión clara que nos ayude a tomar conciencia de lo que realmente sucede. La gente debería estar bien, y esta visión no puede ser solo mía...

–Lleva 30 años casado con la música. ¿Nunca le ha sido infiel?

–Al contrario, estoy más enamorado de ella que nunca. Llevo tocando desde los cinco años y he hecho un ascenso increíble. Me ha costado tantos sacrificios... ¡Sería una locura traicionar ahora a la música!

–«Nunca tendré todo como tú quieres», dice en una canción. ¿Está cansado de que las mujeres le quieran cambiar?

–La mía no es una crítica. Es una invitación a aceptar al otro tal como es, incluso si no refleja exactamente lo que quieres, incluso con sus manías.

–Con Alessia Cara ha grabado 'Vale por siempre'. ¿Da mucha importancia a las promesas?

–Si canto algo significa que realmente lo creo, le doy mucho peso a las palabras y también a las promesas.

–¿Y es de mucho prometer?

–No creo que tengamos que hacer muchas promesas, no es una cuestión de cantidad sino de la importancia de aquello que estamos prometiendo.

–¿Ya es sensato seguir creyendo en el amor eterno pasados los 50 y después de un divorcio?

–Es que si dejáramos de creer en el amor, todo habría terminado. ¿Cómo podría escribir sobre el amor si no creyera en él?

–¿Y también cree en la existencia de las almas gemelas?

–Por supuesto. Ya lo cantaba en 1996, en 'Twin Star'.

–¿Es un hombre enamoradizo o cada vez menos?

–Le diré que el amor me nutre continuamente, tanto en la vida personal como en mi música.

–Ha grabado a dúo con Luis Fonsi. ¿Se apuntará al reguetón o por ahí no pasa?

–Estoy fascinado con el mundo latinoamericano, los sonidos, los colores. Me siento muy apegado a estos países, he integrado sus usos y costumbres en todas las ocasiones que he estado en Sudamérica.

–¿'Al otro lado del infinito' es una canción dedicada a la pérdida reciente de algún ser querido?

–La canción cuenta la historia verdadera de un padre que para mitigar el dolor por la pérdida de su hijo cada noche le escribe una carta y le cuenta acerca de la vida que continúa en esta tierra. Le sigue hablando porque, en el fondo, tan solo está «al otro lado del infinito».

–O sea, que cree en el más allá.

–Respondo con un verso de la canción: «Nada ha pasado, nada ha terminado, solo te has deslizado al otro lado del infinito».

–¿'Buen amor' se la dedica a alguno de sus tres hijos?

–Es el deseo que se hace a quien se ama, especialmente a un niño, de que viva una vida llena de amor con la voluntad de protegerlo siempre y consciente de que lo correcto es dejarlo en libertad.

–¿Sigue teniendo el defecto de ser de la Juve, como diría su amiga Laura Pausini?

–¡Siempre! Soy un gran fan.

–¿Y ya hay sitio en la Juve para el ego de Cristiano Ronaldo?

–A mí me gusta Ronaldo. Él mueve la economía, hace circular el dinero y da trabajo a muchas personas. No creo que sea útil criticarlo.

–Dice que 'Hay vida'. ¿Su vida es igual de intensa y apasionada que hace veinte años?

–Claro que sí. Lo confirmo absolutamente.

–¿Qué es lo que más le indigna del mundo actual?

–Sin duda, la hipocresía.

–¿Y por qué se niega a hablar de política?

–Porque no estoy por la política, por un partido o color; estoy del lado de la gente y me interesa comunicarme a través de la música.