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Está en la primera fila de la lírica actual y, por su edad (39 años), tiene recorrido para rato. Dado su gusto por abordar personajes ... nuevos, le quedan muchas óperas pendientes. Óperas, que no escenarios, porque ha actuado en los mejores teatros del mundo, incluida la Metropolitan Opera House de Nueva York, donde debutó en 2013. Este sábado lo hará en Bilbao, dentro del programa ABAO On Stage (Palacio Euskalduna, 19 horas), con obras de Massenet, Chaikovski, Dvorák, Puccini y Bizet, acompañada por el pianista Antoine Palloc.
- Fue madre por segunda vez a finales de 2019 y enseguida llegó la pandemia. ¿Cómo le ha afectado?
- En general ha sido una experiencia muy negativa, como para todos. Se cayeron muchos proyectos, algunos debuts que tenía previstos no pudieron ser y deberán esperar dos o tres años. Pero tuve la oportunidad de estar en casa con mi marido (el director de orquesta venezolano Domingo Hindoyan), que es algo que como él también viaja mucho pocas veces sucede. Y ahora los teatros están programando con más flexibilidad.
- Pero eso no parece malo.
- No. Esta crisis nos ha mostrado la conveniencia de no ser tan rígidos en nuestros planes. Si tienes una carrera importante, la rigidez termina por ser muy grande.
- En su primera maternidad dijo que había notado cambios en la voz. ¿Le ha vuelto a suceder?
- Durante el embarazo cambia todo, pero el problema principal es la respiración. Cuando llega el bebé todo vuelve a la normalidad. Ahora noto mi voz más lírica, más madura, y eso me da la posibilidad de abordar nuevos papeles.
regreso
- Eso llama la atención: no hay muchas sopranos que hayan ido de Monteverdi a Puccini y quieran seguir a Wagner y Strauss. ¿No teme por su voz?
- No. Soy una artista curiosa y me siento muy natural en esos papeles. Y abordar roles tan diferentes es una manera de mantener la voz flexible.
- ¿Por eso incorpora tantos papeles nuevos a su repertorio cada temporada?
- Sí. Imagino que el público no desea verme y escucharme siempre en los mismos personajes. Debemos mantener encendido el fuego de la lírica. Y además a mí me encanta ser distintas mujeres sobre el escenario.
- Siendo adolescente presentó un programa musical en TV. ¿Le sirvió eso para ganar naturalidad sobre un escenario?
- La TV es otro mundo. Hablas, y cantas, con un micrófono muy sensible y lo mismo sucede con la cámara. Para hacerlo bien hay que ser muy profesional y tener mucho oído. Me encantó y me encanta la experiencia. Gracias a la TV podemos llegar a millones de espectadores.
- Ganó el primer premio de Operalia. ¿Concursos así siguen siendo la mejor puerta de acceso a una carrera internacional?
- Sí... pero hay muchas más cosas. Recuerdo cuando recibí el premio. Era un sueño, una sorpresa enorme. Pero luego hablaba con los teatros y enseguida vi que incluso con un premio así tenía que defender a muerte mi talento. Cuando cantaba en Londres o en París tenía que hacerlo durante una función completa. No es como en la final de Operalia, que cantas cinco minutos. Los premios son importantes para abrir la puerta de los teatros, pero a partir de ahí tienes mucho trabajo por delante.
tras la maternidad
- Su programa en el recital de ABAO dará una prueba de su capacidad para abordar estilos diferentes. ¿Cómo lo ha elegido?
- Es un programa especial para Bilbao. Es mi primera actuación en la ciudad y quiero presentarme con cosas que he hecho en el pasado, con piezas de color muy diferente para lograr que el público me adopte (se ríe).
- No abordará repertorio barroco, pese a que así empezó y a que ha trabajado con artistas tan importantes como William Christie y Emmanuelle Haïm.
- Es un recital con piano y el barroco no suena bien así. Tengo otro programa de gira con orquesta, con obras que van de Monteverdi a Caccini. Sería una buena opción para mi segundo recital en Bilbao.
- ¿Ya lo está planeando?
- Cuando establezco un contacto con un teatro o una entidad lírica siempre pienso en la siguiente ocasión, siempre se abre una vía para seguir trabajando en el futuro.
- Cantará compositores muy queridos del público bilbaíno (Puccini, Massenet, Bizet) junto a otros poco escuchados en la temporada lírica, como Chaikovski y Dvorák.
- Quería poner un toque eslavo, por mis propios orígenes. El programa es muy lindo, se lo aseguro.
- Y termina con una pieza infalible, la 'Habanera' de Carmen. ¿Después de eso se puede cantar algo más?
- Esa pieza tiene tal 'charme'... Vocalmente se puede seguir, claro, otra cosa es la emoción que crea. Tiene un espacio increíble. Por eso la suelo usar para terminar mis recitales.
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