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Mitxel Ezquiaga
Lunes, 19 de junio 2023, 08:11
Llega a Donostia el enigma Bob Dylan y lo hace más misterioso que nunca. En lo artístico, los conciertos que ha dado en los primeros pasos de su gira española han logrado críticas espectaculares, especialmente en su cita en la Alhambra, y también quejas por ... la frialdad del artista y del repertorio; en lo personal, ha estado tan esquivo como siempre. Pero ha habido sorpresas: el jueves, en Alicante, hizo por primera vez en su vida una versión de 'Into The Mystic', de Van Morrison, lo que conmocionó a los dylanólogos de todo el planeta, y en Granada acabó abrazando a su chófer secreto.
Lleva diez días recorriendo el país y nadie sabe dónde duerme ni dónde come, nadie lo ve hasta que le trasladan casi oculto en el propio escenario. Estará en San Sebastián al menos hoy y mañana, pero todo apunta a que será invisible salvo los ratos que pase en el escenario del Kursaal, a partir de las 20 horas. Aún quedan entradas, sobre todo en la zona más cara del auditorio, a 200 euros la localidad. Iñigo Argomaniz, de Get In, estima que el aforo final rondará el 90%. «Aún se siguen vendiendo entradas, sobre todo después de los elogios en los conciertos que ha ido dando en la gira, y pensamos que quizás haya un sprint final, incluso con turistas que vienen a la ciudad y descubren que hay opción de ver a una leyenda», dice.
Los móviles están prohibidos, e «inutilizados» gracias al nuevo sistema que se emplea por primera vez en Donostia. En toda la gira solo consta una foto de sus conciertos, realizada por un aficionado en la actuación de Granada, la noche que Dylan fue más «humano» porque actuó sin sombrero, usó su armónica y hasta dijo algún «thank you» recibido con aplausos por sus fieles.
Pero para explicar el misterio que rodea al músico nada mejor que una muestra: el relato del conductor que llevó a Dylan hasta el escenario granadino esta misma semana. Emilio López Arquillo lo contaba en el periódico 'Ideal' como si fuera una película de espías. «Recibí la orden de recoger en un punto indeterminado de la A-92 a 'El pasajero', como le llamaban desde el principio, por temas de seguridad. Me dijeron que no hablara con él».
Emilio, además de 'road manager' de artistas, es acróbata de la compañía Vaivén Circo, en Granada, y hace poco llegó de una gira por Canadá y Nueva York. «El viaje transcurrió en plena calma, en un ambiente de profunda concentración. De hecho, no hubo absolutamente nada entre el coche y el escenario. Conduje por los caminitos del Generalife, dentro de la Alhambra, accedí hasta el mismo escenario, aparqué y Dylan salió del coche directo a cantar».
Tras el concierto volvieron al punto de recogida inicial, en plena autopista. El conductor se quedó sentado dentro del vehículo, tal y como indicaba el protocolo, «pero entonces Dylan golpeó en el cristal y me indicó que bajara. Me dio un abrazo y chocamos el puño. Luego se fue y me dijo «take care!» (¡cuídate!). Resulta que la leyenda es humana.
Cita en Donostia. Hoy y mañana, a las 20 horas, en el auditorio Kursaal. Aún quedan entradas a precios entre 155 y 205 euros.
La gira. Empezó en Madrid (7 y 8 de junio), Sevilla (10 y 11), Granada (13), Alicante (15), Huesca (día 17). San Sebastián (19 y 20), Logroño (será el miércoles 21 de junio) y Gran Teatre del Liceu de Barcelona (23 y 24 de junio).
¿Ocurrirá lo mismo en Donostia? Nadie lo sabe. El sábado, el músico vio en Huesca cómo su último concierto antes de San Sebastián se suspendía por la lluvia. Aunque su montaje es sencillo viene acompañado de cuatro tráilers que descargarán el material en el Kursaal. Tiene su propio cocinero, que habilitará una cocina en los camerinos del auditorio para alimentar al artista y sus músicos antes o después de cada uno de los dos conciertos. Y el miércoles debe estar ya en Logroño, donde actúa esa noche.
En otros lugares de la gira ha bajado directo de su autobús al escenario y ha vuelto igual, como ya hizo en San Sebastián en su recordado concierto de La Zurriola en 2006. Salvo sorpresa, que nadie espere una comida en un restaurante donostiarra con foto o un paseo por la playa, al estilo Springsteen. Y si lo hace, será de incógnito. Al parecer viaja con su compañera.
Del repertorio ya se ha ido viendo que se centra en buena parte en su último disco y canta pocos de sus temas conocidos con la banda que le acompaña desde hace años. Si echa mano de las viejas canciones, lo hará de manera bastante irreconocible.
¿Cómo funciona el sistema 'sin móviles' en los conciertos de Dylan? Veamos lo que ocurrió en Granada, por ejemplo: se pedía al público que llegara con cierta antelación, lo que provocó que hora y media antes del concierto ya había cola. En la primera puerta de control, al escanear el tíquet, los porteros invitaban al público a activar el modo avión o apagar ya el móvil porque, cinco pasos después, había que entregar el aparato y guardarlo en una bolsa de tela gris, acolchada en su interior, con un cierre magnético muy parecido a los imanes que llevan las prendas de ropa en los comercios. El anuncio por megafonía advierte de que el uso del móvil «conllevará la expulsión inmediata del recinto».
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