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Los primos Jano y Luis a las dos guitarras. Óscar Cubillo
Drugos quieren meter a Bilbao en su pódium

Drugos quieren meter a Bilbao en su pódium

El grupo astur-madrileño liderado por Jano Díaz esparció rock argentinizado con letras generacionales y ardientes en un Azkena animado por 120 jóvenes entusiastas: «cógeme fuerte la mano, no me sueltes, que me caigo, contigo siempre es verano, quiero quedarme a tu lado…»

Domingo, 12 de enero 2025, 17:48

Este sábado noche, 120 joveznos que se sabían las canciones y las coreaban enfáticos se congregaron en el Azkena para ver a los asturiano-madrileños Drugos en su tercera visita a Bilbao: en la primera, hace tres años, actuaron en la ya cerrada sala Shake!, y en la segunda, hace justo un año, en el Cotton Club dieron uno de los mejores conciertos de 2024 ante media centena de jóvenes. El líder. Jano Díaz, se congratuló en su primer parlamento de que nunca habían atraído tanta gente en Bilbao, y por el final del buen bolo contó que donde más público iba a verles era en Asturias y en Madrid, porque ahí tienen sus dos casas, y que les siguen Valencia y Bilbao. Y deseó que en la próxima visita, con canciones nuevas, Bilbao quitara el tercer puesto a Valencia. Y saliendo del Azkena, ordenó el amigo Iñaki Gallardo, promotor discográfico de Santutxu: «Está bien la serie: Shake!, Cotton Club, Azkena… ¿Y la próxima vez el Kafe Antzokia?». Ojalá, aunque es difícil.

En enero de 2024, Drugos celebraron en el Cotton Club un bolo de lo mejor del año, de 14 canciones en 60 minutos. Y este enero de 2025 regresaron con la misma gira de su segundo disco, 'Todo arde' (2023), y dieron un a la postre muy buen bolo de 17 canciones en 72 minutos que tuvo un inicio inseguro y desconcertante: desde el arranque notamos que el batería no dominaba el repertorio, y cuando presentó a la banda, Jano informó de que eran nuevos, presuntamente suplentes, el bajista Andrés y el baterista Dani Campillo. Y a los dos guitarras estuvieron los fijos: él, el líder Jano (Telecaster), y su primo Luis García (Stratocaster), que se enzarzaban en arreones muy Tequila.

Jano Díaz, el líder y letrista. Óscar Cubillo

Eso, que estos Drugos, cuyo nombre inspirado en los malos de 'La naranja mecánica' no es el mejor del mundo para romper techos de cristal, se contonean a base de rock argentinizado y buenas letras que parecen vivencias descarnadas y sinceras de Jano. Los tipos son aptos para el universo indie (encadenaron un tema delicado tipo Los Brincos titulado 'Croquetas', una versión de la 'Chica yeyé' que resultó lo único normalito de su función, y un pop a lo Supersubmarina llamado 'El mercado'), y lo mejor de sus 17 canciones fueron cuatro impregnadas de soul, sudorosas de soul incluso: otras tres consecutivas, cayendo del cielo 'Manuela 31' (sacrifícame…), la indie soul algo Arctic Monkeys rebosante de épica juvenil 'Parece invierno' y un 'Salto mortal' con punteo country, y para acabar en falso antes del bis 'El rastro de saliva', muy Leiva.

Esto fue el componente soul, pero ya hemos dicho que Drugos tienen un gracejo muy argentinizado, a veces con acento (¡y en vez de móvil dicen celular!). A Tequila remitieron en el blues 'Joder' y en el tumbao también blusero de 'Tu voz' y de 'Nadie sabe lo que pasa' (informó que era de su primer EP, que está en Spotify y es de 2018); coros en plan Los Rodríguez infiltraron en la inaugural 'Artemisa' y en la primera del bis, 'Siento que estoy levitando', y afusivamente calamariana fue la despedida con 'Estoy sangrando'.

Aparte, la influencia de los Rolling Stones, adorados en el Cono Sur, la asumieron como si fueran los Kaiser Chiefs astures en 'Rápido y lento', un aspirante a hit fue el rock 'Sal a matar' (tipo The Guapos, el grupo mexicano de Leiva), y un rock and roll comparable a Los Zigarros fue el acelerado 'Piedad'. Y hasta aquí hemos citado todas las canciones, excepto la 16.ª, un rock épico como 'Puntos cardinales'.

Ah, Jano solicitó dos cosas por el micrófono: al técnico que le subieran las voces por monitores y a su manager que les dieran más agua, mucha agua, «como para dormir un oso», lo que extrañó a la audiencia. Y más tarde, cuando el líder avisó de que se estaba acabando el breve concierto, varias chicas gritaron: «Dadles agua».

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