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Domingo, 2 de enero 2022, 01:17
Los años empiezan, realmente, cuando suena la Marcha Radetzky en el icónico Concierto de Año Nuevo en Viena. Y así ha sido una vez más este 2022, de nuevo con público tras el vacío del año pasado en la Sala Dorada del Musikverein, la sede ... de la Sociedad de Amigos de la Música de Viena. Y, recordemos, con la Orquesta Filarmónica de Viena bajo la batuta, por tercera vez, del maestro argentino-español-israelí Daniel Barenboim, dando una lección de maestría y conocimiento musical además de un breve 'speech' esperanzado en donde ha elogiado el poder sanador de la música como vector de superación de la tragedia que ha supuesto la pandemia.
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Desde 1941, ni la Segunda Guerra Mundial ni la pandemia de Covid han hecho que se suspenda el Concierto de Año Nuevo que ofrece la Filarmónica de Viena el día 1 de enero por la mañana. El año pasado se hizo a puerta cerrada y esta vez el público ha vuelto aunque con aforo reducido. Nuevos hitos en la vuelta a la vieja normalidad.
En la elaboración del programa, Barenboim ha perseguido el equilibrio perfecto entre lo viejo y lo nuevo, con quince piezas, de las que seis no han sido nunca interpretadas en este tradicional concierto. Además de las obras de Johann, Josef y Eduard Strauss, han aparecido los compositores Carl Michael Ziehrer y Joseph Hellmesberger, una apuesta personal de este director, que cumplirá 80 años en 2022 y que lleva más de cinco décadas trabajando estrechamente con la Filarmónica de Viena.
Por supuesto, no ha faltado el esperado cierre con el 'Danubio Azul' y la 'Marcha Radetzky', que no por consabidas dejan de ser las obras más deseadas por el público, este año compuesto por mil espectadores vacunados y con mascarilla FFP2, que además han mostrado una PCR negativa realizada como máximo 48 horas antes del concierto siendo, a su vez, representantes privilegiados de los millones y millones que han seguido la retransmisión televisiva en directo para noventa países.
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Barenboim ha dirigido este concierto tres veces, después de los de 2009 y 2014, y en esta ocasión ha distribuido el programas en áreas temáticas: además de la mitología, los cuentos de hadas y Oriente, figura el rapto nocturno. En su dirección ha dado prioridad a la naturalidad y a la creatividad espontánea de la Filarmónica de Viena, «como si estuvieran componiendo las obras en el mismo momento en que las tocan».
«El concierto de hoy debería servir como ejemplo de unidad frente a una catástrofe humanitaria que sólo podemos combatir a través del entendimiento», expresó el maestro. Tras la felicitación de los músicos («¡Prosit Neujahr!»), Barenboim se zambulló en 'El Danubio azul' y dirigió el palmeo acompasado del público durante una triunfal 'Marcha Radetzky'.
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