![«Soy el cuerdo del manicomio»](https://s3.ppllstatics.com/elcorreo/www/multimedia/202205/28/media/cortadas/calamaro1-k0jC-U170237751477o7H-1248x770@El%20Correo.jpg)
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Con Los Rodríguez despuntó y con sus discos en solitario 'Alta suciedad' (1997) y 'Honestidad brutal' (1999) holló cima, aunque su debut en los escenarios está fechado a principios de los ochenta. Andrés Calamaro está embarcado en una gira en la que repasa su repertorio ... y que llegará al Palacio Euskalduna mañana, domingo. Ha compuesto cientos de canciones, así que no hay problema. Y además, sabe sacarles todos sus matices. Prueba de ello es su último disco, 'Dios los cría', en el que reinterpreta sus temas con Julio Iglesias, Raphael, Manolo García y Vicente Amigo, Alejandro Sanz, Milton Nascimento, Leiva, Sebastián Yatra e Iván Ferreiro, entre otros.
- Llama la atención que en este disco deje a un lado el rock y se quede con la parte más latina, el tango, el bolero, el flamenco, la bossa nova...
- Un artista de rock puede tocar otros palos, la variedad responde a la música que escuchamos y estudiamos, a una versatilidad puesta en práctica. 'Dios los cría' lo grabamos promediando la gira 'Licencia para cantar' y con este mismo formato de contrabajo, piano y percusiones. El asunto acústico superó cualquier cálculo previo y terminamos cantando con leyendas y figuras.
- El concierto de mañana repasa su amplia trayectoria. ¿Desde qué perspectiva?
- Somos Julian K en guitarra, Germán W a los teclados, Mariano M en el bajo y Martin B en la batería. Cantamos armonías polifónicas y no llevamos pistas de apoyo. Eso hace cada concierto distinto y torero. Lo esencial es tocar muy bien, cantar e interpretar un repertorio dinámico.
- Esta gira la hace fundamentalmente en teatros. ¿Le gusta ver al público sentado y atento?
- No tanto, un teatro con público sentado es como es, y otro tipo de salas con el público de pie nos gustan mucho también. La diferencia la hacen las luces de los teléfonos, odiamos eso, nos distrae y nos priva de una cierta alegría. Otra cosa es poder ver las caras del público. Llevar el teléfono a un concierto degrada el episodio y supone una falta de respeto conmigo y con mis compañeros.
- ¿Le seducen los festivales?
- Los festivales son como son… Es un público variopinto que viene atraído por uno o mas artistas del cartel. Las pruebas de sonido son más incómodas. Nos gusta compartir con otras bandas y cantantes, claro. Pero resulta menos improbable evitar los teléfonos.
- Repasar un repertorio es repasarse a uno mismo. ¿Qué sale de ese balance como autor, músico y persona?
- Algunas canciones se siguen explicando según pasan los años, tocar tampoco consiste en repasarse como artista y persona. Nos enfocamos en interpretar, en disfrutar en el escenario y ofrecer lo mejor que tenemos. Tampoco soy un cancionista profesional, quizás una subespecie musical. Como persona, soy el cuerdo del manicomio.
- Si las canciones salen en un momento determinado, en situaciones determinadas, ¿qué sensación tiene su autor al cantarlas años o décadas después?
- No sé si he cambiado realmente pero… las canciones se ofrecen con diferentes interpretaciones por el peso de las palabras, como si fueran las canciones las que progresaran. Busco las buenas sensaciones en el escenario, estoy cambiando como cantante porque mi tarea es mejorarme.
- ¿Cómo se gestionan los picos de éxito? En tres años, con 'Alta suciedad' y 'Honestidad brutal', logra todo a lo que puede aspirar un músico. ¿Qué viene luego?
- El éxito no se vive como tal cosa; éxito es poder arreglarse el 'comedor' y mantener un estilo de vida, que nuestros hijos estudien en buenos colegios y sobrevivir a las dificultades normales de las personas. En los noventa, no giramos casi fuera de España o Argentina. Fue más adelante cuando nos expandimos a otros países… Tenemos mas terreno ahora porque ampliamos el territorio, el campo de batalla; conservamos un estatus y tocamos en mejores sitios. El éxito después del éxito es el más importante.
público
- ¿Cómo ve ahora el quíntuple disco 'El salmón', un acontecimiento discográfico imposible de repetir en este momento?
- Compartir contenidos amplios es más sencillo ahora porque las canciones no ocupan espacio. A las plataformas se suben miles de canciones por día. 'El salmón' no llamaría la atención hoy en día. Distinto fue grabarlo y publicarlo a principios de siglo: una tarea apocalíptica.
-¿Qué opina de la confesión de James Hetfield, de Metallica, sobre el escenario hace unos días?
- Lo entiendo, claro. Este oficio no es sencillo, quebrarse en el escenario tiene secuelas físicas, luego es vivir lo que duele, es arte si duele. James toca complejos arreglos de guitarra y canta dos horas de concierto. Las giras nos resultan indispensables, solo servimos para eso. «Puede perseguirte la adversidad, aquejarte el mal físico, empobrecerte el medio, desconocerte el mundo, pueden burlarse y negarte los otros»: estamos advertidos por las sagradas escrituras de Yupanqui.
- ¿Qué es a su juicio lo más relevante del rock o de la música argentina después de Moris, Soda Stereo, Charly García, Fito Páez y Calamaro?
- El boom de la música popular en todo el país, las nuevas lecturas del folklore en auge, la versión subtropical de la cumbia, el cuarteto en la provincia de Córdoba y las batallas de rap y hip hop …
- ¿Echa de menos a Maradona?
- Sí, claro.
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