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Según indicaciones de Aitana, segunda en Operación Triunfo 2017, a su concierto del miércoles en Barakaldo había que acudir con ropa negra. A sus próximos conciertos en Madrid pide que se vaya de morado. El caso es que la mayoría del público cumplió el código de vestimenta, y se notaba especialmente en las niñas y niños de siete años o así, ellos mirando a lo que pasaba con cara de flipados y ellas sabiéndose todas las letras (ojalá no las entiendan) e incluso las coreografías que llegaban a imitar en grupos como si fueran ballets.
La barcelonesa de 24 años Aitana Ocaña Morales actuó con diez bailarines y cuatro músicos, y lo hizo delante de un escenario ancho rematado por siete pantallas enormes que cubrían como el horizonte el fondo del escenario. Vestida con pantalón corto y calzada con unas botas de tiro tan alto que le llegaban hasta los muslos y con tanto tacón que rondarían los 15 centímetros de altura extra, Aitana no danzó tanto como hacía antes, en giras anteriores, sino que se movió a menudo oculta entre el mar de brazos y piernas de su cuerpo de baile. Alguna vez sí danzó con denuedo más allá de lo sugerente (en 'Miamor', la de bailando encima de ti, y alguna más), pero más bien se dedicó a cantar y a hablar a la concurrencia, aunque menos que en sus tours previos.
El momentazo de la noche 🥹 #alphatourbilbao pic.twitter.com/9YNZzzmy8N
— Zaira 🪐 (@zaiiraax) November 1, 2023
En esencia Aitana dijo lo siguiente: «Kaixo, Bilbao. Zer moduz? Oso ondo? Qué feliz de estar aquí esta noche. Que sepáis que el País Vasco es de mis lugares favoritos de todo el mundo, de verdad. Espero que bailéis, disfrutéis… Soy una persona romántica…»; «qué bien, Bilbao, ¡lo estáis dando todo! Todos los conciertos son especiales, pero en el Top 3 de los de mi vida uno ha sido en Bilbao», y entonces le tendieron una ikurriña que procedió a depositar al lado de la batería, junto a sus botellas de agua, y siguió: «en seis años he sacado dos álbumes más aparte de 'Alpha' (el nuevo, muy urban, reguetonero y postmoderno, el correspondiente a la gira actual arrancada en Valencia el domingo 1 de octubre, al que el público debía ir vestido de rosa). Sé lo importante que es para vosotros '11 razones' (su segundo álbum), y para mí también», y tocó una de las mejores canciones, 'No te has ido y ya te extraño', por orgánica, de un repertorio donde primó lo urban, lo dance y lo reguetonero.
Habló más veces y luego pidió mostrando lo que parecía un pequeño peluche: «os voy a decir una cosa, primero muchas gracias por todos esos regalos que me hacéis, y por esas pancartas que os curráis mucho, pero también os pido que sólo al final tiréis regalos, porque los bailarines pueden tropezarse». Y prosiguió comentando en distintos momentos: «me he dado cuenta de que también me gusta mucho llorar»; «siempre es muy importante dar las gracias, pido un fuerte aplauso para todos vosotros»; «soy una persona muy afortunada, soy consciente de ello, pero también me lo he trabajado, y mis padres no me han regalado nada y me han hecho saber el valor de las cosas»; y justo antes de la última canción, 'Formentera', dijo «gracias por confiar en mí y por pasarlo así de bien, os quiero», y al acabarla insistió, «gracias de corazón, os quiero», e hizo mutis, sin bis, aunque ya había advertido que esa sería la última de la velada.
No se oyó mal en general en el BEC un espectáculo en el que sobre lo audio se impuso lo visual, colorista y colosal. En una balada a Aitana no se le entendió casi nada: ella susurraba la letra y las miles de chavalas la coreaban a pleno pulmón, auto-determinándose, empoderándose. Se sabían las letras y las chillaban como unas pequeñas gamberras. «¡Aitana, eres la mejor!», gritó una chavalita exultante de la fila de atrás. Las niñas, y las madres, se lo pasaron genial durante las 23 canciones que interpretó en 96 minutos, canciones muy vocativas donde las dos expresiones que más utilizaba eran «estoy pensando en ti» y «quiero besarte».
Aitana, que canta, baila, pastorea a las masas, compone su repertorio y además es su propia jefa, o sea que es la empresaria que organiza sus giras, se agigantó en pantalla, se lo curró sobre el tablado (aunque no bailó tanto como se podría esperar), habló menos que en sus primeras giras (entre los nervios y el querer demostrar que ella es una chica normal como sus miles de fans…), y no dejó de provocar pasiones, de generar erupciones vocales entre las 15.000 personas (en el BEC solo se veían libres algunos tramos de butacas de las dos últimas filas, las pegadas al techo), aunque las mejores canciones fueron el soul rock orgánico 'No te has ido y ya te extraño' (la rescatada de '11 razones'), la intensidad mega-pop de '+(MÄS)' (la de «y yo te quiero, te quiero, te quiero»), el power-pop a lo El Canto del Loco o Los Romeos que puso como loco a todo el BEC 'Tu foto del DNI', la balada 'Vas a quedarte' («Dirá la gente que yo estoy loca / Si yo estoy loca es porque andas en mi cabeza», y cientos de móviles grabando, y las niñas bailando), y, venga, vale, la interconexión total con la concurrencia en el pop 'Mon amour' («Y es que me encantas tanto / Si me miras mientras canto / Sé me pone cara tonta»).
que brutalidad 🔥 #alphatourbilbao pic.twitter.com/cfYy45gnbf
— α Martix α (@valentino__oc) November 1, 2023
Lo demás también moló empero su superficialidad pop y su prisma adolescente, excepto la citada balada susurrante en la que no se le entendió lo que decía ('The Killers', letra donde evoca la ruptura con su exnovio el actor Miguel Bernardeau, con quien ha pasado cuatro años). En el resto del setlist hubo reguetón aplastante ('Berlín'), urban saltarín ('AQYNE', la de «Mírame, ya volé / No more drama, bebé / Quiero a ese también / Y mañana otros tres»), venganzas a lo Shakira ('24 rosas'), varios temas tipo The Weeknd ('Ella bailaba sola', luego la última, 'Formentera', y alguno más), más reguetón ('Quieres', con las niñas coreando «Dime si me quieres / Si quieres algo conmigo / Conmigo, si quieres, puedes / Puedes ser más atrevido y yo lo sé»), 'Mariposas' con sus na-na-nás de rave y la peña saltando en las gradas, la balada 'Con la miel en los labios' en la que lloró un poco en pantalla, dance noventero chunda-chunda ('Pensando en ti'), y su hit actual, 'Las babys', la penúltima del repertorio, la que lleva una parte del hit noventero 'Saturday Night' de Whigfield, la que enloqueció al pabellón entero: el BEC se puso a copiar la coreografía por los cuatro costados y en grupos espontáneos de ballets, como en una boda, y varios fans fueron invitados a bailarlo en el escenario, donde Aitana lucía cuernos de diablesa.
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