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El último álbum oficial de Coque Malla se titula '¿Revolución?' (2019) y con él estaba dando la gira de su vida, según decía él mismo: «Lo era en todos los sentidos: número de conciertos, tamaño de recintos, logística, todo». Esa gira la interrumpió la pandemia, ... aunque tuvimos la oportunidad de ver a Coque en el Arriaga en diciembre de 2019, en el segundo concierto de los previstos. Y ahora el ex Los Ronaldos está luchando contra los elementos, desafiando al destino mediante otra gira llamada 'El crac tour' y en la que parece seguir con la inspiración y la buena onda que le mueve desde hace al menos dos discos, desde 'El último hombre en la Tierra' (2016), o sea desde hace un lustro.
Se demostró que Coque prosigue su buena racha el sábado noche en Laredo, en el Estadio San Lorenzo, donde no se materializó la amenazadora lluvia durante su concierto de 95 minutos para 17 canciones, siendo la inaugural la última que ha lanzado, 'El crac universal', larga e inspirada en la pandemia. En quinteto (dos guitarras, teclado, bajo y batería), con buen sonido y luces a todas ídem insuficientes (hasta las imágenes por las dos pantallas laterales salían oscurecidas), el ex Los Ronaldos se dirigió ocasionalmente al respetable («volveremos sin sillas, sin mascarillas, más seguros, más libres», deseó al final, y por el principio agradeció «la heroicidad» de quienes organizan bolos), y ofició cómplice tanto con el público como con sus músicos (en especial con el guitarrista Amable Rodríguez).
No hubo canciones flojas y la cita cursó bastante homogénea cualitativamente (pero variada en los estilos), aunque podemos señalar tres grandes hitos: el tercer tema, el funk de poso stoniano 'Escúchame' (la primera vez que presentó a sus escuderos), el sexto, 'El último hombre en la Tierra', una suerte de vals flotante y de aroma europeo con epílogo algo circense a lo Bunbury sin acidez; y el 14º, el rock and roll chulazo 'Guárdalo' de Los Ronaldos, uno de los tres títulos recuperados de su primer grupo (los otros dos fueron un 'Adiós papá' ejecutado en plan los Siniestro Total del rhythm and blues y un 'Por las noches' con mucho soul).
Coque estuvo inspirado, contento por subirse a un escenario, bailón y muy teatral. Unas tres veces se subió a un bafle a lucirse y en una ocasión remató una canción lanzando al aire una nube de confeti refulgente («eso es muy Tom Waits», dijo Óscar Esteban). Además osó afirmar que él es más de Asturias que de Cantabria, y entre las demás canciones del repertorio nos gustaron mucho el híbrido entre Springsteen y Buddy Holly 'Tú y yo', el aire inglés de 'Extraterrestre' (con Coque sobrado sobre las tablas), 'La carta' con su recitado y su violencia intrínseca vía Birthday Party, el rock-blues a lo Jim Jones 'Todo el mundo arde', el pop adulto coreado 'Me dejó marchar', la ranchera 'Hace tiempo' con su epílogo a capela al borde del tablado, el adiós en falso y en modo discoteque tipo Tony Manero 'Un lazo rojo, un agujero', más la apertura del bis doble con el soul a borbotones de 'Hasta el final' (el de «y ahora enciendo un cigarrillo y aspiro hasta el final»).
Y acabó saludando toda la banda y sonando de fondo Nina Simone, aunque lo que moló mazo fue la música que eligieron para dar salida a los músicos, el inicio del muy buen concierto de Coque con el 'I want to be free' de Elvis Presley en 1957.
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