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Setenta años vivió Josefina Romo Arregui, una poeta, docente, investigadora y crítica literaria que se doctoró con Premio Extraordinario en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Central de Madrid y que fue profesora de, entre otros, Carlos Bousoño, Alfonso Sastre, Alfonso Paso ... y Lázaro Carreter. Estos nombres de hombre suenan mucho, son conocidos, pero seguro que el de ella lo es menos. La pianista, cantante y compositora Sheila Blanco, de hecho, no tuvo noticia de Josefina Romo Arregui hasta que no empezó a leer sobre las Sinsombrero y las poetas de la generación del 27 gracias al trabajo de investigación realizado por Tània Balló hace ya casi diez años. En ese libro y en ese documental, Blanco descubrió que «existían las mujeres poetas del 27 y no eran pocas». Ahora comienza sus conciertos del disco 'La magia de las poetas de la generación del 27' con un poema de Romo Arregui. 'Pétalos. Quiero besarte la risa' le parece a esta música la manera perfecta de empezar a tocar, de recibir al público, porque «es un poema muy sencillo y muy tierno».
El lunes esos versos musicalizados sonarán a partir de las seis de la tarde en la Sociedad Filarmónica de Bilbao, un evento de entrada gratuita que forma parte de las actividades de la estrategia de igualdad 'Emakumeak' impulsada por el Departamento Foral que dirige Teresa Laespada. Para asistir solo hay que inscribirse a través de la web emakumeak.eus. Así se tendrá acceso a un concierto en el que podrá escucharse la poesía de ocho autoras en total (Carmen Conde, Ernestina de Champourcin, Concha Méndez, Elisabeth Mulder, Pilar de Valderrama, Margarita Ferreras, Josefina Romo Arregui y Dolores Catarinéu), las ocho que Blanco seleccionó para su disco. Fue una por una: una vez que supo que existían, encontró a otras, leyó sus libros y decidió que pondría música al poema de cada una que «me enamorara en una primera lectura». Se tocan todos los temas porque ellas, como sus compañeros del 27, escribieron sobre todo. «Exilio y exilio interior, amor, fantasía, sus vivencias. Muchas de ellas se conocieron entre sí y tuvieron las mismas influencias, vivieron en los mismos sitios, asistieron a las mismas fiestas. Como ellos».
Sheila Blanco era «una enamorada» de Lorca y de Cernuda, dos de los poetas del 27, y desde hace ocho años lo es también de «estas mujeres interesantísimas» que no aparecían en sus libros de texto. Ni, por lo tanto, en obras musicales como hay tantas en torno a grandes figuras de la literatura española. «Las empecé a musicar de forma natural, mientras leía. Y quiero trasladar esa emoción que yo siento. El disco es de 2020 pero siempre digo que acudiré adonde me llamen para divulgar la obra de estas poetas. Es un trabajo atemporal». Sigue investigando, ampliando el radio de acción de sus lecturas y espera tener volumen «de divulgación y femenino» en poco tiempo.
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