Hacen cola desde hace quince días para el concierto de Louis Tomlinson en Bilbao

No hay el menor signo de cansancio en sus rostros y, si lo hay, lo disimulan la mar de bien. En camisetas de tirantes, en sudaderas, pese a que el calor aprieta de lo lindo, con capuchas... Una treintena de jóvenes, casi todas chicas, aguardan la llegada de este artista que levanta pasiones. Hablar de que le idolatran sería quedarnos cortos. La fascinación que despierta el británico, uno de los antiguos miembros de la famosa 'boy band', salta a la vista. Están de acampada porque no se conforman con verle. Quieren tocarle. «Es único», «Tiene conciencia de clase», «Tiene los ojos más maravillosos del mundo», «Es un padre para nosotras»… Y así hasta el infinito. Mucha de esta gente le sigue allá donde actúa.

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Pedro Lavado y su mujer, Itsaso, se turnan para que su hija, Goiuri, una estudiante de 18 años de Gestión y Salud Animal, disponga del mejor emplazamiento. Pedro ha hecho turno desde las cinco de la mañana. «Pero ya me tengo que ir», dice. «La mujer se ha pasado toda la noche. Yo tengo que volver a trabajar, no puedo estar todo el tiempo que quisiera. Menos mal que está todo muy bien organizado», destaca.

Malena Domingo, estudiante de Economía, y Lizeth, una joven bilbaína de origen boliviano, comparten espacio junto a un nutrido grupo. «Lo es todo», subraya la primera. «Le puedes sentir en sus conciertos», resalta la segunda. Ruma, una adolescente gijonesa que quiere labrarse un futuro como pastelera, asegura que Louis «tiene los ojos más preciosos del mundo. Solo pensar que voy a verle tan cerca me ayuda a no acordarme del dolor. Estar junto a gente tan agradable, además, descubres que se duerme sorprendentemente bien».

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Son algunos de los Milagros que obra esta estrella. «Es uno de los artistas que más me ha llegado a influir. Tiene unos valores muy importantes. Enlaza el respeto y aspira a crear una sociedad más igualitaria», remarca Siki, un moderno pakistaní afincado en Logroño que quiere trabajar de peluquero.

A nadie parece importarle que en su día, hace ya más de ocho años, One Direction se separasen. «Es muy triste, pero en vez de un grupo ahora tenemos cinco almas que se han desarrollado como personas. Nos encantaría que volviesen a dar un concierto de recuerdo», desea la mayoría de fans.

«Yo empecé ya seguirles con 10 años y ahora tengo 23. Su música ha acompañado toda mi infancia y adolescencia «, se felicita la murciana Amelia. Lucía, de Ponferrada, acudió el año pasado a cinco conciertos de Tomlinson y este ya lleva tres. «Me gusta por todo», explica sin extenderse en razones. «Es como un padre», resume la donostiarra Itziar. «Es el único artista que me gusta. Estaré en la primera fila porque se vive diferente», sentencia. «Su música es muy buena', apostilla Ender, procedente de Móstoles.

María, de Castellón, encuentra terapia en sus canciones, especialmente en el tema 'Headline'. «Ayuda con la ansiedad. Su música me calma», reflexiona. Nadie quiere entrar en una lucha de egos. Y menos con Harry Styles, el componente más famoso de One Direction. «Está sobrevalorado», se le escapa a una fan. Pero reina la paz entre tanta chavalería. «Louis es tan cercano...», elogia Rebeca, que ya le ha visto en Cracovia e Italia. «Tiene mucha conciencia de clase. Allá donde actúa impone una política de precios mínimos y encima reparte botellones de agua gratis y cuenta con un servicio de atención médica por si a nosotras nos pasara algo». En Bilbao los espectadores tendrán que pagar 51 euros por la entrada.

'La de Burgos', como se autoproclama otra enfervorizada fan, ha dejado trabajo y casa, para seguirle en el tour europeo que arrancó el 29 de agosto y concluirá el 18 de noviembre. «Serán 28 conciertos e iré a todos. Se lo merece. Lo hago todo por él», se felicita. Sara y Eleonor llevan tres días en las afueras del Bilbao Arena. Han llegado de Nápoles, pero ya le han visto en Bucarest, Atenas… «Nos gusta todo. Su música, su persona… ¡y lo guapo que es!», coinciden tiradas en el Bilbao Arena. Así hasta el domingo a las nueve de la noche.