Cincuenta años de un bálsamo turbulento de Simon & Garfunkel

En tiempos de apogeo del rock (estreno de filme y triple disco sobre Woodstock, eclosión de Led Zeppelin...), la canción que conquistó los corazones y el espíritu del momento resultó ser una balada. Una melodía que la voz etérea de Garfunkel transformó en un himno generacional, desvirtuando el alma gospel de Aretha Franklin, a quien su compositor Paul Simon tuvo en mente al escribirla (en poco más de dos horas) y que la propia diva del soul acabaría reinterpretando de manera magistral en los Grammy de 1971. El disco ganó entonces seis galardones y estuvo seis semanas en el número uno de ventas de Estados Unidos. Con clásicos como 'The Boxer', 'Cecilia' o 'El Condor Pasa' colocó más de 25 millones de copias vendidas, que han ido creciendo con cada reedición retrospectiva.

Pero el éxito no funcionó como puente con el que superar las turbulentas aguas de su relación, ya presentes desde unos inicios en los que Simon había intentado montárselo por su cuenta. Unas diferencias que no atemperaron la decisión de Garfunkel de postularse como actor protagonista de la película 'Trampa 22', del director Mike Nichols, para el que tres años antes habían compuesto la banda sonora de 'El Graduado'.

Una marejada con choques de egos, celos y rencores aún latentes que, a la postre, pondrían fin a la carrera del dúo en su cénit y a una relación amistosa y musical que remitía a su infancia en el barrio neoyorquino de Queens y a sus inicios adolescentes, a finales de los 50, como dúo folk rock al estilo de Everly Brothers, primero como Tom y Jerry y, desde el 63, como Simon & Garfunkel

Tal y como evidencia el esclarecedor documental de 2011 'The Harmony Game: The Making of Bridge Over Troubled Water', rescatado este año en YouTube, las turbulencias entre la pareja afloraron ya desde su gestación. Garfunkel apostaba por abundar en el folk arreglado de sus cuatro álbumes previos y Simon por una apertura al rock, el gospel, el jazz o el afro pop que marcaría su ulterior carrera como solista. Paul no solo tuvo que aceptar el conservadurismo del capo de Columbia Records Clive Davis y las excesivas orquestaciones para su gusto, sino también que Garfunkel mediatizara con su voz una canción que, en principio, ni valoró ni quería cantar. Por contra, Art tuvo que soportar siempre la consideración unánime de Paul como genio creativo del dúo, lo que le llevaba a caricaturizar a Simon por su complejo desde la infancia, su baja estatura. El choque de egos pesó tanto como las palpables divergencias estilísticas en la decisión de Simon de no volver a grabar un disco de estudio juntos, nunca del todo aceptada por Garfunkel.

Con ocasión del 50 aniversario del álbum, la etiqueta Legacy de Sony ha puesto en circulación, tanto en formato digital como físico, el EP 'Simon & Garfunkel-Live at Carnegie Hall 1969', con versiones inéditas de 'Bridge Over Troubled Water', 'So Long, Frank Lloyd Wright', 'The Boxer' o 'Song for the Asking'. Todos los temas fueron grabados en noviembre de ese año durante dos conciertos en el célebre auditorio neoyorquino, abarrotado de una audiencia incondicional que pudo escuchar por vez primera al desnudo las canciones del disco que vería la luz dos meses después.

La quiebra definitiva de la alianza creativa del dúo dio paso a unas carreras en solitario que evidenciaron el mayor talento y versatilidad musical de Simon, que llegó a propiciar el apogeo de la world music con su obra maestra sudafricana 'Graceland' (86). Su vigencia autoral, abierta a la experimentación y las temáticas sociales, se alargaría hasta su canto del cisne en estudio 'Stranger to Stranger' que presentó el 17 de noviembre de 2016 en un memorable concierto en el BEC. Mucho menos fértil y menor a todos los niveles ha resultado la trayectoria solista de Art Garfunkel, que incluso intento reciclarse en clave 'crooneresca' tirando del gran cancionero americano en su último trabajo 'Some Enchated Evening' (2007).

Durante sus cuatro décadas de separación, Simon y Garfunkel se reunieron ocasionalmente para giras nostálgicas y eventos especiales como su masivo recital benéfico del 81 ante medio millón de personas en el Central Park de Nueva York . El concierto, inmortalizado en un célebre álbum en vivo, propició un lucrativo tour de retorno. Simon abandonó definitivamente la música en 2018 para centrarse en su faceta filantrópica, ecologista e incluso política, en favor del candidato demócrata Bernie Sanders.