Se oye comentar al lado de la cola que alguna vez, con alguna otra artista, en algún otro momento, la fila daba la vuelta a la manzana, se perdía más allá de los leones del BBVA. Pero que Dani Martín tiene poder de convocatoria, ... eso no lo niega nadie, y menos quienes esperan pacientemente a entrar en El Corte Inglés para estamparle unos besos y conseguir un autógrafo. Cristina, de hecho, se había plantado en la puerta del centro comercial a las siete y media de la mañana. ¿A las siete y media? «Síiii». Eso es entrega absoluta. «Y con una mañana de perros», se reía. Su amiga Itziar había llegado poco más de un par de horas más tarde, a las diez. Así que las dos eran de las primeras en entrar a saludar a su cantante favorito, que comenzaba a recibir a las cuatro de la tarde y esperaba estar haciéndolo hasta las nueve.
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El éxito estaba asegurado. El día anterior, en Madrid, había vendido todas las entradas para el único concierto anunciado en esa ciudad de su gira de dentro de un año; 'sold out' en unas horas, debido a que en principio había solo cinco fechas programadas (Madrid, Málaga, Valencia, Bilbao y Barcelona). Enseguida anunciaron otro concierto en la misma ciudad, y se acabaron igual de rápido, así que ya está vendiendo entradas para un tercero. Para el del BEC (el 24 de octubre), los organizadores explicaban que se habían vendido unas cuatro mil antes del comienzo de la firma.
Dani Martín ponía su nombre en las entradas. Pero las seguidoras -ganan a los chicos por 20 a uno, al menos si se estudia la cola de Bilbao- llevaban las mochilas y las bolsas cargadas de sus viejos trabajos. De esos «que aun no tenemos firmados», claro, especifican, porque acumulan autógrafos. Itziar y Cristina, por ser de las primeras, consiguieron ayer llevarse la firma garabateada en un par de portadas cada una, y eso que el equipo del cantante limitaba el número de cosas. Las entradas, y como mucho un cd. Esto hay que entenderlo como aprovechar el tiempo al máximo, no hay otra manera de gestionar la masa: 30 segundos por persona, besos y un 'hola qué tal', hacerse la foto, despedirse amablemente.
De vez en cuando Martín miraba hacia el exterior y saludaba a quienes le hacían fotos desde fuera de El Corte Inglés. Allí estaba Paola mientras María Rosa, su ama, guardaba sitio al final de la cola, que a eso de las cuatro y media estaba casi en la puerta del banco. «A mí también me gusta, vamos a ir juntas al concierto», explicaba. Delante de ella dos chicas de 16 años, Nerea y Aroa; detrás de ella, Ana e Itziar, dos mujeres «de treinta en cada pata, puedes poner», se reían. Esto es intergeneracional. María Rosa lo comparte con su hija, a Nerea esta era la música que le ponían sus padres en casa y ahora es ella quien acude a la llamada de la próxima gira; a Itziar le gusta, pero en realidad, confiesa, está de acompañante. «Alguien tiene que venir con esta», señala. «Ponlo». Pues se pone: por amistad se hace una una cola azotada por el viento. Bueno, por eso, y por Dani Martín.
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Los detalles del nuevo trabajo de Martín llegan con cuentagotas, pero este miércoles ha presentado su primer single en televisión, con Pablo Motos en El Hormiguero. Suena tal que así:
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