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Un supercuarteto formado por el profesor neoyorquino instalado en Bilbao Joshua Edelman (piano), el productor getxotarra Saúl Santolaria (voz) más los solicitadísimos músicos cubanos Yelsy Heredia (contrabajo, El Cigala, Ana Belén, Tomatito…) y Manuel Machado (trompeta, Irakere, Celia Cruz, Ketama, Serrat, Sabina…) adaptarán al maestro del cool jazz Chet Baker (Chesney Henry Baker Jr., Yale, Oklahoma, 1929 - Ámsterdam, Holanda, 1988), un trompetista atribulado y maldito atrapado por las drogas, perseguido por las mafias que llegaron a desdentarle de una paliza y fallecido a los 58 años tras precipitarse por la ventana de un hotel, colocado con heroína y cocaína. Pero su aura mágica aún permanece y se la invocará en el noveno ciclo Izar & Star, en el que músicos vascos homenajean a sus ídolos e influencias.
Antes de la interesante cita interrogamos a los dos representantes 'vascos' del cuarteto, el pianista y educador Joshua Edelman y el productor y vocalista Saúl Santolaria.
- ¿Cómo habéis ensayado este repertorio?
- Joshua: Estamos ensayando en Madrid como hemos hecho durante décadas con Manuel Machado y Yelsy Heredia, que forman parte de mi banda desde hace veinte años. Ha venido Saúl porque es la voz de este nuevo proyecto. Los cuatro estamos muy conectados con este repertorio porque forma parte de la vida de todos nosotros.
- Saúl: Podemos ensayar en cualquier sitio donde haya un piano real a mano.
- ¿Por qué la música de Chet Baker no acaba de pasar de moda? ¿Por su historia personal, su trágica leyenda?
- Saúl: Por cualquier razón menos por eso mismo... ¿Por su música tal vez?
- Joshua: El jazz interpretado con swing, con rigor, con sentimiento y delicadeza es como la música clásica que nunca pasa de moda. Desde mi punto de vista, los asuntos personales de cada uno están al margen del valor histórico y artístico de la música.
- Dice el texto promocional del concierto que el de Chet Baker es el jazz de los 50 en Nueva York. Sin comprobar nada, os preguntamos como expertos: ¿no es un jazz más de California?
- Joshua: Independientemente de que Chet Baker esté asociado al West Coast Jazz, yo soy de Nueva York y he crecido con esta música. Chet Baker es sólo una inspiración entre las muchas que he tenido a lo largo de mi vida. Esta música se hacía constantemente entre California y Nueva York. No había fronteras.
- Ajá.
- Joshua: Chet Baker actuaba asiduamente con los más grandes músicos del jazz del East Coast, de la Costa Este: Charlie Parker, Dizzy Gillespie, Bobby Timmons, Bill Evans, Gerry Mulligan, Stan Getz…
- Saúl: El repertorio de Chet era el de los grandes musicales de Broadway y el espíritu era ese, el de New York. Luego se le colgó el sambenito de estandarte del West Coast Jazz, pero eso ya sabes de dónde sale: la Prensa y sus caprichos. El jazz no entiende de costas.
- Pues yo me quedo con el sonido de la Costa Oeste rebosante de swing bibikinesco. ¿Chet Baker no era un mero imitador de Miles Davis? Eso le reprochan muchos.
- Joshua: No, para nada. El jazz de la época era un idioma que lo hablaba mucha gente y las influencias se extendían en muchas direcciones.
- Saúl: Para ser un imitador, a mí me llega bastante más.
- Yo me quedo con Chet si he de elegir, ¿eh? ¿Los dos cubanos del cuarteto son músicos de Chucho Valdés, que vive en Benalmádena, pero ellos quizá en Madrid?
- Saúl: Son de la familia y la familia anda por ahí. ¡Ya tú sabes!
- Joshua: Llevo muchos años tocando intensivamente con Manuel Machado y Yelsy Heredia. Ellos no son de Chucho ni de nadie. Son músicos independientes y muy solicitados internacionalmente. Hemos grabado numerosos discos juntos, hemos compartido grabaciones en televisión, colaboraciones con grandes figuras internacionales, y cientos de conciertos.
- ¿Y cómo será el concierto del viernes en el Izar & Star?
- Saúl: Será íntimo, alegre, sentimental, profundo... Todo eso y lo que puedas imaginar, porque es eso mismo lo que el jazz representa como concepto. Luego que cada cual lo sienta y lo disfrute como quiera.
- Además cantas tú, Saúl, algo inusual en el jazz actual. ¿Tocarás algún instrumento?
- Saúl: Esta vez voy a dejar que estos magníficos intérpretes me liberen y me pueda concentrar en la voz, que bastante es.
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