Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Al principio, Dream Wife eran un grupo de mentirijillas. En realidad, eso es mucho decir, porque en cuanto varias personas se juntan e interpretan canciones ya se convierten en una banda de verdad, pero la cuestión es que sus motivaciones en aquellos primeros tiempos ... no eran estrictamente musicales. Las componentes del trío (la vocalista islandesa Rakel Mjöll y las británicas Alice Go, a la guitarra, y Bella Podpadec, al bajo) estudiaban distintas ramas de Bellas Artes en la Universidad de Brighton y en 2015 decidieron crear un «falso grupo de chicas» como proyecto para una exposición. Esos orígenes tal vez provoquen cierto recelo instintivo cuando se analizan desde la perspectiva del rock, porque invitan a pensar en vanguardias espesas y en la prioridad del concepto sobre la forma, pero Rakel, Alice y Bella sortearon esos peligros y se revelaron desde el principio como talentosas compositoras de melodías pop. Eso sí, aquel tramo inicial de su carrera siguió transcurriendo por senderos atípicos: Dream Wife se fueron de gira por Canadá antes de ofrecer su primer bolo 'ortodoxo' en el Reino Unido.
En realidad, sí que existe un concepto que late en todo lo que hacen. Por algo se llaman Dream Wife, un bautismo que más de una vez se ha relacionado con la película de los 50 'La mujer soñada', protagonizada por Cary Grant y Deborah Kerr, pero que en realidad no tiene nada que ver con ella, porque nuestras protagonistas ni siquiera la habían visto en el momento de formar la banda. El nombre aspira a ser «un comentario sobre la cosificación de la mujer», según han explicado en repetidas ocasiones: «Es el 'pack' estereotipado del sueño americano de los 50: tener la casa de tus sueños, el coche de tus sueños y la esposa de tus sueños. Queremos darle la vuelta a ese guion. Las mujeres no somos objetos, no encajamos en un molde». Su combinación de dureza y dulzura, con un activismo que huye de la obviedad y apuesta por una estética amigable de producto pop, puede descolocar a algunos, acostumbrados a que la reivindicación vaya acompañada de una imagen más combativa. De hecho, se ha convertido ya en una tradición tirar de dualidades en el intento de ubicar a Dream Wife: lo suelen hacer los críticos (el Guardian habló de «Björk encabezando a las Bangles») e incluso ellas mismas se prestan al juego, tomando prestadas con el mismo entusiasmo citas de Spice Girls y de Sleater-Kinney.
Su raíz 'artie' continúa vigente, hasta el punto de que ellas solo se consideran «la mitad» del proyecto de Dream Wife. El otro 50% corresponde a sus múltiples colaboradoras de otras disciplinas, una larga lista de videógrafas, fotógrafas y autoras de fanzines, y también a su propia masa de seguidoras, a las que suelen referirse como el Bad Bitch Club. Fieles a su concepto de 'party riot grrrls', las componentes del grupo están particularmente preocupadas por acabar con los abusos sexuales entre los asistentes a las actuaciones de rock: «Queremos crear un espacio seguro donde la gente pueda bailar, cantar y volverse loca sin miedo al hostigamiento o al asalto», ha explicado Bella en 'The Line Of Best Fit'. De una mala experiencia de la vocalista como público en un concierto surgió parte de la letra de su canción más emblemática, 'Somebody', con ese estribillo que dice 'I am not my body, I am somebody' ('no soy mi cuerpo, soy alguien', aunque la gracia se pierde en la traducción). «Tocar esa canción en directo ha sido una experiencia increíble. Las mujeres lo gritaban a pleno pulmón. ¡La reacción ha sido tan fuerte! Estamos juntas en esto, necesitamos protegernos y apoyarnos», ha comentado Rakel.
Pero su imagen y su activismo se habrían quedado en las galerías de arte de no ser por la música que los sustenta, personal y atractiva, sin estridencias pero también alejada de lo convencional. Destacan dos elementos: la vivaz guitarra de Alice serpentea en arreglos creativos, inquietos, que lo mismo pueden recordar al glam que a Johnny Marr o The Cardigans, mientras Rakel se entrega a su peculiar fraseo de tono inquisitivo, con una voz soñolienta que de pronto se despereza y se vuelve agresiva. Su primer EP, editado hace dos años, fue un asunto plenamente doméstico, grabado en casa de la familia de Alice y con su padre a la batería. El álbum ha tardado más de lo previsto, en una larga espera amenizada con sucesivos sencillos y versiones como el 'New Rules' de Dua Lipa, pero por fin sale esta semana. En realidad, tiene algo de recapitulación, porque buena parte de los temas ya son conocidos: no faltan 'Somebody' ni la emblemática 'FUU', es decir, 'Fuck U Up', cuya letra dice en incontables ocasiones algo así como «quiero joderte la vida». La propia Rakel hacía referencia a este tema concreto en una entrevista con el 'Reykjavik Grapevine': «Nos gusta jugar con las expectativas de la gente. Salir al escenario, tres chicas de apariencia dulce y agradable, y soltar lo de 'fuck you up'».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Fallece un hombre tras caer al río con su tractor en un pueblo de Segovia
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.