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El treintañero de Fortaleza abriendo su exhibición. Óscar Cubillo
Cainã Cavalcante hace lo que quiere con la guitarra
El Bafle

Cainã Cavalcante hace lo que quiere con la guitarra

Tras pasar por Euskadi, el virtuoso brasileño desplegó su homenaje al legendario Garoto en el Cine Los Ángeles de Santander, que comienza una andadura como sala de conciertos con buen sonido

Martes, 29 de octubre 2024, 01:32

Cinco conciertos interesantes coincidieron en la tarde del domingo en el Gran Bilbao, los del cantautor bilbaíno Tontxu en el Arriaga, los roqueros duros californianos The Mercury Riots en el Café Teatro La Nube de Santutxu, la leyenda neoyorquina del power pop Paul Collins en la Sala BBK (que es adonde acudimos), los metaleros extremos neozelandeses Ulcerate en la sala Groove de Portugalete, y el del guitarrista brasileño Cainã Cavalcante en La Terminal de Zorrozaurre, que actuaría el lunes en Santander y ahí que fuimos.

El simpático y cercano Cainã Cavalcante (Fortaleza, 1990) anda de gira española divulgando su disco 'Sinal dos tempos-Cainã toca Garoto' (2021), dedicado al guitarrista fundacional Garoto (Anibal Augusto Sardinha, Sao Paolo 1915-Río de Janeiro 1955), algo así como el Sabicas de la guitarra brasileña. El sábado paró en Vitoria, donde no cabía un alfiler en el bar The Tap, nos informó el manager, el domingo en Bilbao, donde hubo poca gente, reconoce el mismo, y este lunes congregó a casi 200 personas en el Cine Los Ángeles de Santander, un paisanaje que salió manifestando cosas así: maravilloso, buenísimo, hay que tomarse unas cervezas hasta que se pose esto, me ha encantado y esto a Fernando le hubiera encantado (buen titular sería este: te lo perdiste, Fernando).

Era el primer concierto en el Cine Los Ángeles de una programación especial que este viernes trae a Perla Batalla: 20 años corista de Leonard Cohen además de pareja sentimental del maestro, luego con Nick Cave, Rufus Wainwright... El concierto del lunes de Cainã Cavalcante iba a durar un mínimo de 75 minutos, y al final duró 110 minutos para 11 piezas, las cuatro primeras a solas con la guitarra virtuosa, y las siete restantes en trío completado por dos brasileños que viven en Barcelona: Samuel Passos al contrabajo y Cecilia Collaço a la batería.

Cainã, Samuel y Cecilia empezando 'Desvairada' de Garoto. Óscar Cubillo

Cainã habló bastante sin ponerse pesado, un par de veces forzó los coritos del respetable sin ser petardo, y rasgó la guitarra con un virtuosismo nada pedante (ni siquiera cuando al acabar algunas piezas se limaba las uñas). Explicó que viene de Fortaleza, donde todo el distinto a lo conocido de Brasil, sobre todo a la bossa. Dijo que las palabras ahí, en el Nordeste, en el Brasil profundo, las palabras, la comida, la música y los ritmos son distintos. E informó de que la guitarra es su mejor amiga desde los 7 años, que Paco de Lucía es uno de sus ídolos, un héroe, y que eligió la guitarra gracias al flamenco, pues la guitarra flamenca pasó de la península (eso dijo, abarcando a Portugal, que colonizó Brasil) a su país, donde el instrumento mutó gracias por ejemplo a la influencia africana.

Los primeros cuarenta minutos fueron un recital a solas de Cainã, que fue cálido, versátil, sobrado de técnica, con aires de Taj Mahal, el 'Amor Brujo', la placidez de Baden Powell, el jazz, o la versión del clásico 'Aquarela do Brasil'. Acabó esta parte y manifestó una espectadora de la fila de atrás: «qué tío, hace lo que le da la gana (con la guitarra), ¡pero qué barbaridad!».

Luego se sumaron sus dos escuderos vecinos de Cataluña y el encuentro adoptó dimensiones cósmicas que asimiló la concurrencia, a la que agradeció el de Fortaleza por su cariño, calor y energía. Hizo temas del disco homenaje a Garoto ('Desvairada', 'Jorge do fusa', la balada 'Esperanza') y el trío sonó cual Sabicas brasileiro en un valsecito alambicado, cruzó el bolero flotante a lo Santo & Johnny con el tango rudo, evocó al estilo elegante de Herb Ellis, exploró el blues maliense, versionó el 'Corta jaca' de la pionera Chiquinha Gonzaga (se la dedicó a las mujeres que abren caminos), y dio un bis a modo de homenaje flamenco que se estiró con swing, y al acabar ya estaba presto para vender CDs en el lobby, que es lo que anunció al arrancar el bis, que adquirir uno, ya fuera para sí mismo o para regalar, era «una oportunidad de eternizar este momento».

Y antes de esto había dicho durante una gran ovación: «ya habíamos previsto que el de Santander sería el mejor concierto». ¿Lo dijo también en Vitoria y Bilbao?

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