Una buhardilla, unas lecturas y una obra en evolución

Para prepararse, Prada había leído, junto al poema -considerado una de las cumbres de la mística castellana-, un ensayo de José Luis Aranguren en el que explica el profundo erotismo de la obra y 'Vida y obra de San Juan de la Cruz' del hispanista Gerald Brenan.

Tras una estancia de cinco años en París, Prada se trasladó a Segovia, donde estuvo otro lustro. En esta ciudad castellana terminó el 'Cántico espiritual', con una instrumentación a la que añadió un violín. «Más tarde ha habido otras y después incorporé un coro de niños», explica.

Fue Manuel Ventero, actual director gerente de la Orquesta de RTVE, quien concibió la idea de hacer una versión sinfónico-coral de la pieza. Al principio, su autor tuvo el temor de que añadir una masa orquestal y vocal causara una pérdida de transparencia y emoción. No ha sido así. El trabajo de Fernando Velázquez - que también se encargó de orquestar 'Canciones del alma'- preserva la sutileza. Prada se ha limitado a pedir al coro una vocalización perfecta porque «lo primordial es la voz, la palabra». Mientras, la orquesta «suena como un cuarteto de cuerda», algo que entusiasma al compositor y cantante.