El bonito homenaje a Kepa Junkera para abrir el 39º Getxo Folk

'Hauspoz' es un homenaje bonito, ensayado y mejor pensado y elaborado que el que atestiguamos hace poco en la Plaza Nueva durante las fiestas de Bilbao, el bautizado 'Erromeriak', igual que el último álbum de Kepa, un tributo que aunque respetuoso y bienintencionado pecó de canónico y encima en su segunda parte se hundió por falta de fuelle y de ensayos entre las participantes, una veintena de mujeres (sólo se subió a escena un rato un hombre, un gaitero zamorano).

Lo del miércoles en el Muxikebarri, elaborado por una treintena de músicos, bailarines y cantantes, no sólo fue emotivo, sino que estuvo bien ideado, los esporádicos bailes del grupo Kukai ilustraron los temas con tino y modernidad (aunque lo más ovacionado fue la danza postrera, la más tradicional, para no variar), la trikitixa se mezcló con la cobla catalana (una orquestina felliniana y a veces minimal a lo Michael Nyman), los fondos del escenario aportaron sensaciones, y la cita fue a más, se refrenó un tanto por la mitad (muchas intervenciones de Uxia, que casi se convierte en la figura principal), y volvió a medrar en su epílogo, hasta el culmen con una veintena de actuantes en escena (una docena de la cobla masculina, un ochote panderetero femenino, más otros intervinientes como el trikitilari portugalujo Kepa Aburruzaga, discípulo de Kepa).

Hubo estupendo sonido, buena escenografía, agilidad en los cambios de escena y un presentador o maestro de ceremonias que en castellano y euskera se refirió a la estrecha vinculación de Kepa Junkera con el Getxo Folk, festival donde a los largo de tres décadas ha actuado con sinfónica, presentando sus discos 'Maren, 'Hiria', el gallego o el de 'Maletak' con las Sorginak, las adolescentes pandereteras guipozcoanas. Se dijo en el guión, y ya lo sabíamos, que Getxo es una de las casas de Kepa, donde ha llenado la carpa de Las Arenas (dos mil almas) hasta provocar que cientos de personas siguieran su concierto desde una pantalla instalada en el exterior.

Lo del miércoles en el Muxikebarri, restando los tres minutos de presentación general, duró 93 minutos para unas 22 piezas, entre ellas una bertsolari hagiográfica muy bien traída y declamada por Xabi Paya, de lo mejor del repertorio, y la citada pieza coral con la veintena de actuantes interpretando en coordinación con la pantalla gigante del fondo, desde donde el gran Carlos Núñez soplaba la flauta y su paisana gallega Susana Seivane aportaba el acordeón, una pantalla desde donde también saludaron, Pedro Guerra, María del Mar Bonet, Justin Vali, Marina Rossell, Estrella Morente, Nacho Duato, Miguel Bosé o un Calamaro que, como todos los de la pantalla grabados, se sumó al estribillo en 'Ny hirahira'.

Repasemos el repertorio seleccionado por Kepa a propuesta del festival de Getxo en 2020, aunque llegó la pandemia desde China y se retrasó la oportunidad hasta ahora, en 2023. La cobla elegante con sus trajes (al final acabaron con camisetas con la K en el pecho) comenzó felliniana y solemne con 'Gernika', y el bertsolari Xabi Paya nos puso en situación. Como trikitilaris puristas salieron Maixa (ex Eta Ixiar) y los hermanos Elustondo, la vocalista Uxía trajo la onda céltica gallega, los txalapartaris Oreka TX (uno de los descubrimientos de Kepa) aportaron la madera ancestral, y Kukai dibujaron en el éter con sus bailes. La intervención de Uxía comenzó bien pero se atascó un tanto por la reiteración, Aburruzaga sumado a la cobla aportó un hito muy minimal en 'Drakian' (de lo mejor de la velada, si no lo óptimo), y Budiño se sumó a la fiesta pero sin poder imponer su importancia ('Galizako kantua', con Uxía).

Se encendió la luz sobre el patio de butacas y entraron desde la parte superior del pasillo las pandereteras cántabras, luego Budiño logró imponer más su pedigrí, las pandereteras rompieron los perímetros, Oreka TX percutieron cabalgadores, y, pumba, se elevó la alboka de Ibon Koteron, otro de los hallazgos de Kepa Junkera, quien parece una suerte de Miles Davis del neofolk vasco. Kukai seguían ilustrando viñetas, la escena de la pantalla gigante con Carlos Núñez, Susana Seivane, Calamaro y los demás felicitantes fue realmente especial y espectacular en 'Ny hirahira', 'Huriondo' brotó clásico (y Kukai aquí fueron cuando más ovacionados por su ágil danza tradicional), y 'Bok Espok' con la cobla no voló tanto como antaño con Kepa.

Y en la coda del miércoles Xabi Paya leyó unas palabras de Kepa y éste apareció en el tablado para recibir la ovación antes de que los veintitantos actuantes, en realidad una treintena contando a los bailarines de Kukai, salieran por el patio de butacas tocando la 'Marcha de Gaztelugatxe' y reaparecieran en el lobby, donde estaba el puesto de merchandising, con libros y CDs a la venta, con precios desde 10 hasta 45 €, y con alguna referencia autografiada por Kepa, de quien ya tenemos ganas de que mejore de salud un poco más para que sea él quien dirija la marcha. ¡Viva Kepa! Gora Kepa!