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Según la cifra aportada por la organización, 9.000 almas se congregaron este jueves en la tercera de las cinco citas que conforman el cartel del Festival Magdalena en Vivo. Quizá incluyeron a abonados que no acudieron a la campa (un abono por cinco conciertos ... sale a menos de 100 euros, menos que una habitación individual en estas fechas en la capital cantabra), pues estuvimos más anchos que el sábado con Duki en el mismo recinto, donde oficialmente se contabilizaron 6.500 asistentes. El caso es que la mayoría de ese público fue femenino, cantarín y parlanchín, tanto que en ciertos momentos entre la masa se oían conversaciones a varios metros de distancia mientras sonaban las canciones, y en otros momentos los coros del gentío tapaban a la música (por ejemplo en 'Ave María'). Y es que al macroconcierto le faltó volumen y al principio del encuentro se elevaban cánticos de protesta: «no se oye, no se oye...».
Conceptualmente el espectáculo, el décimo concierto de su gira llamada 'Me siento vivo tour 2023' (valga la redundancia), fue muy televisivo por diversas razones: por las pantallas laterales que le agigantaban, por las pantallas que había colocadas desde el suelo hasta el techo colosal tablado, por la forma de hablar de Bisbal, por su dominio de las cámaras (bastantes veces se puso a cantar mirando a una lateral), y por las coreografías de un artista que no paró de moverse en todo el concierto en sexteto (él y cinco escuderos) y donde cayeron 27 temas en 101 minutos (hubo un par de largos popurrís con varios títulos, y según el setlist se cantaron 26 canciones y además sonó un instrumental ambiental progresivo para amenizar la espera a que volviera Bisbal con otra vestimenta).
Bisbal usó tres indumentarias: una blanca de galán en Miami, y dos negras, la segunda con la camiseta de su frase viral 'como están los máquinas', que se vendían a 25 euros en dos colores en el puesto de merchandising, donde también había muchos discos (CDs y un LP), otro modelo de camiseta a 30 euros, abanico a 10, sudadera a 45...
Pero para máquina, Bisbal, quien se echó encima el concierto y no paró quieto, ya se ha dicho: carreras de lado a lado, saltos desde alturas (¡algunos con escorzo!), sudor mostrado en la gran pantalla, molinetes sorpresivos que jaleaba la masa, un agitamiento sexual que ni Elvis Presley... Y entre tanta agilidad, el bueno de Bisbal decía frases de show televisivo, no en vano se hizo famoso en OT. Frases que festonean cualquier reseña, como las siguientes: «me encanta cómo me lo estoy pasando, de verdad que sí».
«Romanticismo puro, sí señor» (como si fuese un mariachi), «mira Santander lo que te digo, ojalá no amaneciera nunca y me quedara aquí en La Magdalena, y me quedaría con todos vosotros, con toda mi gente» (nos llamaba «mi gente», sí), «aquí no hay descanso, ¿quién se sabe esta canción?» (y cantó 'Silencio'), un medley espectacular para cerrar el concierto, y luego «qué locura de concierto, habéis cantado las rápidas y las lentas, habéis superado las expectativas».
Pero lo cierto es que fue un concierto correcto sin más. El del jueves en Santander fue un show más televisivo que el de los Arctic Monkeys en el BBK Live. Aunque se puede discutir cuál de los dos tuvo más calidad, lo cierto es que el público de Almería salió más contento, en realidad encantado, y había tíos que le llamaban «fenómeno». Dicho lo cual fue un concierto sin más, sin pegada necesaria por la falta de volumen (lo visual resultó espectacular, sí), sin magia más allá del embeleco de las pantallas, algo feble y no tan restallante como los anteriores que hemos disfrutado con sorpresa del almeriense de 44 años, David Bisbal Ferre.
En el cancionero cupieron desde excursiones exóticas con guitarra flamenca ('La torre de Babel', luego la bachata 'Ay ay ay') hasta latinismos tipo Ricky Martin ('Lloraré las penas'), desde números claramente catódicos ('Oye el boom') hasta baladas personales ('Mi princesa', algo Alborán), o, créanlo, desde indie pop a lo Pablo López ('El ruido') o de estadio (los coros oohhh de 'Antes que no') hasta rock ('No amanece') y AOR ('Esclavo de tus besos', la citada 'Silencio').
Y nos queda por citar algún título, ¿verdad? En efecto, los tres del bis: «¡qué manera de acabar con la Santísima Trinidad, que no falla», le comentaba evacuando el recinto y subiendo la cuesta entre la marea humana un tipo por el móvil a alguien también testigo del show. Se refería con la terna a 'Corazón latino' y a las dos que cantaron las que más las numerosas adolescentes presentes (echamos en falta más porcentaje de público latino, por cierto), las eternas 'Bulería' y 'Ave María'.
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