El Bilborock se llena en solidaridad por la DANA valenciana

Como saben el martes acudimos al Bilborock, donde se montó un cartel cuádruple y bilbaíno con tres grupos euskaldunes (dos emergentes, Txopet y EzEzEz, y otro consolidado, Zea Mays) y uno castellanoparlante (Penadas Por La Ley, liderado por dos argentinas). Se vendieron las 300 entradas del aforo habilitado, y además más tickets de la Fila 0 («La aportación de esta donación no permite el acceso a ningún evento de la programación Som Vaència», advierte la misma página web)

Y ya se ha dicho que esta iniciativa organizada deprisa se celebra en toda España, y así en Logroño, a las 7.30 de la tarde del martes, en la sala Fundición actuaron Psycho Rebel Front, Estrés y Elena Aranoa, y en el Bilborock, desde las 7 en punto, ante unas 160 personas al principio y casi 300 al final (como en todos los conciertos, gente que ha comprado la entrada no aparece, y el martes se puso a llover de modo muy incómodo), se desplegaron los cuatro bolos, con una duración de media hora por banda.

Abrieron la tanda Txopet, tres bilbaínos que en 25 minutos (ejem, se han perdido las notas: algo que ganamos, así seremos más breves) lanzaron un rock afectado por el autotune invasivo, muy influido por The Cure y en menor medida por Joy Division, y con salpicones de Itoiz y Pi L.T. por la parte vasca. Les falta el sentido de canciones, y canciones tocaron los otro tres grupos actuantes, incluso el punkarra.

A continuación los cuatro bilbaínos de EzEzEz en 30 minutos redondos y crecientes (¡vaya segunda mitad más al dente!) dieron el mejor bolo de este martes en el Bilborock, superando también de largo a su intervención, dos martes atrás en la sala Stage Live, integrada en el congreso musical BIME, donde tuvieron un peor sonido y una luz infame. En el Bilborock EzEzEz sonaron más limpios y precisos, y quizá incluso ejecutaron mejor un rock after punk (lo que hoy día se etiqueta como post punk y post funk) con rasponazos de Delirium Tremens ('Arrantzalemarinero'), Lou Reed, The Fall, el rap brutalista de los Idles, y el baile de san vito en plan Ian Dury sin discapacidad.

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En tercer lugar se subieron al escenario del Bilborok Penadas Por La Ley, cuarteto liderado por dos argentinas vecinas de Bilbao que en 31 minutos decrecientes lanzó una decena de esputos punk, un tanto asonantes en una cita solidaria, con letras anti-capitalistas, anti-clericales, anti-políticos, con títulos que a su vez y paradójicamente parecían eslóganes políticos ('No es no', 'Tumbas en el mar'), feminismo en vena ('No nos vamos a callar'), una canción en euskera ('Iraultza gara'), e influencia tanto de Eskorbuto como de Manolo Kabezabolo y Rancid (la estética de ellas dos, mejor que las de sus dos escuderos masculinos, uno a la guitarra y el otro a la batería). Al menos tres temas de Penadas estuvieron muy bien, uno en la estela hardcore, pero ya se ha informado de que las notas se han perdido.

Y cerraron Zea Mays en formato reducido, en dúo acústico formado por la pareja colíder, Aiora y Piti, que en 32 minutos, con aires entre el pop melódico, el rollo cantautor y un poco de rock poderoso y de estadio desenchufado, y con la voz sostenida de ella, cursaron al alza y al final todos sus temas fueron coreados, el que más 'Corazón de tango', su versión en castellano de Doctor Deseo, y las otras en euskera ('Kea' y más).