El viejo San Mamés se convirtió en meca de las estrellas de rock a principios de siglo. Ignacio Pérez

Bilbao pierde fuelle en las giras internacionales

El circuito se resiente por la pujanza de los festivales, el cambio de gustos del público y la competencia de otras ciudades

Sábado, 26 de octubre 2024

El panorama de la música en vivo en Bilbao ha experimentado un cambio reseñable en las últimas dos décadas que se ha acentuado desde la irrupción de la pandemia hace casi un lustro. Los conciertos siguen arrastrando a gente, sobre todo los fines de semana ... y gracias al tirón de bandas locales y nacionales, pero la capital vizcaína ha perdido presencia internacional, más allá de las grandes citas veraniegas. Es decir, los festivales masivos concentran a un buen 'line up' de bandas extranjeras de primer y segundo nivel, pero no dejan de ser eventos efímeros de dos, tres o cuatro días. Mientras tanto, el circuito habitual de la ciudad durante el curso, el que crea escena, se resiente.

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Hubo un tiempo diferente, a principios de los 2000, en el que Bilbao y Bizkaia comenzaron a tomar empuje en la música en directo, cuando hasta entonces solían ser una plaza de segunda en comparación con la vecina San Sebastián. Con el cambio de siglo y la apertura de nuevos espacios como el BEC con el Bizkaia Arena, la Rock Star de Barakaldo o la Santana 27, así como con varios festivales veraniegos; la capital vizcaína llegó a presumir de ser la tercera ciudad de España en las giras de bandas y artistas internacionales, compartiendo fechas con Madrid y Barcelona.

Fue una década dorada para las actuaciones de renombre, muestra de ello que en esos años debutaran en la villa los Rolling Stones, Bruce Springsteen, The Who o AC/DC. Una fiebre por los nombres internacionales que se ha ido apagando en los últimos años donde, dejando a un lado eventos como BBK Live o Music Legends, las estrellas llegan con cuentagotas. El último gran acontecimiento fue Metallica en San Mamés, hace ya casi dos años y medio de la mano de la Diputación como evento post pandémico que no ha tenido continuidad con más artistas. Y la última decepción ha sido la de Springsteen, que ha vuelto a elegir Donostia para su gira del próximo año y acumula ya 15 años sin pisar Bilbao.

Confirma este caída de grandes nombres durante el año Luis Herrera, veterano promotor al frente de Muskerra, que la achaca en parte a la concentración de las bandas extranjeras en formato festival: «El circuito regular cada vez tiene menos presencia internacional, ya que los artistas internacionales prefieren ir a un festival que les paga un caché más elevado. Además, ya hay festivales en casi todas las estaciones del año».

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Con este panorama, los conciertos durante el curso languidecen, y no solo en eventos de tamaño grande y medio, sino también en el circuito de salas, que se ha resentido en los últimos tiempos. Hace tres lustros un aficionado a la música podía ver en una semana cualquiera a bandas como The Charlatans, Buzzcocks, Europe, Status Quo, Fleet Foxes, Sum 41... ¡o Motörhead! Todo ello, en salas como el Kafe Antzokia, Santana 27 o la extinta Rock Star de Barakaldo, que entonces funcionaba a pleno rendimiento.

Grupos como Europe pisaban con asiduidad las salas bilbaínas. B. Agudo

Ahora, en cambio, las bandas extranjeras jugosas que aterrizan en el circuito del día a día en Bizkaia lo hacen mucho más espaciadas. No solo eso, sino que hay giras de salas que, en lugar de pasar por la capital vizcaína, apuestan por otras ciudades próximas. Es el caso, por ejemplo, del elegante 'crooner' británico Richard Hawley, que en su gira del mes pasado optó por Santander. «Igual Hawley hubiera preferido venir a Bilbao pero puede que se haya encontrado que, con la poca oferta de salas que hay, estén todas reservadas», aventura Luis Herrera, que añade que en la actualidad hay muchas ciudades alrededor con disponibilidad de salas y recintos que hace años no jugaban en la misma liga, como puede ser el caso de Vitoria, Burgos o la capital cántabra.

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Por tanto, y aunque sí conserva peso en el circuito por su tamaño, Bilbao ha dejado de ser la referencia musical del norte de España. A la competencia de otras ciudades se une la decreciente oferta de escenarios, pese que existen recintos idóneos que podrían dar más de sí, como el Bilbao Arena de Miribilla o el propio BEC, que dispone de otro espacio de menor tamaño, Cubec, que tampoco está exprimiendo los eventos internacionales. Se echa en falta también alguna sala que arriesgue como la donostiarra Dabadaba, que, sin tener un gran aforo, es capaz de atraer muchas giras de grupos internacionales medios.

Esto provoca ausencias flagrantes que hace años eran impensables, como la de la gira de Crystal Fighters esta misma semana, que ha pasado por San Sebastián, Burgos y Santander, obviando la capital vizcaína. «Bilbao ha dejado de funcionar en los últimos años a nivel internacional y vuelve a una posición parecida a la que tenía en los 90, cuando no venían demasiadas bandas extranjeras. Luego en los 2000 vivimos un 'boom' que en nuestro caso se tradujo en poder traer a grandes bandas indie como Block Party o Kaiser Chiefs pero, claro, entonces no había tantos festivales, muchos de los cuales ahora exigen exclusividad en España a los artistas», cuenta a EL CORREO Adrián Medrano, promotor de Santana 27.

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La fiebre del tributo

Medrano ve en las salas en general más afluencia de público que nunca, pero en propuestas de otros estilos y del ámbito local o nacional. «La gente se mueve ahora en estilos como el urbano, y bandas británicas o americanas que antes llenaban salas ahora pinchan, así que se limitan a los festivales», explica. Coincide en este aspecto Luis Herrera, que constata el cambio de público:«Ahora se llevan más los artistas estatales y los grupos tributo, no es como hace años, que íbamos a ver a cualquier grupo internacional que pasara incluso sin conocer sus canciones».

No es baladí la fiebre de los tributos y su influencia en las agendas. Un fenómeno que empezó a pegar fuerte hace 15 años en las fiestas de los pueblos, pero que hace ya tiempo que dio el salto a las salas con un éxito inusitado gracias al componente de la nostalgia. Hay recintos que con un evento de bandas tributo se garantizan vender todo el papel durante dos o tres días, cuando bandas internacionales quizás no llegarían a la mitad del aforo.

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Shakira aterrizó en el viejo San Mamés en 2011. I. Pérez

No todo son malas noticias, ya que en Bilbao sigue tirando del carro, como en los últimos 30 años, el Kafe Antzokia, cuyo programador, Gotzon Uribe, celebra que siguen «en una tónica similar» a la de siempre en cuanto a agenda internacional. «En nada vienen Aterciopelados o Chuck Prophet», destaca Uribe, citando dos interesantísimas citas que, estas sí, pasan por Bilbao el mes que viene.

Conciertos históricos

Era muy frecuente hace un par de décadas que las giras pasarán únicamente por Madrid, Barcelona y Bilbao. Como ejemplos, la primera visita de Bruce Springsteen a Bilbao en 2007 en el BEC, mismo año en el que debutaron en el mismo recinto The Who, ambas citas multitudinarias.

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El 'Boss' remató además la jugada con un concierto año y medio más tarde en el viejo San Mamés, por donde también habían pasado los Rolling Stones en 2003. No se ha vuelto a repetir ni visita de los Stones ni la de Springsteen, que en cambio se ha hecho asiduo a la capital guipuzcoana.

Pero no queda ahí la cosa en cuanto a estrellas que desfilaron en dicha década. Radiohead pasó en 2001 por la plaza de toros, recinto que ya no se usa para conciertos y para el que llegó a estar confirmado en 2004 el legendario David Bowie, que sin embargo canceló la gira por motivos de salud. El Bizkaia Arena también se convirtió rápidamente en una referencia, con nombres como Chuck Berry, Muse, Leonard Cohen o AC/DC en 2009, que repitieron en San Mamés al año siguiente, antes de que lo pisara Shakira en 2011.

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Oasis y Paul Weller pasaron por La Casilla en 2002. F. Gómez

Por La Casilla, otro escenario también olvidado en la actualidad, pasaron Oasis y Paul Weller en 2002 –¡y ni siquiera llenaron!– y Franz Ferdinand en su máximo esplendor un jueves cualquiera de abril un lustro más tarde. Y en el Guggenheim actuaron Red Hot Chilli Peppers presentando su 'Stadium arcadium', así como Bob Dylan o Arcade Fire.

Incluso los conciertos gratuitos de fiestas en aquellos años fueron de primer nivel internacional. Basta ver las actuaciones en Zorrozaurre de 2004 (Pet Shop Boys), 2005 (Iggy Pop), 2006 (The Prodigy y Turbonegro), 2007 (The Pogues) y 2008 (Travis). Esta tendencia se acabó cuando el Ayuntamiento se remitió al BBK Live para los grandes conciertos, pese a que este formato es de abono y el otro era gratuito.

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