La banda sonora de las vacaciones

Las casas discográficas, las emisoras de radio y la televisión no tardaron en ver el negocio y apostaron por un fenómeno muy lucrativo: la canción del verano. De lo que se trataba era de bombardear al oyente con hits concebidos expresamente para el periodo estival. Frescos y ligeros. El primer tema con el que se abrió fuego, en ese verano tórrido de 1970, marcó el camino a seguir. Era arrollador, bailongo y tontaina al ritmo de «sha, la, la, la, la, oh, oh, oh». El estribillo se repetía una y otra vez, antes de que el solista de Los Diablos, Agustín Ramírez, sacudiera el flequillo y soltara las palabras que daban título a la canción y derretían gozosamente las neuronas: 'Un rayo de sol'. Tenía un efecto inmediato, sobre todo porque el coro remataba la licuación o desparrame con ese aullido lánguido que lo decía todo (o nada): «oh, oh, oh».

Fue un single que vendió más de medio millón de copias en España. «La música, sea cual sea, cumple con una función. Y, en el caso de la canción del verano, lo que se pide es que invite al disfrute. Nada más. Es un género en sí mismo que en ocasiones ha servido de trampolín a bandas y solistas. Eso sucedió, por ejemplo, con 'Un burro amarrado en la puerta del baile', de El Último de la Fila; y también con 'La camisa negra', de Juanes. ¡Este último tema fue el primer gran éxito internacional del colombiano! Llegó a ser nº 1 en Alemania por la cantidad de turistas germanos que la escucharon en Mallorca y Benidorm. Toda esa gente luego se llevó el tema para casa, ja, ja», recuerda Javier Llano, director de las emisoras musicales del Grupo COPE.

En estas fechas, lo habitual es que haya más tiempo libre, se vaya de bares y discotecas, se acuda a festivales, verbenas... Los éxitos hay que bailarlos y cantarlos, semana tras semana, para confirmar su poderío. Por eso queda la duda de si este verano -con protocolos de higiene, además de una restricción drástica del ocio nocturno- puede presumir de una canción propia. Un reparo que no tiene José María Barbat, presidente de Sony Music Iberia: «Hace meses que terminó el confinamiento y hay una relativa normalidad, la gente joven se ha relacionado y ha escuchado música, sobre todo reguetón». Entre los temas más populares, él adjudica el primer puesto a 'Caramelo', de Ozuna, y descarta sin paliativos el remix de 'La Jeepeta', de Nio García, Anuel AA y Myke Towers, con Brray y Juanka, «porque dudo mucho que se haya podido emitir en las radios al tener un contenido sexual tan explícito». Las rimas de 'La Jeepeta' son cualquier cosa menos sutiles: «Al lao' mío tengo una rubia / Que tiene grande las teta' (grande las teta') / Quiere que yo se lo meta (yeah, yeah)».

Es la canción más escuchada en Spotify -con más de 30 millones de reproducciones-, pero, insiste Barbat, «eso no basta para certificar su liderazgo como canción del verano». Queda todavía casi un mes para dar por cerrada la temporada estival, y el presidente de Sony Music Iberia tiene claro que 'Caramelo' cuenta con más opciones. Tiene una letra sin desbastar, «pero se inclina más hacia el romanticismo, dentro de unos términos que permiten que se oiga en las emisoras».

«Ya tú eres mía. / Dale, ven, ven, mátame. / Me dice, dale, baby, maltrátame». Son algunas de las frases que desgrana Ozuna en el hit que postula a llevarse el cetro de tema del verano. Es una canción que identifica el caramelo con la boca de una mujer, «siempre provocativa, soltera vive la vida, en traje de baño es que se ve bien explosiva». El cantante portorriqueño que depura tan finamente estas letras tiene 28 años y en 2018 la revista 'Time' lo incluyó en la lista de las 100 personas más influyentes del mundo. No parece que el reguetón, también llamado 'género latino urbano', vaya a perder fuelle a medio plazo. Es una corriente avasalladora, nacida en Puerto Rico a principios de los 90, que no tiene competidores que le hagan sombra.

Tanto en número de intérpretes como en capacidad de producción supera a todos. «Son artistas que pueden sacar dos álbumes en menos de un año y, además, con mucho contenido. No se limitan a las 10 canciones de rigor, sino que meten de 20 a 25 temas. Por una mera cuestión de cantidad, se imponen. Así de sencillo. Y otro detalle muy importante: todo el ecosistema del 'streaming' se basa en las 'playlists' y ahí, por supuesto, también mandan. Las 'playlists' que tienen más usuarios en Latinoamérica y España son precisamente las de música latina urbana. ¡Una cosa y otra se retroalimentan! Son las que más se escuchan, y ellos no paran de incluir temas nuevos en ellas. Una dinámica imparable», constata Barbat.

Visto lo visto, hay reguetón para rato. Y cada vez más, con acento español, «porque los artistas de aquí que desean triunfar y ser coherentes con su generación y sus compañeros ya están haciendo ese tipo de música». Todos ellos profesionales, subraya el presidente de Sony Music Iberia, «muy potentes», que suponen la mitad de los españoles presentes en el Top 200 de Spotify. ¿Qué pueden aportar estos jóvenes de Madrid, Galicia, Andalucía, Baleares y Cataluña al reguetón? «Evidentemente, hay diferencias de estilo. Nuestra música está impregnada de connotaciones locales, como el flamenco o el rap más tradicional de España».

Es muy probable que el próximo año la canción del verano tenga ritmo de reguetón. Como 'Despacito', de Luis Fonsi y Daddy Yankee, que arrasó en 2017 y todavía colea en un sinfín de arreglos y versiones. Hasta Rosalía se dejó tentar la temporada pasada y no vaciló a la hora de hincarle el diente a la música latina urbana, en colaboración con el colombiano J Balvin. La artista catalana presentó 'Con altura' como «una fusión de flamenco, salsa, feminismo, ritmo cubano y reguetón».

Mucho ha cambiado el panorama desde 1970, hasta el punto de que José Ramón Pardo, historiador del pop, colaborador de RNE y responsable del sello Ramala Music, está convencido de que «la canción del verano hace tiempo que ya no existe». Sin la competitividad entre los artistas, que lanzaban un tema con el único fin de arrasar en las verbenas, «no tiene sentido encumbrar un tema como canción del verano».

Por esa regla de tres, razona Pardo, también habría que premiar a las más escuchadas en primavera o invierno. «No basta con que lideren el ranking de una plataforma. Tienen que volvernos locos a todos y reflejar nuestro estado de ánimo. Ya sabe (carraspea y canta): 'Vacaciones de verano para mí. Caminando por la arena junto a ti...'. ¡¡Fórmula V!! Qué grandes. Ningún valor melódico ni poético. Pero una maravilla para hacer el tonto, ja, ja».