Brandon Flowers, cantante de The Killers, en el Bilbao BBK Live. rob loud

Una avalancha musical nunca vista ni oída en Bilbao

La pandemia congeló los conciertos hasta enero, cuando empezó una 'oferta-chorro' que todavía sigue. «Eso sí, hay mucha incertidumbre»

Domingo, 4 de diciembre 2022, 01:24

Lo nunca visto y oído en el Gran Bilbao. La irrupción del coronavirus frenó en seco el flujo normal de conciertos de pop, rock, disco-punk, heavy, electrónica, reguetón, herriko trap.... Todo se congeló en 2020 hasta que la situación se normalizó a principios de ... este año y empezó a llegar una 'oferta-chorro' que los aficionados recibieron con euforia. Al menos, al principio. ¿Qué más se podía pedir? Era un suma y sigue. De Metallica a C. Tangana, pasando por Fito, Serrat, Calamaro y Alejandro Sanz, sin olvidar a Status Quo, Wolfmother, Micky & The Buzz, Camilo, Malú y... más, muchísimo más. Una avalancha que podía llegar a marear al aficionado, sobre todo cuando se encontraba con cinco espectáculos el mismo día.

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Se sacaba chispas a las posibilidades de todos los recintos, desde la inmensidad de San Mamés con capacidad para 45.000 personas -el espacio natural para estrellas como Metallica o Fito- a la intimidad de las 870 localidades de Kafe Antzokia, ideal para grupos como Wolfmother que lo dan todo en las distancias cortas. Se pisó el acelerador para recuperar el tiempo perdido. «Hemos tenido una superabundancia totalmente atípica. Se ha asimilado y digerido como se ha podido la acumulación de contenidos atrasados. Hasta ahora jamás se había ofrecido tanto. Eso sí, a nivel profesional el panorama se presenta más incierto que nunca. En 2023 y 2024, llegarán las ruinas y las desapariciones...», advierte sin tapujos Alfonso Santiago, director de la promotora vizcaína Last Tour y del Bilbao BBK Live que este verano ha dispuesto de un presupuesto de 10 millones de euros (uno más que en 2019). En su caso no se pueden quejar.

Hambre de música en directo

Más de 115.000 entusiastas del Bilbao BBK Live abarrotaron del 7 al 9 de julio los siete escenarios de Kobetamendi, los cuatro instalados en el centro de la ciudad y el habilitado en el camping. Había hambre de música en directo y se dieron un atracón, al ritmo de Stromae, Rigoberta Bandini, The Killers, J Balvin y LCD Soundsystem. ¿Hasta qué punto se puede mantener esta marcha? Es probable que en 2023 se continúe en la cresta de la ola porque todavía hay en la recámara conciertos atrasados por el covid. Dicho esto, la previsión de un superávit no asusta a promotores como José Pascual Otalora 'Spaski', de Dekker Events, que tras dos años de parada obligada por la pandemia todavía se emociona al recordar la vuelta a la actividad a finales de junio del Bilbao Music Legends Fest. «Tenemos como 'partenaires' al ayuntamiento y la BBK. Eso ayuda mucho. Estamos agradecidos», deja claro 'Spaski'. Con ese respaldo, el festival ha dejado el Centro Ola de Sondika y ha tomado posiciones en el Bilbao Arena.

James Hetfield, de Metallica, que actuó en San Mamés. IGNACIO PEREZ

Este año, el Bilbao Music Legends Fest ha contado con grupos como Status Quo, Loquillo (en sustitución de Alan Parsons) y Micky & The Buzz. «Queremos seguir creciendo. Sabemos que es una apuesta fuerte y nos motiva. ¿Qué podemos esperar de las próximas temporadas? Quién sabe. Influyen tantos factores... La inflación, la subida de las hipotecas, la guerra, una huelga...». A juicio de 'Spaski', el exceso de oferta es un mal menor, en la medida de que «todo suma y es positivo, así hay más para elegir». Aunque también reconoce que «vendría muy bien más orden en la programación para no abrumar». El responsable de Dekker Events se aferra al optimismo, pese a que es consciente de que «se está viendo menos vidilla en la calle y en los bares».

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El que vislumbra un panorama negro como el carbón es Rubén Zulueta, promotor de conciertos en espacios como Santana 27, Crazy Horse, Azkena y Kafe Antzokia. «¡En la vida nos había ido tan mal. De octubre para acá hemos recaudado un 40% o 50% menos. El verano ha sido Hollywood pero más tarde como es lógico, cuando empiezan los colegios y la visa te pega el gran susto, se acaban las fantasías. Las cosas están fatal en el sector, tanto aquí como en toda España. Las entradas son cada vez más caras y una oferta de conciertos de lunes a domingo no se defiende en estos tiempos. La respuesta del público está dejando mucho que desear. ¿Alguien se esperaba lo contrario? Fuera de los festivales y nombres más populares, la realidad es muy distinta», recalca Zulueta.

Las salas y clubes, con aforos de 200 a 1.500 localidades, aparecen como los grandes damnificados en estos tiempos pospandémicos. Un dato preocupante y doloroso para la industria musical, porque son los recintos donde se cultiva la afición durante todo el año y se promociona el talento emergente. «Tampoco soy nada optimista con respecto al relevo generacional del público, porque entre los más jóvenes no hay la cultura musical de antes. A muchos les suenan los Beatles de puro milagro», lamenta Zulueta.

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Dato preocupante

20%Porcentaje que refleja el descenso en ventas anticipadas.

«No hacen falta más espacios»

En el Gran Bilbao da la impresión de que no hay tanto público como muchos desearían, al menos más allá de los eventos con figuras internacionales. De ahí que la reivindicación de «más espacios con aforos de 2.500 para abajo», formulada por Alfonso Santiago, de Last Tour, sea recibida con mucha perplejidad por Rubén Zulueta. «¿Para qué? ¿Por qué? Sinceramente no hacen falta. Vivamos en el mundo real», recalca Zulueta, haciendo valer su conocimiento del ámbito de las salas de conciertos y clubes.

La demanda en Bilbao no tiene nada que ver con la de Madrid, Barcelona y Valencia. «Y ni siquiera esas ciudades tienen muchos espacios con capacidad para 2.000 personas. ¡Seamos realistas y nos irá mejor!», insiste Zulueta. Otro colega del gremio, Iñigo Argomaniz, no duda en darle la razón. Es director de la promotora donostiarra Get In y trabaja mucho en la capital vizcaína. Este último año, sin ir más lejos, ha traído a Bilbao lo mismo a C. Tangana que a Vetusta Morla. Para 2023 ya tiene fichado a Joaquín Sabina y Joe Satriani, más unas cuantas sorpresas por desvelar. Con tres décadas de experiencia, ha visto y oído de todo, por eso ahora no esconde su preocupación: «Cada día hay más festivales, aparte de conciertos y ciclos, que se benefician de las ayudas públicas, algo que tenía sentido cuando realmente hacía falta pero no ahora».

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Para el director de Get In, hay una oferta sobredimensionada «con patinazos de los que se habla muy poco y escasa presencia de nuevas músicas». En su opinión lo que necesita el sector «no es un empujón» sino «bases sólidas». La precariedad de muchos de sus trabajadores es una lacra que debería resolverse cuanto antes, «y ahí sí que tendría razón de ser el dinero público». Argomaniz se toma muy en serio la función de la Administración, de ahí que le parezca inconcebible que contribuya a inflar una cartelera sobradamente nutrida. Los precios de las entradas también se están disparando «y habrá que ver hasta cuándo van a comprarse». Para julio de 2024, por ejemplo, los abonos de dos días (viernes 12 y domingo 14) de los conciertos de Metallica en Madrid - que serán distintos cada noche- ya están a la venta y cuestan entre 96 y 850 euros. Unos baremos que no tardarán en hacerse moneda corriente si las tornas no cambian.

- De cara a 2023, ¿qué debería hacerse en Bilbao?

- Tendría que confeccionarse una agenda del año con todos los espectáculos en vivo -de iniciativa pública y privada- para coordinarlos y darles visibilidad. Es algo que, entre otras cosas, ayudaría mucho a racionalizar la oferta.

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  1. Y... Iron Maiden en 2023

Ya hay dos citas que los aficionados tienen muy presentes para el año que viene: el 22 de julio actuará Iron Maiden en el BEC y Arctic Monkeys será una de las bandas estrellas del Bilbao BBK Live que se celebrará del 6 al 8 de julio en Kobetamendi. Por lo que toca a los cantautores con más tirón, Joaquín Sabina hará doblete en el BEC, el 23 y 25 de junio, y Pablo Alborán hará parada el 27 de mayo en Miribilla. Más allá de las fechas veraniegas, la actividad tampoco cesará: se ha confirmado que Louis Tomlinson (1 de octubre) y Hombres G (11 de noviembre) actuarán en el Bilbao Arena. Por la sala Santana 27 pasarán Angelus Apátrida (28 de enero), Yo La Tengo (3 de mayo) y El Drogas (5 y 6 de mayo), mientras que en el Kafe Antzokia se podrá ver a Doctor Deseo (20 y 21 de enero) y Black Flag (2 de febrero).

Promotores en la capital vizcaína

Bilbao BBK Live

Alfonso Santiago

«Se ha asimilado y digerido como se ha podido la acumulación de contenidos atrasados»

Bilbao Music Legends Fest

José Pascual Otalora 'Spaski'

«El apoyo institucional es fundamental. Estamos muy agradecidos y seguiremos creciendo»

Salas de conciertos y clubes

Rubén Zulueta

«En la vida nos ha ido tan mal. De octubre para acá hemos recaudado un 40% ó 50% menos»

Promotora donostiarra Get In

Iñigo Argomaniz

«El dinero público debería destinarse no tanto a más festivales, sino a evitar la precariedad en el sector»

El ascenso de Andalucía y el Mediterráneo

Cádiz, Málaga y Sevilla están posicionándose como plazas muy atractivas en el negocio musical. Cuentan con el apoyo de los ayuntamientos que explotan el filón de los turistas extranjeros habituales de los festivales. Valencia por su parte se afianza como tercera potencia, tras Madrid y Barcelona. En Euskadi, Bilbao goza de más atractivo que San Sebastián gracias a recintos como el BEC y Miribilla. En la capital donostiarra no se ha construido ninguna instalación para conciertos en los últimos 50 años.

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