Una virtuosa sin límites

Yuja Wang volvía a citarse con el Festival de Santander envuelta en su aura de pianista magnética e imbatible. Sigue siendo una de las artistas más rutilantes de la música clásica y mantiene intacta su categoría de icono cultural, pero cada vez es más evidente ... que con ella nunca se puede cerrar la puerta a la sorpresa: no dio a conocer su programa hasta última hora, como si jugase con esa prerrogativa de las divas que consiste en hacer esperar. Piezas breves, diversas, aisladas, hilvanadas sin hilo conductor ni criterio aparente, pero que por el mero hecho de ser tocadas por ella forjaban una curiosa hermandad, unidas por matices propios que proliferaban a medida que avanzaba la velada. En los 'Juegos de agua' de Ravel y en los preludios 'Bruyères y Lesson et les parfums tournent dans l´air du soir' de Debussy, especialmente, esa Yuja Wang mesurada e intimista sería un descubrimiento portentoso para quienes estuvieran más familiarizados con el fulgor imparable que exhibió en la 'Fantasía en si menor' de Scriabin o en la inesperada Toccata'de Sancan.